Reseña: Luego de discutir con su propietario por una renta atrasada, Pat Murphy se interna en el bosque en busca de paz y quietud para recuperar su serenidad. Para su sorpresa, se topa con unas brownies que salen de un hueco y se le ponen a revolotear a su alrededor. De repente, las criaturas se evaporan y en su lugar aparece un hada que le obsequia una botellita faérica capaz de conceder deseos. Ni bien regresar al hogar, Pat desea y obtiene una rica cena para toda la familia y una bolsa repleta de oro. Al volver el propietario por su renta, Pat se la abona hasta el último penique y más y al ser consultado del origen de semejante liquidez, cándidamente le explica el secreto de la botellita. El casero no cree una palabra pero tiene que convencerse cuando Pat desea y materializa una botella de whisky frente a sus narices. Excitado, el propietario le ofrece una suma de dinero por comprarle la botellita, a lo que el humilde Pat accede. Al rato, se arrepiente de su tontera y vuelve al bosque en busca del hada para rogarle le obsequie otra botellita faérica. El hada le concede el pedido pero le explica que no debe olvidar devolver la anterior. Pat vuelve a su hogar y al utilizar la botellita surge un espíritu maléfico que mortifica a toda su familia. Para resolver el entuerto, decide ir a mitad de la noche a la casa de su propietario e intercambiar las botellitas, hecho lo cual, al día siguiente vuelve al bosque y devuelve su botellita maléfica. Acto seguido el hada la convierte en un cerdo que nuestro héroe se trae a su casa mientras su propietario sufre las consecuencias que el espíritu maléfico le trae. [Cinefania.com]
