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Una de libros muy breve [Ago-2015] ============================================================================================== |
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Gámbito de apertura Al costado de uno de los nuevos contenedores de residuos ubicado en alguna de las calles de nuestra Ciudad de Buenos Aires esperaban, como en la antesala de una condena, una pila de libros. Un examen visual rápido desde altura de ojo y a velocidad de apuro me dio indicios de que eran cosas potables, injustamente condenadas. De los cuatro opté por salvar tres, ejemplares del Centro Editor de América Latina reconocibles por su tamaño y color. Entre ellos mencionaré ahora "La Congoja del Estudioso Una exploración de bibliotecas de ciencias sociales en Buenos Aires" que es un librito de varios autores, encabezados por César A. Vapñarsky. Es un libro bastante curioso porque en realidad es una investigación bibliográfica y un catálogo. El subtítulo del libro es más largo de lo que la sobrecubierta informa; en efecto completo es
"Una exploración de bibliotecas de ciencias sociales en Buenos
Aires, a la caza de revistas Con un catálogo de las existentes en inglés y francés publicadas entre 1980 y 1989". Estos libros pasaron a partir de ese momento a formar parte de mi biblioteca. Suelo demorarme un rato frente a la biblioteca antes de ir al baño, sólo para asegurarme de ir bien acompañado. Las demoras en ocasiones son más largas de lo que la fisiología recomienda, pero no obstante, como el daño no es permanente, persisto. La última vez que fui acompañado lo hice por la Guía de la Filosofía (Segunda Edición, 1944) de C. E. M. Joad, ejemplar que me fuera regalado en algún cumpleaños, creo, y que denota tener su historia previa; un contac en el lomo a modo de protección, papel amarillo curtido por el paso del tiempo y el sello de su dueño anterior que puede verse en la figura bajo estas líneas |
^ Primera página del libro de C.E.M. Joad (izquierda) y cubierta de La Congoja del Estudioso... (derecha). |
El vínculo es inmediato y parece
irrefutable por lo infrecuente del apellido: tengo uno de los libros
que le pertenecieran. Pero me inquieta que sea un sello de
arquitecto. ¿Qué hace un arquitecto escribiendo sobre sociología? No
hay nada malo en eso porque Google me confirma en un instante que
César A. Vapñarsky (1929-2003) fue en efecto arquitecto y sociólogo
(http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-162.htm). Fue su libro. Por otro lado, ese libro está subrayado en lápiz. ¿Será su subrayado o el de un dueño posterior? Creo que aquí es en donde puede empezar la especulación que no voy a seguir. Por otro lado eso me hizo pensar en las huellas que dejan los lectores en los libros, conducta que suelo considerar perniciosa puesto que mis libros no los subrayo ni los marco salvo eventualmente algún typo o error (y lo hago en lápiz con una tipografía que se parezca a la impresa). Le debo a esa costumbre que no comparto, pero respeto en otros porque tiene en el fondo algunos ribetes épicos dignos, el arribar a esta maravillosa coincidencia. Los libros pueden a veces tener una vida larga, y sus dueños quizás no sean otra cosa que simples cuidadores temporales que le dicen al destino "dale, tranqui, yo te lo cuido un rato... ah, tal vez lo lea si tengo tiempo." Creo que esa visión ahoga la duda estéril e inútil de dónde irán a parar nuestros libros cuando pasen a manos de otros cuidadores; somo entes que se hacen cargo de otros entes que en ocasiones nos sobreviven. |