ALIAS NICK BEAL (1949)

Títulos en español:
- ENVIADO DEL DIABLO, EL (Argentina)

Dirigida por:
John Farrow
Protagonizada por:
Ray Milland
Audrey Totter
Thomas Mitchell
George Macready
Fred Clark
Estudios: Paramount (Prod.-Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 4 de Marzo de 1949
Estreno en Argentina: 22 de Noviembre de 1951
Duración: 93'
Género: Fantasia

Títulos alternativos:
- CONTACT MAN, THE (G.B.)

Reseña crítica:  Alegoría en la cual un honesto fiscal de distrito, Joseph Foster (Thomas Mitchell), se corrompe al aceptar la ayuda de un extraño misterioso llamado Nick Beal (Ray Milland), qué le ofrece poder, salud y una voluptuosa rubia. "En política todos son grises, todo de distinto tono". Bajo esta premisa se narra la historia del veterano fiscal que se toma a título personal la persecución de un jactancioso y escurridizo criminal (un tal Hansen, que nunca aparece en pantalla), afirmando frente a un amigo sacerdote (George Macready) que sería capaz de vender su alma al diablo con tal de meterlo tras los barrotes. Esto provoca la aparición de Nick Beal, que primero le ofrece la pista esencial para llevar adelante su campaña anti crimen. Cuando Foster logra condenar a Hansen, sus amigos políticos lo animan a postularse como gobernador. De ahí en más, Nick Beal seguirá cruzándose a cada momento en el camino de Foster, coaccionando a una prostituta (Audrey Totter) a hacerse pasar por una dama de sociedad interesada en ser benefactora de la campaña del fiscal o bien sugiriéndole al propio Foster que haga un pacto con el facineroso Faulkner (Fred Clark) para asegurarse la victoria electoral. Finalmente, aparece Finch (Douglas Spencer), antiguo empleado de Hansen, que trata de chantajear a Foster y termina siendo empujado al río por Nick Beal. Ante tantas irregularidades, tantos "grises" que enturbian el cuadro de Foster (familiar, social y espiritual), llega un momento en que los éxitos y logros de la vida pública no sirven para equilibrar la cantidad los ilícitos o la muerte, por más que sean todas maquiavélicamente justificadas en la persecución de un fin noble. Raras veces el cine había tocado ese tema puntual y, si bien adornado por elementos del género fantástico así como el noir, el concepto subyace sutil entre la trama y los climas que el realizador John Farrow sabe componer. Es que desde fuera, la política es un negocio turbio del que los políticos solo parecen sacar provecho. Pero este inclasificable noir nos pone del otro lado para examinar las aspiraciones y culpas que acarrea quien aspirando a la justicia (¿y qué mejor ejemplar que un fiscal de distrito?) se sorprenden a si mismos impartiendo injusticia. Estas cuestiones derivan en preguntas que propician rica polémica después de la función: ¿se puede combatir al delito con más delito? Y de esa cuestión judicial saltar a la ideológico-política (vigente en la época de Posguerra en todo Occidente): ¿se puede combatir el fascismo con más fascismo? Pocos meses después, un heterodoxo como Robert Rossen se animaría a ampliar la cuestión con la notable ALL THE KING'S MEN (Decepción-1949), reemplazando el entorno fantástico con el realismo de la política de la crónica verídica. [Cinefania.com]
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