Seccion: Cronicón (Lecturas: 24942)
Fecha de publicación: Noviembre de 2003
Muertos que pasean
Un recorrido por las grandes vertientes del cine de "muertos que caminan", desde Halperin a Craven, pasando por las obras maestras de Tourneur y Romero. J.P. Bango
All law enforcement agencies and the military have
been organized
to search out and destroy... the marauding ghouls
Extracto del guión de Night of the living dead
La
humanidad es una entidad incorpórea en perpetuo estado de advertencia. Teme
a los meteoritos, a las avispas, al de enfrente, a los vivos y, en un ejercicio
de inmodestia suprema, tiene miedo de si misma cuando está muerta. "El hombre
es un lobo para el hombre, aun muerto" se dice, ¿ingenua? El cine, el arte que
desarrolla las tramas que genera el subconsciente, no quiere permanecer ajeno
a las tendencias de nuestro temor y, alimentándose de ello, va a otorgarnos
carnaza (y nunca mejor dicho) ficticia para que nos acostumbremos a cohabitar
con él.
Los "muertos vivientes" fílmicos dividen sus inquietudes en tres clanes diferenciados:
a) Al primero de éstos pertenecerían las entidades más o menos muertas
que, gracias a una invocación, hechizo o rito (preferiblemente haitiano), se
ven condenados a vagar por el mundo de los vivos sisados de voluntad propia
y encadenados al promotor de su mal [I WALKED WITH A ZOMBIE (Yo anduve con un
zombi-1943) de Jacques Torneaur]. Como si encima se tratara de regodearse en
lo siniestro, además se les obliga a sucumbir bajo la tierra impía mientras
tratan de revertir el estado hipnótico que les asedia [THE SERPENT AND THE RAINBOW
(La serpiente y el arco iris-1987) de Wes Craven].
b) Al segundo grupo pertenecerían aquellos seres humanos (1),
más muertos que vivos, que por algún motivo nunca lo suficientemente aclarado:
mutación nuclear en THE RETURN OF THE LIVING DEAD (La divertida noche de los
muertos vivientes-1983) de Dan O'Bannon, virus pro-vietnamitas en APOCALISSE
DOMANI / VIRUS (Apocalípsis Caníbal-1980) de Antonio Margheriti;
experimentos militares en THE RETURN OF THE LIVING DEAD 3 (Mortal Zombie-1993)
de Brian Yuzna); holocaustos bacterianos y cuantas demás proclamas post-apocalípticas
podríamos imaginar, desde RESIDENT EVIL (2002) (2) de Paul
Anderson, a THE OMEGA MAN (El último hombre vivo-1971) (3)
de Boris Sagal, pasando por la inmortal saga de Romero, corretean - exagero,
claro - por el firmamento urbano en búsqueda de sangre fresca con la que eternizar
su estado muerto (4).
c) Finalmente, podrían adscribirse al tercer clan aquellos pedazos
de cadáveres reunidos (FRANKENSTEIN) o no (RE-ANIMATOR) en torno a un ente mayor
y que son revividos con propósitos "científicos" (fundamentados en el despecho
y/o en la frustración) a mayor gloria del ego de sus creadores (los celebérrimos
mad doctors), y para mayor desgracia de las novias, prometidas y amores platónicos
de éstos.
Con
estas premisas, y considerando como excepción conceptual al cine vampírico (los
vampiros son No Muertos como no deja de repetir Van Helsing de Hopkins en el
BRAM STOKER'S DRACULA de Coppola), el cine de temática zombi o de "muertos vivientes"
tiene precedentes más o menos clásicos en la obra de James Whale con FRANKENSTEIN
(El doctor Frankenstein-1931) y sus secuelas, BRIDE OF FRANKENSTEIN (La novia
de Frankenstein-1935) del mismo Whale, y SON OF FRANKENSTEIN (La sombra de Frankenstein-1939)
de Rowland V. Lee, y, en segundo lugar, en la magistral película del todavía
poco reconocido Victor Halperin WHITE ZOMBIE (La legión de los hombres sin alma-1932),
protagonizada por un irreductible Bela Lugosi tan sólo un año después de su
teatralizada versión draculiana. La RKO, de la mano del productor Val Lewton
(abanderado de la "pequeña sección del horror" de dicha productora) apostó por
un terror lírico que competiría, de tú a tú, con el cine mercadotécnico e iconográfico
de la Universal. De esta competencia saldrían ganadores, de un lado, el propio
cine y, de otro, la cinematografía del marciano Jacques Tourneaur con CAT PEOPLE
(La mujer pantera-1942); Yo anduve con un Zombi (5) y THE LEOPARD
MAN (El hombre Leopardo-1943).
Tourneaur será el primero en advertir en el maquillaje (elemento formal) una
textura de carácter expresionista, evidentemente, rompedora con la iconografía
anterior (los precedentes zombinianos habían dado preeminencia a la sobriedad
y la apariencia "desalmada" pero no a la fuerza visual de un simple efectismo
maqueador). Se crea pues, y con vistas a eternizarse, una estética de horror
zombi inspirada en los ojos blancos y desorbitados que posa CarreFour (Darby
Jones), el zombi negro que vigilaba la presencia de la ingenua Francis Dee en
la isla haitiana, y en los andares desgarbados que aquél esgrime a lo largo
de todo el metraje (icono referencial que recogerá, con todo su acierto, la
filmografía de Romero).
La película de Tourneaur será, sin embargo, el primer y último gran film de
la (aun no lo suficientemente explotada) facción vuduiana de la cinematografía
zombi; una rama que sólo va a tener continuidad comercial en La Serpiente y
el Arco Iris, del casi siempre oportunista Wes Craven y que se constituye en
una de las aportaciones más serias e innovadoras de su, poco seria y menos innovadora
aún, filmografía (6).
El
segundo bastión y último en este reportaje (el tercero merecerá por sí sólo
una alusión exclusiva) totalmente desposeído de la explicación verosimil (su
gran acierto), tiene su génesis en la película de culto NIGHT OF THE LIVING
DEAD (La noche de los muertos vivientes-1968) de George A. Romero; la primera
de una serie de películas que darían forma a un subgénero terrorífico heredado,
con irregular fortuna, por el italiano Lucio (Holocausto Caníbal) Fulci. La
estética de los muertos vivientes de Romero (película, no lo olvidemos, incluida
en la Lista Kobal (7) como una de las 100 mejores películas
de la historia del cine) ignora, a propósito y con descaro, las reglas de la
elipsis y el tabú antropófago. El joven Romero había segado de un mordisco todos
los moldes clásicos (demasiada transgresión para un joven autor que nunca ha
podido recuperarse de aquel gran film) y, además, se permitía el lujo de concatenar,
en una misma película, elementos dramáticos propios del pánico cinematografiado
con elementos parabólicos propios de la fábula sociológica contemporánea. El
subversivo film de Romero se ubicó, seguramente sin pretenderlo, en las antípodas
del cine de género y jubiló, sin apenas posibilidad de recuperación, a los viejos
referentes iconográficos que de la productora Universal había heredado (con
gusto, acierto y aptitud) la añorada Hammer (8).
La
franquicia Romero-Living Dead (co-fundada con Tom Savini a raíz de sus deducciones)
fue dando lugar a brillantes secuelas, DAWN OF THE DEAD (Zombie-1980) y DAY
OF THE DEAD (El día de los muertos-1985), que profundizaban en el sentido hiperbólico
y apocalíptico sólo insinuado en la primera parte; a un remake en color de la
primera (muy impersonal: dirigida por Tom Savini y que no dudaba en sabotear
el final de aquélla) e, incluso, a una versión 25 aniversario (con varios minutos
adicionales) que trataba de aprovechar todas las virtudes del novedoso formato
DVD. Pero la primera piedra estaba tirada y pronto, el delirio y la parodia
comenzaron a tomar el relevo de mano de un buen guionista como Dan (Alien) O'Bannon
que iniciaría una trilogía alternativa a la de Romero (alejada totalmente de
las vicisitudes antiglobalizadoras de los filmes de éste) compuesta por El Regreso
de los Muertos Vivientes (parodia autoconsciente que indaga sobre la imposibilidad
de tomarse en serio la temática romeriana), THE RETURN OF THE LIVING DEAD II
(El Regreso de los Muertos Vivos 2-1988), una mediocre remake de estética "redneck"
dirigida por Ken Wiederhorn, y Mortal Zombie, de Brian Yuzna, que traslada al
universo zombie las diatribas existenciales que recogieron otras secuelas de
inspiración romántica como La Novia de Frankenstein (y cualquiera de sus versiones-homenajes,
como BRIDE OF RE-ANIMATOR (La Novia de Re-Animator) o BRIDE OF CHUCKY (La novia
de Chucky).
Quizás,
la mejor película de temática zombie de todos los tiempos sigue siendo: DEAD
AND BURIED (Muertos y Enterrados-1980) de Gary A. Sherman; film escrito (años
antes de las anteriores) por el poco prolífico Dan O'Bannon. Aun hoy, Muertos
y Enterrados sigue siendo la película más existencial de un género tan habituado
a la parafernalia estética como el cine de terror. En este film se produce la
vuelta de tuerca más rompedora de todos aquellos entramados con muertos vivientes
de por medio, a costa de canjear el horror gore por un argumento de policíaco
rural al uso. Los ingredientes de este film son notables:
a) comienzo trepidante;
b) subversión de las convenciones efectistas del slasher (un modismo de aquella
época) al apostar, al mismo tiempo y con idéntico rigor, por el thriller whodunit;
c) tratamiento adulto en su entramado;
d) protagonismo absoluto de un policía sobrepasado por la circunstancias al
que le costará algo más que un disgusto asimilar la verdad, y de un "mad doctor"
de "perfil bajo" que, finalmente, se rebela como una de las mayores sorpresas
del film y, por último,
e) porque goza de una de las resoluciones más brillantes del género de terror.
You can try to kill me, Dan. But you can't. You can only make
me dead
El cine de Muertos Vivientes se conforma, en fin, de una serie de películas
devaluadas por el subconsciente de los cinéfilos más obstinados. El resto de
nosotros, habituados a convivir con una realidad cinéfila menos elitista, no
dejamos de suplicar que este selectivo género, objeto de homenaje en las presentes
líneas, siga aceptando en su seno propuestas tan notables como 28 DAYS LATER
(28 Días Después) de Danny Boyle. Un film que convierte a los muertos vivientes
en unos "vivos infectados" aficionados a la marcha atlética.
Son, naturalmente, productos hechos a medida del siempre raudo y fulgurante
Siglo XXI.
"Muertos que pasean" es un artículo de J.P.Bango
1- Habría que exceptuar de este comentario los animales
zombis de PET SEMATARY, de Mary Lambert o de RESIDENT EVIL
2- Película que parte de una muy interesante propuesta
(un arma química descontrolado por la acción de un saboteador con intereses
crematísticos) pero que ve saboteado parte de su interés por la dirección estridente
de un cada vez más despistado Paul (Shopping) Anderson. No confundir con Paul
(Boogie Nights) T. Anderson.
3- Film escrito por el gran Richard Matheson a partir
de su novela "Soy Leyenda" y que parte de una premisa, evidentemente, postnuclear
en plena resaca de la eclosión social del 68
4- Una contradicción argumental que sin embargo es muy
celebrada por los seguidores más irredentos de este tipo de filmes es que los
muertos vivientes posean un instinto devorador de carácter insaciable, suponemos
que para ¿no morir?, ¿no vivir..?
5- Versión apócrifa de la novela Jean Eyre de Brönte
6- Y que el propio Craven ayudó a infantilizar a finales
de los años 80 y 90
7- "Las cien mejores películas / Top 100 movies" de
John Kobal, 1988. En el comentario que realiza del film destaca uno de los aspectos
más innovadores del mismo, la ruptura de las convenciones: "Los novios, dos
personajes que se espera que sobrevivan en una película como esta, son asados
vivos en su coche y devorados antes de la mitad (…). El Padre WASP descubre
que su hija, resucitada por el muerto del sótano, está devorando atareadamente
a su madre…"
8- La Hammer no había pasado por alto la temática de
los muertos vivientes pero no consiguió cuajar en una serie como el resto de
monstruos clásicos. THE PLAGUE OF THE ZOMBIES (La Plaga de los Zombies) de John
Gilling, es su representante más laureada.
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