Reseña crítica: Una cuadrilla de obreros trabajando en una excavación se topa con una roca de color azulado que no pueden mover. Resulta, según vimos en una secuencia precréditos, ser parte de un meteorito que cayó a nuestro planeta vaya a saber en qué épocas. Y claro, en el subgénero de guijarros extraterrestres fundamentado a partir de THE BLOB (La Mancha Voraz-1958), sus consecuencias son mortales para el género humano. En primera instancia, uno de los obreros (un principiante Robert Urich) recibe una radiación y sufre quemaduras mortales. ¿Cómo manejará el grupo humano éste inesperado e inusual "accidente laboral"? ¿Cómo reaccionará cuando tomen noción que una ciclópea topadora D9 deja de responder a los controles y cuyas palancas y pedales se accionan por si mismos, poniendo en peligro a los demás? La animosidad hacia el fortachón capataz (Clint Walker) aumenta debido a estar aislados en una isla frente a la costa africana. Así que ni bien uno de los obreros (James A. Watson Jr) la pone en marcha, la topadora se zafa de control, aplana el equipo de radio -único medio de comunicación para pedir ayuda- y termina aplastando a su conductor apenas éste salta del vehículo. Uno de los obreros, lector de pulps de ciencia-ficción (James Wainwright), trata de encontrar una respuesta racional a estos ataques: "Debe estar siendo controlada por control remoto... Las máquinas no andan por si mismas. Eso significa que debe haber alguien más en esta isla. Tal vez, espías extranjeros". Su colega (Carl Betz) le replica con burla: "O tal vez un científico loco". Tras una o dos muertes más, los sobrevivientes tratarán de rechazar los ataques de la dantesca maquinaria, sea oponiéndose con una pala mecánica o utilizando un señuelo para atraerla a una trampa. Siguiendo el esquema argumental del notable telefilm DUEL (Duelo a Muerte-1971) de Steven Spielberg, con que Universal había monopolizado los rátings de la temporada llegando a lanzarla en cines para el resto del mundo, esta KILLDOZER mantiene un clima digno que deriva en un desenlace tensionante. Pero claro, el realizador Jerry London no tiene el virtuosismo de Spielberg así como tampoco Clint Walker el carisma del protagonista de aquel título, Dennis Weaver. Así que, asumiendo tolerancia por algunas convenciones estéticas propias de la época (como ese ruidito cibernético con que se identifica a la topadora asesina), KILLDOZER resulta una modesta pero desafiante aportación al género fantástico, merecedora de una especie de culto actual pero más de avivar el interés por el autor de la novela original, Theodore Sturgeon. [Cinefania.com]
Calificación Cinefania.com:
Clint Walker
