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El Carro de la Basura

Obra teatral, Teatro El Nacioanl, Bs. As., 12 de marzo de 1953

Reparto

Luisa Vehil
Eduardo Rudy
Ricardo Argemi
Enrique Chaico

Créditos técnicos

Escenografía: Mario Vanarelli
Autor: Enrique Suárez de Deza
Dirección: Narciso Ibañez Menta


En el T. El Nacional

Fuente: Diario La Razón, 12 de marzo de 1953

Se presentará esta noche en el teatro El Nacional la compañía que dirige Narciso Ibáñez Menta y encabeza Luisa Vehil, que para el caso ha elegido una pieza nueva en tres actos de Enrique Suárez de Deza, "El carro de la basura".


Un estreno de Suárez de Deza

Fuente: Diario La Razón, 13 de marzo de 1953

Los personajes de "El carro de la basura", la pieza con que anoche se presentó en el teatro El Nacional la compañía encabezada por Luisa Vehil, y que su autor, Enrique Suárez de Deza califica de "espectáculo en dos momentos", son seres dolientes, vencidos por la vida y salpicados por el lodo del pecado, la miseria moral y el delito, que han recluído su lacerante angustia en un bar solitario de los muelles de Nueva York. Hasta ese antro llegará sin embargo el amor puro y desinteresado de un muchacho para redimir a la mujer caída. El clima es sombrío, asfixiante, penoso, subrayado por silencios, que sólo quiebra la música sincopada de los discos y el monótono zapateo de un negro bailarín. El drama de esas almas destrozadas va a tener sin embargo un desenlace inesperado: la captura de un "gangster" por la policía, entre el sonar de las sirenas y el fuego de los disparos. Lo que comenzó, pues, siendo un estudio de caracteres, termina en un relato policial, con ritmo cinematográfico. ¿Invalida ello, acaso, los méritos de la obra de Suárez de Deza? De ningún modo. El autor realiza lo que se propone y logra interesar con situaciones tensas, un diálogo conceptuoso y por momentos nimbado de poesía, en el que alienta un mensaje social de generoso contenido.

Luisa Vehil realiza una labor de relieve, humana y vigorosa, rodeada de un entusiasta núcleo de intérpretes, entre los que se destacan Enrique Chaico -notable en la composición de su pordiosero-, Eduardo Rudy y Ricardo Argemi. La dirección de Narciso Ibáñez Menta se hace acreedora al elogio por el montaje de la pieza, complicado y de felices resultados, que tuvo en el escenógrafo Mario Vanarelli un colaborador inestimable.