FIVE BLOODY GRAVES (1969)

Dirigida por:
Al Adamson
Protagonizada por:
Robert Dix
Scott Brady
Jim Davis
John Carradine
Paula Raymond
Estudios: Independent (Prod.-Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 1 de Noviembre de 1969
Duración: 88'
Género: Western
Títulos alternativos:
- FÜNF BLUTIGE GRÄBER (Alemania)
- GUN RIDERS, THE [TV] (EE.UU.)
- RESCAPÉ DE LA VALLÉE DE LA MORT, LE (Francia)

 Reseña Cinefania.com
Reseña crítica:  La filmografía de Al Adamson es, tarde o temprano, camino transitado o cruzado por todo aficionado o amante del fantástico. Tal y como ocurre con sus opus terroríficos, FIVE BLOODY GRAVES es eje de incesantes debates entre cinéfilos. Considerado por muchos como el peor western jamás filmado, tal vez quienes así lo afirman deberían ver RAWHIDE TERROR (1934) de Victor Adamson, padre de Al, para corroborar cuanto mejoró el hijo respecto de su progenitor.  
  La trama, relatada en off ni más ni menos que por la Muerte, nos presenta a Thompson (Robert Dix, guionista y coproductor junto a Adamson y a John “Bud” Cardos), un ex sheriff que cabalga solitario de un lado a otro del terrible desierto de Arizona en incesante lucha contra el indio (en este caso, una tribu de agresivos Yaquis). En su primera intervención, derriba dos guerreros que perseguían a Joe (Cardos) y su esposa india (Maria Polo). Quien ordena esa cacería es el feroz Satago (también encarnado por Cardos, pero gesticulante a más no poder), que estará hostigando permanentemente durante el resto del metraje a todo el elenco. Luego, en sucesión, Thompson dará una mano a una chica atacada por un indio (en afán de ahorrarse un sueldo, ese indio es encarnado por el propio Al Adamson) y a un grupo de colonos rodeados. El protagonista se une a este variado grupo humano que irá siendo diezmado por flechas sorpresivas o incursiones repentinas. En tanto, un renegado (Jim Davis) y su secuaz se cruzan con la esposa de Joe, que ha sido estacada por sus congéneres (tal vez el único suceso cruel del film que no ocurre en cámara o bien, no estaba presente en la copia vista). En vez de ayudarla, Davis abusa de ella y le dispara antes que su esbirro se pueda servir. Más tarde, el dúo se une a los colonos aunque no pasará mucho tiempo hasta que Joe descubra que poseen un amuleto que perteneció a ella.  
  Y hablando del grupo de colonos, es un calidoscopio de personajes pintorescos: dos prostitutas, su madama, el administrador (Scott Brady), un simpático reverendo (John Carradine)... uno de los asistentes de la caravana es el propio Victor Adamson (mencionado en los créditos con su seudónimo habitual de “Denver Dixon”). Las peleas no son de lo mejor. Las coreografías son confusas o bien están erroneamente montadas. Lo que si, la violencia asciende con el correr de los minutos. Algunas crueldades se sugieren: los indios amputando las cabelleras de hombres o mujeres, puñaladas y personas atravesadas con lanzas. En el último cuarto del film, hay incontables efectos sangrientos y ya no tan sugeridos. Un personaje sufre un balazo en el abdomen y le deja una perforación del tamaño de una pelota de golf. Otros reciben flechazos por la espalda o de frente. Los golpes, sean como sean, provocan hemorragias nasales. Las mujeres, especialmente, son receptarias de golpes, flechas y balas. Entre el derroche de violencia, hay peleas entre mujeres que ruedan por el polvillo y personajes que abusan de golpear a otros (el que recibe virtualmente docenas de puñetazos es Jim Davis).  
  A pesar que todo el metraje está musicalizado, la banda sonora consiste íntegramente en cues (pistas) de dominio público o incluso cortinas musicales de noticieros y temas de jazz que en más de una ocasión no comulgan con las imágenes. A veces la música grandilocuente o muy orquestal quiebra el clima del western. Otras veces, sonidos de big bands o secciones de vientos se tornan anacrónicos y muy modernos para las escenas que deberían acompañar. La fotografía, en oposición al resto de los rubros técnicos, es de primer orden. Las laderas rocosas o el inmenso cañón, que son esencia misma del género, están presentes casi en cada escena del film. Vilmos Zsigmond, unos años antes de la obra maestra de Boorman, DELIVERANCE (La violencia está entre nosotros-1972), ya dominaba su arte y la copia disponible, a pesar de estar cercenada y en fullscreen, es clara evidencia.  
  El climático desenlace, con la pelea entre Thompson y Satago en un arroyo está bien filmado y mejor coreografiado, con lo cual, una buena resolución también lima las asperezas de un nudo desordenado o mediocre. El irónico relator, por último, subraya un concepto vacuo pero que, debido a su ilustre autoridad, termina sonando interesante: “Morir no es más que dejar de tener miedo”. [Cinefania.com]
Calificación Cinefania.com: 2 Estrellas
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 Ficha Técnica
Reparto
Ver créditos
  Robert DixRobert Dix   ... Ben Thompson  
  Photo Scott Brady
Scott Brady
(1924-1985)
  ... Jim Wade  
  Photo Jim Davis
Jim Davis
(1909-1981)
  ... Clay Bates  
  Photo John Carradine
John Carradine
(1906-1988)
  ... Rev. Boone Hawkins  
  Photo Paula Raymond
Paula Raymond
(1924-2003)
  ... Kansas Kelly  
  Photo John Bud Cardos
John Bud Cardos
(1929-2020)
  ... Joe Lightfoot / Satago [acred. como John Cardos]  
  Darlene LuchtDarlene Lucht   ... Althea Richards [acred. como Tara Ashton]  
  Ken OsborneKen Osborne   ... Dave Miller [acred. como Kent Osborne]  
  Photo Vicki Volante
Vicki Volante
  ... Nora Miller  
  Photo Victor Adamson
Victor Adamson
(1890-1972)
  ... Rawhide [acred. como Denver Dixon]  
  Fred MeyersFred Meyers   ... Conductor  
  Keith DurphyKeith Durphy  
Rubros Técnicos
  Dirección:   Al Adamson
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