Seccion: Horrorferix (Lecturas: 4113)
Fecha de publicación: Agosto de 2004
El Génesis
No, no es un capítulo de catequesis sino que se refiere al comienzo del género fantástico en el cine y a los bichos. Necrodemo
Desde los comienzos del Séptimo Arte, y, comprobado el éxito
de los géneros dramático y de comedia, los primeros productores
de cine vislumbraron la oportunidad de la introducción de la fantasía.
Al decir "fantasía" estamos hablando de hechos de ficción
pura, algo mucho más alejado de la realidad que una comedia o un drama.
Esto ocurrió en el período posterior a la I Guerra Mundial, donde
en Alemania Robert Wiene filma EL GABINETE DEL DR. CALIGARI, donde inaugura
el cine expresionista, generoso en climas opresivos y de amplio misterio. Algunos
aspectos escénicos de estas y otras películas que siguieron consiguieron
despertar el miedo de los espectadores. Tal vez el propósito de sus realizadores
fue no el de generar miedo, sino, más bien, el de hacer que la gente
dejara atrás el horror de la guerra y realizara una especie de catarsis
con el terror ficticio de la pantalla.
El estreno de NOSFERATU en 1921, versión no autorizada del Drácula
de Bram Stoker, sirvió para asentar el nuevo género, que se consagraría
en los Estados Unidos que, ni lerdos ni perezosos, se lanzaron de lleno con
EL FANTASMA DE LA OPERA, película que contó con el protagonismo
indiscutido del mago de la caracterización y el maquillaje: Lon Chaney.
A partir de ese momento (1925), podríamos decir que explota la bomba
del terror, es decir, miles de personas que semana a semana iban al cine a ver
este tipo de exposiciones cinéfilas. Y la pregunta hasta hoy en día
es: ¿qué sucede? ¿por qué el público ve esta
clase de películas? ¿qué es lo que motiva su concurrencia
masiva? Esta incógnita dio pie a muchas polémicas entre intelectuales,
especialistas, médicos, psiquiatras y muchos más.
Con el advenimiento del cine sonoro, el género, que se comenzó
a denominar "truculento", o también "grand guignol",
vio duplicarse una y otra vez sus adeptos. Las pantallas fueron fieles muestrarios
de los Frankenstein, Dráculas, momias, hombres lobo, castillos, fantasmas...
el motivo no es ningún capricho de mentes retorcidas, no señor.
Cuando se vio que la vaca daba leche, se la siguió alimentando. La gente
de todo el mundo quería y quiere ver esas películas, ya que nadie
está obligado a ver una película.
Hoy en día el cine de terror u horror es una verdadera cultura que es
plasmada tanto en latas de fílmico como cinta de video. Las pantallas
del cine y la TV producen miles y miles de seguidores amantes de esa adrenalina
que se experimenta en una no siempre cómoda butaca de cine o sillón
hogareño. Y luego, a la noche, a dormir con la luz encendida, por miedo
inspirado en la película de terror que vimos antes. Pero, después
de unos días, "si es posible, vuelvo al cine a ver que otra de fantasmas
o monstruos estrenan, y la vemos..."
Esta situación se reduce a la famosa 'causa y efecto'. La causa es:
"¿como será esto?" y el efecto: "¡uy, me
asusté hasta la... pero estuvo bárbaro y voy a querer más!"
Y así es como funciona esta receta, señoras y señores.
El panorama del cine fantástico es tan vasto, especialmente cuando se
crean máscaras y make-up especiales. En mis 48 años de fanatismo
por este género (a título personal), no hay mucho que estudiar.
Si se hace un filme terrorífico y fue éxito... el realizador logra
su propósito y el concepto planteado de antemano por él. No existe
mayor premio que la sala llena o el comentario del público.
Hasta ahora nada de lo planteado por el Necrodemo es gran novedad. Pero...
algo se me ha salteado. ¡Sí, los bichos! Arañas, hormigas,
langostas, mariposas, mantis religiosas... y ya que entramos en tema (de ciencias
naturales), hasta plantas (carnívoras claro) que pueden agigantarse y
destruir todo a su paso. Muchas veces estos desastres son causados por el hombre
"equivocado", ese Sabio Loco o el Jorobado que volcó las probetas
del Dr. X, causando la mutación a posteriori horrorífica. Bueno,
en fin, todas estas emociones hermosas nos la dio y las sigue dando la maravilla
del Cine Fantástico.
Me siento un poco como el Dr. Decesos - y usted sabe y conoce de todo esto,
amigo lector, aficionado de todas estas cositas, bombones del Celuloide que
ha ganado la mitad mas un quinto de todo este bendito planeta. Si le tuviese
que agregar los titulos de los filmes, el artículo se vería un
tanto bobero, por lo tanto lo dejamos así, como decía un conocido
periodista mutante... ahora Vd. notará que salí de mi carril habitual
en la franqueza de la charla y estoy conversando y compartiendo un turrón
o maní con chocolate. Eso es lógico, dado que estamos en el cine,
pero no un cine cualquiera. En este cine me acompañan los Gatitos y Ratones..
y ¡ojo! porque ellos quizás, tan solo quizás, sufran alguna
mutación al contaminarse con tanto fotograma acetático…
Nos vemos en la proxima…
Reflexión del Necrodemo: Estoy ansioso y ya nada me
colma. Pretendo descansar y quiero ver y saber más. Las paredes desnudas
se cubren de vida y laten, respiran. Ojalá no amanezca. Deseo la niebla
y solo el resplandor del proyector en mi cine. Estoy notando que el pochoclo
o palomita de maíz fue devorado por ellos, los bichos del cine. ¿Sienten
celos porque no actúan? Vamos, que todas las criaturas del mundo son
plasmadas y aunque la tarántula gigante me acecha, yo digo, acércate,
acércate y vendrá la Mosca de la Cabeza Blanca.
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