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Lucio Lagioia PRIMITIV (Los Primitivos, Sisworo Gautama Putri, 1979) AKA: Primitif-Primitives-Savage Terror. Producción: Indonesia. Partiendo de una supuesta historia real (¡bah!), el film relata la historia de tres estudiantes de antropología (Rita, Robert y Tommy) que se internan en la selva (vaya a saber de donde) para estudiar las costumbres de primitivas tribus indígenas caníbales, con el objeto de realizar una tesis. Como es de esperar, no la pasarán nada bien. Primitivos es un penoso aporte al género, reproduciendo escenas calcadas de Ultimo Mundo Caníbal: los caníbales (de aspecto parecido al de las películas italianas, pero mucho menos convincentes) viven en una gran caverna, atan a los estudiantes, les arrancan la ropa a tiras y hasta uno de ellos intenta comerse un reloj. Literal al film de Deodato. También encierran a uno de los estudiantes en una jaula igual a la del film italiano, y los niños lo orinan… Uno de los caníbales intenta violar a Rita y es castrado por sus congéneres y un guía es devorado por un cocodrilo… igual que en La Montaña del Dios Caníbal, pero sin el detallismo explicito ni la mano diestra y efectiva de los directores italianos. De hecho, Primitivos casi no tiene gore ni sexo y no hay ni una escena de canibalismo. Lo que si abundan son las escenas de violencia contra animales: tenemos víboras y caimanes despedazados y devorados, un caníbal con cara de loco comiéndose una pequeña lagartija, alguna pelea de animales robadas de películas italianas y la mejor escena del film: nada menos que un tigre peleándose sangrientamente con unos cocodrilos… siendo derrotado por ellos. Sin dudas, la mejor escena del film, aunque posiblemente sacada de un documental. Con una evidente pobreza de presupuesto, con un director sin estilo y actores entre pasables (entre ellos, Barry Prima, héroe del cine indonesio de acción) y ridículos (los caníbales), tenemos un film realmente malo, que incluso plagia el tema We are the Robots del grupo de música electrónica Kraftwerk. Solo para completistas del género.
LOS CANÍBALES (La Diosa Bárbara, Jesús Franco, 1979) AKA: Mondo Cannibale-Barbarian Goddess-Il Cannibali-White Cannibal Queen-Inferno der Kannibalen-Une Fille Pour les Cannibales). Coproducción: España-Italia Aprovechando la moda caníbal, el prolífico director español Jesús Franco no podía quedarse sin hacer su aporte al género. En este caso, con la historia del científico Jeremy Taylor (Pier Luigi Conti, mas conocido como Al Cliver) "especialista en temas tropicales" que, junto a su esposa e hija, es atacado por una tribu caníbal durante su viaje a Malawi, África (aunque de ninguna manera filmaron allí). Mientras que su mujer es devorada, Taylor sufre la amputación de su brazo y su hija es raptada por los caníbales. Años mas tarde, reúne una expedición para buscar a su hija ya adulta (Sabrina Siani), quien es reverenciada por los caníbales como "La Diosa Blanca". Quienes hayan seguido de manera mas o menos atenta la carrera de Jesús Franco, verán que la misma es realmente desconcertante y terriblemente despareja. Franco ha hecho buenas películas con buenos presupuestos (El Proceso de las Brujas, Los Predadores de la Noche), películas de menor presupuesto y muy acertadas en el contexto de su género (Colegialas Violadas, Ilsa: The Wicked Warden), películas de bajo o bajíisimo presupuesto y de pésima calidad (Drácula Contra Frankenstein, Lust for Frankenstein) y películas de bajo presupuesto, descuidadas y de mala calidad, pero que aun así resultan simpáticas y por momentos hasta agradables a pesar de sus innumerables defectos. Los Caníbales pertenece precisamente a este ultimo rubro. Como ya dijimos, los defectos del film son innumerables: cuando regresa a la isla, Taylor "reconoce" a su hija en cuanto la ve, aunque esta realmente irreconocible, ya que han pasado muchos años y la niña de unos diez o doce años de entonces ahora se ha convertido en la belleza supersexy italiana Sabrina Siani, con facciones muy distintas. Los "caníbales" del film, son en su mayoría actores caucásicos y blancos, ¡algunos incluso con patillas y bigote!. La pintura del rostro de los mismos es ridícula, pareciéndose mas a un maquillaje del grupo Kiss que a pinturas aborígenes. Su "aldea" es francamente lamentable e incluso su jefe (Antonio Mayans) ¡habla inglés perfectamente!. Las locaciones del film son patéticas: evidentemente no se filmó ni en África, ni en el Amazonas, ni siquiera en un lugar mas o menos selvático con vegetación mas o menos profusa. Solo vemos varias palmeras, algun rio y muy poco mas. Incluso, prácticamente no hay tomas de animales del lugar. Tanto descuido y desinterés, bastante habitual en el cine de Franco, no puede justificarse con la excusa del bajo presupuesto. El ritmo es cansino y por momentos pesado. Entre el primer ataque de los caníbales y el regreso al lugar de los hechos, parece que transcurre una eternidad, repleta de diálogos y situaciones banales y sin interés. Sin embargo... Quienes hayan visto varias películas de Franco, verán que muchas de las mismas tienen un estilo extraño, ambiguo, grotesco, desconcertante, pero casi siempre ominoso, siniestro y macabro, y Los Caníbales no es la excepción. Los asesinatos y escenas gore son claro ejemplo de ello. Por un lado, son muy insatisfactorias: salvo la gráfica amputación del brazo de Taylor, el resto de los asesinatos son simples lanzazos y flechazos sin mayor gracia. La filmación de los actos de canibalismo son muy pobres, ya que se nota el uso de trozos de carne animal puestos encima del cuerpo de las víctimas, masticados por los aborígenes en primer plano y sin abrir el ángulo de la cámara para que no se note. Ni siquiera se utilizó un maniquí como cuerpo a ser destrozado por los caníbales. Aunque estas escenas son demasiado reiterativas y expuestas con fx pobrísimos, resultan escabrosas y con cierto encanto. El cambio de fotografía con tonos sepia, los grotescos efectos sonoros con voces bestiales y de ultratumba (habitual en el cine de Franco), la lograda banda sonora del italiano Roberto Pregadio, los primeros planos de rostros brutales y desencajados, los gritos agónicos, la carne mordisqueada y la sangre forman un conjunto grotesco destacable y poco habitual. He aquí el encanto particular del cine de Franco. Un cine inclasificable, anárquico y ambiguo que perturba la capacidad critica del espectador... hecho muy habitual en el cine de género europeo, en particular el italiano y el español. Prueba de ello es la increíble pelea final entre el jefe de los caníbales y el profesor Taylor, el cual se defiende con el muñón de su brazo amputado como lo hacían los gauchos argentinos con el poncho... Ver para creer. Finalmente, destacamos que este film suele ser atribuido al italiano Franco Prosperi, lo cual es un error. EL CANÍBAL (Jesús Franco, 1980) AKA: Sexo Caníbal-Mandingo Manhunter-The Man Hunter-Devil Hunter-Cacciatori de Uomini. Coproducción: España-Alemania-Francia Otra película de Franco aprovechando la moda caníbal italiana y otro film delirante e inclasificable al cual le caben los mismos conceptos que a Los Caníbales. La bella modelo Laura Crawford (Ursulla Buchfellner) es secuestrada por una banda de delincuentes (entre ellos, el exagerado y genial Werner Pochat) quienes se ocultan en algún lugar de Sudamérica y exigen un rescate millonario. En su rescate, parten el aventurero Peter Weston (otra vez Pier Luigi Conti) y su amigo Jack (otra vez Antonio Mayans). Al llegar al lugar, deberán enfrentarse no solo contra los delincuentes, sino también contra un monstruoso caníbal, al cual una tribu nativa le ofrece muchachas en sacrificio. Como reza el titulo, aquí tenemos UN solo caníbal, cuyo mérito (o no, según se mire) es ser uno de los mas grotescos y absurdos que se haya visto. El caníbal consiste en un enorme negro desnudo, el cual posee unos ojos saltones monstruosos inyectados en sangre... diseñados de la manera mas burda y extravagante que se pueda imaginar. Resulta tan absurdo y ridículo, que acaba siendo pasablemente acertado y siniestro de puro grotesco. Para hacer mas guarra la cuestión, el caníbal tiene la costumbre de mordisquear y devorar las vaginas de sus víctimas, lo cual es mostrado de modo no muy explícito (el nivel paupérrimo de los fx no lo permitía), aunque si vemos como mordisquea trozos de algo parecido a piel humana, en primerísimos planos de su boca mordiendo y babeando sangre. El nivel de fx vuelve a ser flojísimo, como por ejemplo una lamentable decapitación y posterior hallazgo de la cabeza... la cual se nota que es la cabeza del actor cubierta con algunos pastos en el cuello. Las escenas mas gore vuelven a mostrarse en primerísimos planos para que no se note la pobreza del efecto, tales como la mencionada decapitación o un destripamiento que parece un pedazo de animal abierto por la mitad. A pesar de ello, el film es mas gore que Los Caníbales y sus fx menos malos, destacando la muerte de una mujer delincuente que recibe un tremendo golpe en el cráneo y acaba con la frente bastante maltrecha. Una vez mas las locaciones son pobres, aunque mejores que la de Los Caníbales; al menos se nos muestran un par de cocodrilos... Pero lo peor es la tribu, aquí no caníbal. Si en Los Caníbales teníamos al menos unos 20 "nativos", aquí no llegan a diez, mostrándosenos reiteradas escenas de bailes eróticos paupérrimos y reiterativos en los que baila... ¡una sola negra!. Algunos nativos de raza negra se mezclan con hombres blancos ¡con barba, bigote y pelados!. La aldea es penosa y solo resulta acertado el tótem construido que simboliza al caníbal. Otra vez, el film culmina con un enfrentamiento mano a mano entre el malo de turno y Pier Luigi Conti, aquí mejor filmado y menos delirante. En definitiva, otro film guarro y grotesco, profundamente fallido pero "simpático", que debe verse con infinita tolerancia y cinefagia y sin las mas mínimas pretensiones MANGIATI VIVI! (Devorados Vivos!, Umberto Lenzi, 1980) AKA: Eaten Alive!-Eaten Alive by the Cannibals-Doomed to Die-Emerald Jungle-Holocausto Caníbal 2. Producción: Italia Segundo film de Caníbales en la Selva del creador del género, Umberto Lenzi, y un film que se podría equiparar con Un Gato en el Cerebro de Lucio Fulci. ¿Por qué digo esto?, porque fue realizado en gran medida con partes de otros films previos. Como ocurría con el film de Fulci, uno puede disfrutar ampliamente con el bombardeo de escenas gore brutales, pensando que son propias del film. Pero si uno ha visto previamente la procedencia de esas escenas, se sentirá estafado por la enorme repetición de las mismas, ya vistas en otros films. En Devorados Vivos! tenemos escenas recicladas de El País del Sexo Salvaje, Ultimo Mundo Caníbal y La Montaña del Rey Caníbal, y no son precisamente pocas. A pesar de ello, el film es bastante divertido y disfrutable, sobre todo por el delirante argumento: el aventurero y veterano de Vietnam Mark Butler (Richard Bolla, el Dr Monroe de Holocausto Caníbal) parte a Nueva Guinea (en verdad Sri Lanka) junto a Sheila Morris (Janet Agren, habitual en el cine de horror italiano) en busca de Diana, hermana de Sheila (la bella Paola Senatore), quien ha sido captada por una secta cuyo lider, Jonas Melvyn (otra vez Ivan Rassimov) lidera un culto místico al estilo de Jim Jones. Mark, Sheila, Diana, y una nativa amiga (otra vez Me Me Lay) deberán enfrentarse tanto a los secuaces de Jonas, ¡como a una tribu caníbal sedienta de sangre!. Como verán, el argumento es la habitual combinación irresistible y delirante de géneros, temas y situaciones varias tan habitual en el cine de horror y fantástico italiano. Aquí tenemos una tribu caníbal, una secta mística con líder mesiánico que droga y abusa sexualmente a sus fieles femeninas mas bellas a través de ritos sexuales grotescos, filmaciones de rituales verídicos al estilo Mondo, acción y ritmo de película de aventuras. Incluso, el film culmina con un suicidio masivo al estilo Jim Jones, con Ivan Rassimov matando personalmente a quienes no quieren suicidarse... así sean madres con sus pequeños hijos. Evidentemente no podían faltar las vomitivas y fascinantes escenas de violencia animal, las cuales desafortunadamente (o afortunadamente para los animales) son escenas de los films mencionados. En el aspecto gore, si bien hay demasiadas escenas recicladas, también hay alguna escena nueva significativa, como la muerte de Me Me Lay y de Paola Senatore. A ambas les cercenan un seno y les amputan varios miembros, devorándolas mientras permanecen vivas y agonizantes. Resulta especialmente grotesco ver a un caníbal trozándole un seno a Senatore en primerísimo y ultra explícito plano, y luego comiéndolo y convidandolo alegremente a sus compañeros.
En Devorados Vivos!, se repiten una de las obsesiones de Lenzi: si Fulci solía filmar todo tipo de laceraciones oculares, si Joe D’Amato se fascinaba con la exhibición de vísceras y Darío Argento nos regala varios asesinatos de bellas mujeres golpeado contra espejos o cristales de ventanas, Lenzi nos brinda su show de senos lacerados: tres en este film. Recordemos que en Incubo sulla Citta Contaminata (1980, AKA La Invasión de los Zombis Atómicos, Nightmare City) un zombi le corta un seno a una bailarina con un cuchillo, mientras que en Cannibal Ferox, que comentaremos en breve, tenemos una célebre escena que también involucran aquellas protuberancias femeninas que ven poco la luz... Otra obsesión de Lenzi también aparece en Devorados Vivos!. Si rastrean sus viejos policiales verán que en casi todos alguna bella mujer es golpeada bestialmente, en muchos casos hasta la muerte. En Devorados Vivos!, tenemos varias golpizas a féminas. Pero lo mas gracioso es la circunstancia en que suceden las golpizas. En reiteradas ocasiones, cuando Sheila está por presenciar algun crimen o situación escabrosa, aparece Mark ¡y le propina terribles trompadas en el rostro para que se desmaye y no vea los crímenes!. Menuda manera de evitarle un sufrimiento... Si uno tolera la repetición de escenas de otros films, junto a la pavorosa actuación de Janet Agren y Paola Senatore, la frialdad indiferente de Mel Ferrer y algunos diálogos ridículos (Janet Agren diciendo "a mi me gusta el rock, ¿a ti te gusta el rock?" y Bolla respondiendo "No me gusta el rock, me gusta el whisky") se podrá disfrutar de un film ultraviolento, cruel, delirante y divertido, con acertada ambientación y excelente banda sonora (en parte reutilizada en Cannibal Ferox), una lograda actuación de los brutales nativos (básica en su salvajismo sin limites) y un ritmo agradable de film de aventuras. Sin embargo, Devorados Vivos! no es uno de los mejores film del género. Por último, no se pierdan al indio africano que ataca a Bolla... ¡con boleadoras!. Esta nota continua...
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