TERROR OF TINY TOWN, THE (1938)

Títulos en español:
- TERROR DE LA CIUDAD ENANA, EL [DVD] (España)

Dirigida por:
Sam Newfield
Protagonizada por:
Billy Curtis
Yvonne Moray
Little Billy Rhodes
Billy Platt
John T. Bambury
Estudios: Principal (Prod.) Columbia (Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 1 de Diciembre de 1938
Duración: 62'
Género: Western

DVD:
1. The Beast of Hollow Mountain: Edición Limitada Absolute Distribution (28/02/2008)

Reseña crítica:  La inclusividad del western de Hollywood provenía de la etapa silente: recordemos los westerns de color y vaqueras. La década del treinta también tuvo sus westerns de negros, por ejemplo los del cowboy cantor Herb Jeffries, o de vaqueras, como los de Dorothy Page. Entre unos y otros, tenemos la rareza de un western con gente diminuta, TERROR OF TINY TOWN, producido independientemente por un ex publicista de Mack Sennett, el ingenioso Jed Buell. Testimonio de su sensibilidad es el error habitual de considerar al film como “western de enanos” ya que sus protagonistas fueron, en cambio, exclusivamente midgets.  
  Este detalle, para nada menor, nos lleva a un saloon adaptado a la pequeña medida de sus pobladores y a una pradera en la que héroes y villanos cabalgan sobre ponies Shetland. Y, entre números musicales en el taller de un herrero fisicoculturista o bien en una barbería, la trama progresa al galope y por lugares comunes. El “terror” titular es un forajido (Little Billy Rhodes) que se codea con el sheriff y se deja ver en el pueblo, en el afán de sustraer valores de la diligencia de turno. En tal sentido, la secuencia de persecución a los tiros con el héroe deteniendo los caballos desbocados, cobra un pequeño ribete épico. Probablemente en pos de destacar a los intérpretes sea que la trama se aferre a todo cliché imaginable. El héroe (Billy Curtis) se enamora de la damisela en apuros (Yvonne Moray); ambos son hijos de hacendados rivales (John T. Bambury y Billy Platt). Harto de que al héroe le salga todo bien, el “Terror” mata por la espalda al iracundo tío de la chica e inculpa al protagonista, sembrando cizaña entre los deudos. En fin… nada fuera de lo esperable para cualquier western clase B.  
  Como fiel reflejo del arquetípico conflicto del género, el Terror insufla los ánimos de los parroquianos formando una turba para linchar al héroe. El intento del sheriff por defenderlo le adjudicará una bala fatal que, en el subtexto, simboliza el castigo por pactar con el mal. La vampiresa del saloon (la rubia Nita Krebs), atraída y desairada violentamente por el Terror, encenderá los cartuchos que aportarán nervio al climático enfrentamiento final. Con lo cual, a pesar de tanta previsibilidad, el desenlace a fuerza de trompadas y final explosivo cobrará el brío y la tensión que justificarán la función. Un detalle probablemente involuntario por parte del realizador: la caída de una cama marinera, en medio de la pelea, rememora lejanamente por su encuadre, el vuelco del carromato bajo la tormenta en los minutos finales de FREAKS (Arg: Fenómenos / Esp: La parada de los monstruos-1932).  
  En su momento, varios sueltos de prensa indicaban que Sol Lesser, encantado con el producto, lanzaría al menos media docena de filmes de midgets, parodiando todos los géneros pero en los cuales, a diferencia de Tiny Town, “los decorados y posiblemente el villano serían de talla completa”. En tanto, Jed Buell llegó a anunciar una serie de westerns 100% femeninos (en cuyos elencos, a lo sumo, habría un villano reservado para un varón). Ninguna de estas propuestas llegarían a materializarse: Lesser pegó un salto a RKO donde se encargó de la serie del Tarzán de Weissmuller; Buell incursionó en el cine racial. Sin embargo, los midgets terminarían logrando la inmortalidad a través de cierto “camino amarillo” en los estudios MGM. [Cinefania.com]
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