RÍO DE LAS ÁNIMAS, EL (1963)
Juan J. Ortega
Protagonizada por:
Joaquín Cordero
Alma Delia Fuentes
Andrés Soler
Germán Robles
Carmen Montejo
Estudios: Productora Fílmica México (Prod.)
País: México
Estreno: 13 de Febrero de 1964
Duración: 95'
Series: Leonardo Moncada (filmografía)
Género: Western
En Pueblo Viejo suceden cosas muy extrañas: sin que llueva se desborda la represa y el agua se lo lleva todo. Ni bien apearse, Leonardo Moncada (Joaquín Cordero) y su sidekick Pedro (Ramón Bugarini) defienden a un criado de color (Faustino Brindis de Sala) de la golpiza que le propinan el Tuerto (Manuel Dondé, una de las pocas veces que lo vemos sin su ojo de vidrio) y su secuaz (el rechoncho Lobo Negro). Durante el primer rollo, Leonardo se imbuye del complejo trasfondo. Tras la explicación de doña Lola, el héroe afirma: “en todo parece haber algo sobrenatural, algo misterioso que sería importante conocer”. Como desesperada medida para mejorar las viviendas desvencijadas por la última inundación, propone a los vecinos reunir todo el ganado que les quede, venderlo en una ciudad cercana y comprar insumos, medicina y todo lo necesario. El problema es que para eso hay que cruzar por las tierras de don Cándido (Andrés Soler, notable villano que se hace odiar en su primer fotograma). Tras una nueva pelea con el Tuerto, Leonardo consigue pasar con su ganado y venderlo. Pero surgen dificultades: el joven José (Antonio De Hud) se encuentra con el pérfido René (Germán Robles), hijo de don Cándido, que lo embriaga y le gana el dinero trampeándole al póquer. Leonardo vuelve a intervenir, recuperando la suma perdida y venciendo al tramposo. Habrá más complicaciones: René se finge enamorado de Maricarmen (Alma Delia Fuentes), a quien propone huir juntos. Maricarmen ha sido criada por Doña Lola (Nora Veryán), que se opone tenazmente a que tal relación prospere. También se opone la hermana paralítica de don Cándido, Angelina (Carmen Montejo), cuyo esposo Mingo fue muerto por el villano en un confuso episodio veinte años atrás. Lógicamente Angelina es madre de Maricarmen y la última en enterarse será la joven. Estos vericuetos propios del culebrón televisivo imperan durante gran parte del metraje, impidiendo el normal flujo de trompadas, tiros y misterio.
Pero hablando de don Cándido, merece unas líneas. “En la vida me importan los fines que persigo, no los medios que utilizo para conseguirlos”, dice para sostener su prepotencia y su cinismo. Este maquiavelo de las sierras hizo construir una represa para albergar toda el agua que sus campos necesitan y, de paso, negarla a sus vecinos. Con su riqueza, podría construir una segunda represa que beneficiara a aquellos pero ¿por qué razón darles algo a cambio de nada? Mejor que hagan lo que puedan y, “de vez en cuando, traguen un poco de agua”. Cuando eso pasa no es por lluvias torrenciales, como se dijo, sino por la apertura de la represa que don Cándido opera desde un control de mando detrás de su biblioteca. Más tarde, presionado por su hermana, don Cándido baja al pueblo a llevarles unos maderos como donación. Increpado por los pueblerinos que no pueden creer semejante generosidad, el hacendado les suelta una frase propia de un político en campaña: “ Yo no les daba nada porque ustedes me odiaban, y me odiaban precisamente porque yo no les daba nada...” Don Cándido es el retrato vivo del hacendado codicioso, el patrón de estancia, contra el cual se levantará la revolución. Y como la plebe es incapaz de equilibrar por si misma el panorama, dependerá de un Moncada mesiánico que haga lo que nadie se anima.
Entre el conflicto de clases y agrario, las trifulcas y los desplantes amorosos, un elemento fantástico sobrevuela la trama con frecuencia. Se trata del “ánima solitaria”, en verdad, una bola de fuego que atraviesa una calle, surge del bosque o en un cementerio. No se sabe de donde viene, solo se deja ver y luego se esfuma tras contados segundos. Algunos personajes creen que el ánima ayuda a los pueblerinos. Otros directamente piensan que es una superstición. Una de esas ígneas manifestaciones se deshace sobre una tumba mientras Leonardo y Pedro investigan el lugar. Resulta ser la tumba del mencionado Mingo y así se descubre que no falleció por un accidente sino baleado por don Cándido con una bala de oro. ¡Un misterio sobrenatural en plena llanura!
Párrafo aparte despierta un detalle del argumento: la propuesta de Leonardo de vender el ganado y mancomunar los beneficios para que todos salgan ganando. Sabiendo que el personaje era de origen cubano, sería un facilismo atribuir un germen socialista a tal idea. Hemos visto propuestas similares en los antiguos westerns de los Tres Mesquiteros y ningún personaje de John Wayne podría asumir un carácter muy socialista. Así que entendiendo que Moncada surge en la Cuba precastrista y que la unión como factor de fuerza también es una táctica de lucha contra el capitalismo que todo lo engulle, podemos establecer una analogía con aquella premisa de “para derrotar al fascismo hace falta más fascismo”, solo que reemplazando el término “fascismo” por “capitalismo”. [Cinefania.com]
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Reparto Ver créditos | |
Joaquín Cordero Joaquín Cordero (1923-2013) | ... Leonardo Moncada |
Alma Delia FuentesAlma Delia Fuentes | ... Maricarmen Bermúdez |
Andrés Soler Andrés Soler (1898-1969) | ... Don Cándido Fonseca |
Germán Robles Germán Robles (1929-2015) | ... René Fonseca |
Carmen Montejo Carmen Montejo (1925-2013) | ... Angelina Fonseca |
Antonio De HudAntonio De Hud | ... José Bermúdez |
Ramón Bugarini Ramón Bugarini (...-2004) | ... Pedro |
Nora Veryán Nora Veryán | ... Lola Bermúdez |
Manuel Dondé Manuel Dondé (1906-1976) | ... El Tuerto |
Lobo Negro Lobo Negro (1917-1990) | ... Lencho, un Esbirro [acred. como Guillermo "Lobo" Hdez.] |
Leopoldo SalazarLeopoldo Salazar | ... Don Anselmo |
Faustino Brindis De SalaFaustino Brindis De Sala | ... Dámaso Galloso |
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