Seccion: Películas (Lecturas: 22962)
Fecha de publicación: Marzo de 2007
La Novia de Frankenstein: la criatura que todos llevamos dentro
A partir de la famosa película de James Whale, echamos un vistazo a las costuras y rizos electrizados de Elsa Lanchester. Fabián Cepeda
Pocas imágenes cinematográficas son tan memorables como la definitiva de THE
BRIDE OF FRANKENSTEIN (La novia de Frankenstein-1935): cuando, inesperadamente,
una criatura salvaje, grotesca pero atractiva a la vez, rechaza al monstruo
de Frankenstein emitiendo un sórdido graznido, estamos en presencia de una contundente
imagen que ha quedado congelada en la memoria de todo fanático del género. A
la vez, fue éste el papel que la valió a la actriz Elsa Lanchester su inmortalidad
en el celuloide.
Esta película fue la primer secuela de la taquillera FRANKENSTEIN (Íd.-1931),
y, nuevamente bajo la dirección de James Whale, tanto el original monstruo,
Boris Karloff como Colin clive en el rol del doctor repitieron sus papeles anteriores.
Pero ¿quién sería la novia de la criatura? Desechando nombres famosos, Whale
personalmente eligió a la británica Elsa Lanchester, con quien había trabajado
en sus primeros pasos del teatro inglés.
Elsa Lanchester, al natural y como Mary Shelley
Lanchester, casada con el astro inglés Charles Laughton, había coprotagonizado
con su esposo varios éxitos cinematográficos en su Inglaterra natal, y el ser
llevados a Hollywood les permitió probar suerte en la Meca del Cine. La Universal,
productora del film, quedó impactada por el extraño look de la experimentada
actriz, y le otorgó el rol que sería el más importante de su carrera. Whale
convenció a los productores que la elección era certera, y no solamente le dió
el rol de la supuesta pareja del monstruo, sino que también la hizo interpretar
a Mary Shelley, la verdadera autora del libro original, ya que en su visión
él creyó que debía mostrar que existía un fuerte lazo común entre la escritora
y la criatura que había imaginado. Y para aumentar el suspenso, Whale decidió
no acreditar en el comienzo de la película a su estrella, colocando un signo
de interrogación para el crédito de la criatura.
Elsa Lanchester, la Novia del Monstruo
En el comienzo de la celebrada película, el director imaginó una escena en
la que se veía a Lord Byron (el actor Gavin Gordon), en animada charla con los
esposos Shelley, Percy (protagonizado por Douglas Walton) y Mary (la ya citada
Lanchester). Los tres discuten acerca de por qué la escritora pareciera haber
dado un abrupto final a su libro original, a lo que ella responde que la saga
continúa, dando así pie al desarrollo de la secuela. Whale insistió en lograr
que la actriz interpretara ambos roles, con el objeto de demostrar, a través
de esa ambigüedad, la existencia de un supuesto "monstruo" dentro de cada uno
de nosotros. Aunque mostraba al papel de la escritora como frágil y asustadiza,
luego nos clarificaba que detrás de esta endeble fachada existía una mente capaz
de concebir a un horrible monstruo.
Una novia con costuras (pero no en el traje)
Para personificar a la criatura, la actriz debió soportar largas y tediosas
horas de labor, vendada de pies a cabeza. Y una vez que el vendaje se removía,
su trabajo de "la novia" se mostraba en todo su esplendor, ante la mirada atónita
de los presentes, incluído su supuesta futura pareja. El maquillaje, creado
por el experto Jack Pierce (también autor del make-up del propio monstruo de
Frankenstein, así como los de la momia y el hombre lobo de otras películas),
fue todo un hallazgo: luego de largas jornadas de trabajo, emergía el rostro
de una mujer palidísima, de mirada profunda, con un aún hoy famoso peinado terminado
en punta, de cabello renegrido surcado por listones blancos. Aunque esta criatura
aparece en los últimos minutos de la película, su presencia causa tal impacto
que bien vale la espera del desarrollo.
THE BRIDE OF FRANKENSTEIN fue filmada en poco más de un mes, utilizando un
presupuesto de casi $ 400.000. La meticulosidad del director James Whale, a
la que se sumó un electrizante fondo musical de Franz Waxman, logró su
cometido, y la película se convirtió en un inmediato éxito de taquilla.
Originalmente titulada como EL RETORNO DE FRANKENSTEIN, la película fue duramente
criticada en un principio, por permitir que el monstruo (Karloff) dialogara,
algo que no hacía en el film inicial. Pero el desarrollo de la historia en sí
y la presencia de situaciones inesperadas y personajes interesantes y desiguales
(como el de la actriz Una O'Connor, interpretando a la chismosa y extremista
Minnie) pergueñaron una historia entretenida, que transformaron al elemento
criticado en simplemente un detalle más.
Mientras que la película presenta toques de innegable brillantez y momentos
de exquisita originalidad y profunda emoción, también abunda en situaciones
forzadas y poco creíbles, lo cual a veces aleja al espectador del nudo de la
historia, recordándole, al fin y al cabo, que esta cruenta historia gótica no
es más que una buena y lograda película.
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