Reseña crítica: A veces, luego de ver una película que propone un planteamiento extravagante o tiene a una superestrella en su reparto, nos preguntamos qué hubiera pasado si se hubiera prescindido de ese recurso o ese intérprete y la respuesta es "no hubiera habido película". En el caso que nos ocupa tenemos chance de comprobar qué pasa con una obra a la que se le extraen aquellos elementos polémicos de su trama y se suavizan todos sus matices agresivos. La apasionante historia de "The Shanghai Gesture" comienza con la obra teatral de 4 actos de John Colton que se dio en Broadway entre febrero y septiembre de 1926, con Mary Duncan como Poppy y Florence Reed como Madre Goddam (término traducible como "maldita" o "puñetera"). Tras el éxito, varios estudios intentaron llevarla a la pantalla: Paramount (1926), United Artist y Universal (1929), Columbia y Tiffany (1930), RKO, Mascot y Warner (1932). Estos intentos, que incluyeron varios guiones remitidos a la MPAA para su aprobación y el cambio del nombre de "Madre Goddam" a "Madre Satán", la transformación de la casa de tolerancia a un suntuoso casino y la eliminación de toda referencia de drogadicción y ninfomanía para el personaje de Poppy, fueron todos rechazados. Con la autoimposición del famoso "Código Hays", el tema quedó en un limbo hasta que el independiente Arnold Pressburger comenzó tratativas en 1941. Luego de realizar todos los cambios propuestos, la PCA aceptó la filmación del guión con la última condición de retirar toda referencia propagandística negativa relacionada con el Japón (aún faltaban meses para el ingreso en la Guerra de los Estados Unidos). El director, Josef Von Sternberg, cuya última película había sido la comedia SERGEANT MADDEN (El borrón de la familia-1939), apostó a lo grande y recurrió a indundar sus imponentes sets con un "gran elenco de 'EXTRAS DE HOLLYWOOD'" (según reza un cartón especial incluído en los créditos iniciales, lo que tal vez convierta al filme en el primero en acreditar a esas anónimas caras conocidas que "sin esperar mención, están listos día y noche para dar lo mejor"). La trama se inicia con Omar (Victor Mature, correcto en su rol de oportunista egipcio) y 'El Comprador' (Clyde Fillmore), que rescatan de la calle a una corista norteamericana caída en desgracia (Phyllis Brooks), a quien llevan al casino de Madre Gin Sling (tal el nombre rebajado de "Madre Goddam"). Las secuencias del casino son las más ricas de la película y nos recuerdan a las tomas de la casa de juego en DR. MABUSE, DER SPIELER (Dr. Mabuse, el jugador-1922) de Fritz Lang. Esa noche visita el casino por primera vez una joven que se presenta como Poppy Smith (Gene Tierney, irregular pero correcta en el desenlace). Atraída por Omar, Poppy lo seduce frente a los más sórdidos personajes de la noche de Shanghai. Aparece Madre Gin Sling (Ona Munson, sólida tras su máscara china), quien regentea el lugar, y se encuentra con el Comisionado (Albert Basserman, siempre eficiente), que le informa que un empresario inglés, Sir Guy Charteris, ha realizado inversiones y que el casino debe cerrar o mudarse de esa zona residencial a un sector más pobre de la ciudad. Sabiendo que ese tal Sir Guy tiene un pasado, Madre Gin Sling trama utilizar a Poppy para un chantaje que también funcionará como venganza contra quien fuera su antiguo amante. Tras casi una hora de metraje, finalmente aparece Sir Guy (Walter Huston, que recupera con creces la demora en aparecer), que decide aceptar la disimulada invitación de Madre Gin Sling para una cena de fin de año chino en que se producirá el esperado clímax. En su época la película tuvo críticas lapidarias. Es que, desprovista artificialmente de sus elementos de alto voltaje y de los matices de degeneración que adornaban su tema, lo que queda es el melodrama limpio, un auténtico culebrón. [Cinefania.com]
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