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Fecha de publicación: Febrero de 2008

¡Heil morbo! El sadiconazista o naziexploitation

Repasamos uno de los géneros de cine italiano más difundidos de los años '70 que se caracterizaba por carecer de limitaciones de todo tipo, salvo presupuestarias.

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Lucio Lagioia



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Género despreciado y denostado si los hay, el sadiconazista (término italiano) o naziexploitation tiene reservado un lugar de honor dentro de las vertientes mas extremas de la prolífica cinematografía italiana de los años 70. Década irrepetible y maravillosa en la cual todos los tabúes eran derribados y donde los límites no parecían existir a la hora de realizar los films más políticamente incorrectos, osados, salvajes y delirantes de la historia del cine. Época en la cual los directores italianos tenían la absoluta libertad de filmar lo que se les viniera en ganas, siempre que se restringieran a los escuetos presupuestos disponibles y que sus films obtuvieran un mínimo de rentabilidad que les permitiera a los productores continuar produciendo.

Los films sadiconazistas eran generalmente (aunque como en toda regla, hay excepciones) dirigidos por directores bastante marginales que se ocultaban bajo seudónimos. De ninguna manera un Lucio Fulci o un Dario Argento hubiesen incursionado en el género. Ni siquiera un Lenzi o Deodato. Podría decirse que el género no gozaba de prestigio entre el mundo del cine.

Es que el sadiconazista tiene un elemento especialmente polémico y único, el cual lo distingue del resto de géneros escabrosos que Italia ha creado o explotado (mondo, caníbales en la selva, etc). Esto es, el propósito de explotar comercialmente el comúnmente denominado Holocausto judío, producido en diversos campos de concentración y/o exterminio. Voluntad políticamente incorrecta si las hay, teniendo especialmente en cuenta lo que hoy en día se considera correcto e incorrecto. Pero a los italianos nunca les importó lo que era correcto o no. Ellos hacían films para complacer al público y hacer dinero, o para complacerse ellos mismos, filmando lo que les venía en gana según los gustos y convicciones del director. Usualmente, buscaban combinar ambos elementos. Al mal llamado "cine de género" italiano (como si existiera algun posible film que no perteneciese a ningun género) nunca le preocupó la opinión de los criticos ni ganar premios en festivales intelectuales. He aquí uno de sus mayores encantos.

Llegado a este punto, caben dos advertencias: a los nacionalsocialistas o fascistas que puedan estar leyendo esta nota, les aclaro que el género sadiconazista no ensalza la figura de Adolf Hitler ni del movimiento nazi, ni sus ideales ni las acciones llevados a cabo por ambos. O sea, no se entusiasmen. Al menos por ahora.

A los personas de religión judía, miembros del Centro Simón Wiesenthal o instituciones vigilantes y persecutorias afines (nunca se sabe) e individuos fácilmente escandalizables, les aclaro exactamente lo mismo, aunque tendrían varios motivos para saltar de sus butacas mientras presencian estos filmes...

Es que el género sadiconazista, mientras que por un lado no apoya y repudia los actos llevados a cabo en los campos de exterminio y la ideología nazi, por otro lado se regodea con las crueles situaciones que muestra, regodeo sádico que parece compartir con muchos de los espectadores que pueden presenciar los films. Cabe aclarar que estos films se estrenaban cinematográficamente en todo el mundo (desde Europa, hasta Asia y Latinoamérica) en salas que no eran marginales. Es decir, no eran productos underground destinados al mercado del video, ni muchos menos. Eran comercialmente populares y en ocasiones masivos y muy exitosos.

El sadiconazista, como otros géneros italianos, nació al calor del éxito de determinados films del momento, aunque acabó adquiriendo características propias:

films modelos del género sadiconazista

LOVE CAMP 7 (Campo de Amor 7, Lee Frost, 1969) Producción: EE.UU.

Producida por David Friedman (no acreditado en el film), Love Camp 7 fue el primer film del género, aunque en aquel momento no era reconocido como tal. Así, el punto de partida no fue italiano, aunque fueron ellos quienes posteriormente lo explotaron profusamente.

El film trata acerca de un campo de prisioneras, obligadas a satisfacer las demandas sexuales de los militares alemanes que busquen relajarse y disfrutar antes de volver al frente de batalla. El campo es dirigido por un sádico comandante (Bob Cresse), el cual somete a las detenidas a golpizas, revisiones ginecológicas degradantes, baños a manguerazo limpio y humillaciones varias. En el campo, dos infiltradas enviadas por los Aliados tratan de contactar a la hija judía de un científico, la cual posee información vital. El objetivo es huir de allí con ella con la ayuda de la resistencia francesa (¿la resistencia francesa liberando un campo de concentración alemán? humm...). Pero las cosas se pondrán bastante complicadas y desagradables para las muchachas. Love Camp 7 es un film violento y por momentos sádico, pero lejos de los niveles de crueldad al cual llegarían los films venideros. La falta de agilidad e inspiración del director, Bob Cresselos poco elaborados movimientos de cámara, lo repetitivo de ciertas escenas y la pobreza de escenarios no ayuda mucho, como tampoco lo hace algunas actuaciones muy flojas. Sin embargo, la unidimensional pero grotesca y divertida interpretación de Bob Cresee (foto izquierda) y de todos los militares alemanes, junto al show casi interminable de violaciones en masa y una masacre final aceptablemente sangrienta y divertida, hacen que el espectador masculino pueda pasar un rato mas o menos entretenido, siempre y cuando no espere demasiado ni a nivel de osadía ni a nivel de lo que podría llamarse "calidad" y se contente con este repertorio de sadismo domesticado e incipiente. Finalmente, destacamos la aparición en el film de la figura del soldado "bueno", que se enamora de una de las chicas y que se indigna por lo que sucede, la cual aparecerá posteriormente en muchos films italianos del genero.

ILSA, SHE WOLF OF THE SS (Ilsa, la Loba de las SS, Don Edmonds, 1974). Producción: Canadá.

Dyanne ThorneDebido al éxito que Love Camp 7 tuvo en Canadá, una productora de ese país le encargó a David Friedman (¡que diría su idishe mame!) que produzca otro film del mismo tema. Y lo hizo, aunque su nombre siguió sin figurar en los títulos de crédito. Afortunadamente, el director Don Edmonds le imprimió a la película un nivel que no tenía Love Camp 7, ni por asomo.

La figura dominante del film es Ilsa (Dyanne Thorne) la impresionantemente exuberante y bella guardiana de un campo de concentración nazi en el cual se somete a hombres, pero sobre todo a mujeres, a sádicas y crueles torturas junto a grotescos experimentos médicos. Ilsa tiene dos preocupaciones en mente: la primera: realizar bestiales experimentos para descubrir cuanto dolor puede soportar una mujer (introduciéndoles dolorosos consoladores electrificados, electrodos o sometiéndolas a torturas de sonido, por ejemplo) y para ayudar al ejercito alemán. La segunda, es hallar a un hombre con la suficiente capacidad sexual para apagar su insaciable apetito sexual.

En el primer ítem, varios experimentos no parecen tener mucho sentido, salvo por el hecho de que Ilsa (y los espectadores) disfrutan ampliamente con las torturas. Digo que no parece tener sentido, porque no veo la relación entre hervir a 50 grados a una mujer desnuda y ayudar a los soldados alemanes que se queman en los tanques, como afirma Ilsa. O encerrar a otra mujer desnuda en una cámara cerrada y disminuir la presión atmosférica hasta que termina vomitando sangre, todo para "ayudar a la Luftwaffe". Lo que si tiene sentido (aunque cruel), es someter a una prisionera a la infección de una nueva cepa de tifus, a través de introducirle gusanos contagiados en una herida abierta y sangrante para que esté lista para contagiar a todo un ejercito. En este repugnante y muy conseguido efecto especial, se lucen las habilidades de Joe Blasco, el encargado de FX. También se lucen en la muestra de un brazo herido y con gangrena, en búsqueda de hallar un antídoto para la misma. Ya hubiese querido Josef Menguele tener una ayudante tan aplicada y con tamaña inventiva.

Ilsa se ensañará especialmente con una prisionera que soporta las peores torturas, lo cual fascina a Ilsa y la entusiasma, ya que parece respaldar su teoría basada en que la mujer soporta más dolor que los hombres. Sin embargo, a Ilsa le fastidia su resistencia y la tortura más y más, en busca de someterla y obligarla a que pida clemencia. El estado en que termina la chica, es indeciblemente espantoso. Otra vez, Joe Blasco hace maravillas en los FX.

Dyanne ThorneCon respecto a su insaciable deseo sexual, Ilsa logra satisfacerlo con la llegada de un viril prisionero norteamericano, el cual tiene el único privilegio de aguantar una erección sin eyacular... de manera indefinida. Imaginen como hace gozar a Ilsa y a sus dos bellas ayudantes. Si no la hubiera satisfecho lo hubiese castrado, como lo hizo con un infortunado al principio del film.

La imaginación de Ilsa llega a su cumbre en la escena del banquete que celebra en honor de un general nazi que visita el campo para supervisar los "progresos" de Ilsa. Mientras beben y comen abundantemente, observan a una chica desnuda parada sobre un bloque de hielo, atada y suspendida en el aire por un cuerda de piano atada alrededor de su cuello. Mientras el hielo se derrite, la chica va ahorcándose lentamente... A esto, sumémosle violaciones en masa, lesbianismo forzado y practicas tales como la denominada "lluvia dorada"...

Sandy Dempsey y Dyanne ThorneIlsa, la Loba de las SS fue un gran éxito taquillero debido a la irresistible combinación de truculencia bien servida por logrados FX y sexo a granel, cortesía de la espectacular Dyanne Thorne, tan sexy cuando esta desnuda como cuando viste su traje de SS reglamentario. El fetichismo nazi llegaba a su cumbre e Ilsa demostraba que el nazismo podía tener un costado sexy muy estimulante, aunque a muchos les cueste reconocerlo. A esto se suma un reparto con logradas interpretaciones, una producción decente (que aprovechaba los decorados utilizados por la serie Hogan's Heroes), una dirección efectiva y macabramente inspirada y un guión que acumulaba eficazmente una bestialidad tras otra sin ningún miramiento. Destacamos además la rebelión de los presos y el divertidísimo y sangriento combate final, con excelentes planos filmados en cámara lenta. Posteriormente, la figura de Ilsa, especie de erótico antihéroe siniestro pero excitante, sería plagiada habitualmente por los italianos con menor fortuna, francamente.

IL PORTIERE DI NOTTE (El Portero de Noche, Liliana Cavani, 1974). Producción: Italia.

Charlotte RamplingEl Portero de Noche relata la historia de una cantante, sobreviviente de un campo de concentración (Charlotte Rampling) quien años después se encuentra casualmente con un oficial nazi que fue su torturador (Dick Bogarde) el cual trabaja como portero de noche. Ambos revivirán una historia de amor/odio que acabará trágicamente.

El conocido Síndrome de Estocolmo (la identificación/atracción sexual de una victima con su victimario y viceversa) es la base de esta película y la de muchos de los films italianos que siguieron. De hecho, la intención del film parece ser el buscar demostrar que de ciertos hechos extremadamente traumáticos no parece poder volverse atrás: en su propio departamento, el portero captura y encadena a Rampling sin que esta se resista en absoluto ya que parece gozar de la situación. Ambos se necesitan y desean sádicamente y en verdad ambos se encuentran prisioneros, tanto de su enfermiza relación como de la persecución de una agrupación de ex nazis que busca eliminarlos. Encerrados en el departamento no pudiendo salir sin que los maten, irán literalmente muriéndose de hambre. El acabará vistiéndose con su traje de SS y ella se verá reducida a la figura de una hambrienta prisionera de un campo de concentración.

Sin ser de ningún modo un film del género sadiconazista, mostrando poquísimas escenas de campo de concentración y sin recurrir a las divertidas, escabrosas y políticamente incorrectas escenas truculentas de los futuros sadiconazistas, El Portero de Noche reflexiona sobre la condición humana y los finos límites que pueden existir entre victima y victimario. Aquí, la intención es otra, aunque lamentablemente el film por momentos sea demasiado pausado. Sin embargo, las actuaciones son muy logradas y el balance final extremadamente deprimente, en el buen sentido de la palabra. La escena en la cual una sensual Rampling se viste con ropa de SS durante un flashback del campo de concentración, impulsaría aun mas el fetichismo con ropa y simbología nazi y el erotismo resultante de él.

SALO O LE 120 GIORNATE DI SODOMA (Salo, o los 120 Días de Sodoma, Pier Paolo Pasolini). Producción: Italia.

SALÒEl morbo truculento iba in crescendo, y fueron los italianos quienes se encargaron de subirlo con este film bastante polémico y por momentos francamente intragable, cortesía del director gay y comunista Pier Paolo Pasolini. Film que no es un sadiconazista, aunque contribuyó a cimentar las bases del género y por ello me parece relevante comentar.

En la ciudad italiana de Saló, durante la ocupación nazi-fascista en el año 1944, cuatro prominentes individuos (llamados el Duque, el Presidente, el Obispo y el Magistrado) de declarada ideología fascista, junto a cuatro prostitutas mayores amigas de ellos y varios sus jóvenes ayudantes armados con ametralladoras se reúnen en una casa palaciega para someter a diversas torturas y vejaciones a nueve muchachos y nueve chicas vírgenes secuestradas por ellos. La película se divide en segmentos extraídos del Infierno de Dante, tales como Antesala del Infierno, Circulo de las Manías, de la Sangre y de la Mierda. Además, se inspira en ciertos textos del Marque de Sade.

El objetivo de los cuatro individuos, es gozar con el poder que le otorgan sus posiciones sociales dentro del mencionado régimen. Poder que se manifiesta en humillar impunemente a los jóvenes que han secuestrado, situados en una posición social inferior, satisfaciendo los deseos más escabrosos y perversos sin que sus víctimas puedan negarse a nada. Si lo hacen, son exterminados. Y el placer, proviene en la diferencia entre ellos y los humillados, de saberse impunes y privilegiados, en contraposición con los individuos de clase inferior, irremediablemente sometidos. Como manifiestan los fascistas del film: "si los hombres fueran iguales y no existiera diferencia, la felicidad no podría existir" o "no hay voluptuosidad que más alabe a los sentidos que el privilegio social". Asi, la felicidad no proviene de la riqueza en si, de la tranquilidad que da el hecho de saber que nunca se pasara hambre o ninguna privación. La felicidad, en verdad, proviene de la contemplación de la diferencia, de la contrapuesta posición de los individuos que si pasan privaciones.

"Todo exceso es bueno" afirma otro miembro de la cofradía. Siempre y cuando los que lo sufran sean las personas en inferioridad de condiciones. "Nosotros los fascistas seremos los verdaderos anarquistas, naturalmente, cuando dominemos el estado" afirma otro miembro del grupo, ya que "la verdadera anarquía, es aquella del poder". Poder para disponer de la vida de los que se encuentran por debajo de ellos.

El Síndrome de Estocolmo que se trataba en El Portero de Noche, reaparece en Salo. Algunos jóvenes acaban identificándose y hasta enamorándose de sus captores. La mayoría acepta sumisamente su destino, o protestan tibiamente. Los jóvenes a los que han reclutado como ayudantes armados, bien podrían negarse a hacer las barbaridades que están cometiendo ya que son mayoría, pero no lo hacen. Es mas, disfrutan de ello. A esto se suma la delación en la que caen varias de las victimas, que para salvar el pellejo acusan desesperadamente a sus compañeros de cometer faltas (ridículas, en el contexto de las barbaridades que ejecutan los victimarios) reglamentadas y explicadas previamente, casi al comienzo del film.

Las escenas de violencia y sadismo son variadas, efectivas y en ocasiones muy desagradables: tenemos vaciamiento de cuenca ocular, un pene quemado por una vela, escalpamiento, violaciones y brutales humillaciones varias. Entre ellas, a todos los jóvenes secuestrados, desnudos, les obligan a andar a cuatro patas y comer como perros. En una de las escenas más repugnantes, a una chica la obligan a comer excrementos recién defecados. Luego, tenemos un banquete de excrementos, como celebración de una forzada boda homosexual. "Mi película esta planeada como una metáfora sexual, que simboliza de manera visionaria, la relación entre el explotador y el explotado. Tanto en el sadismo como en el poder político, los seres humanos se convierten en objetos" afirmó Pasolini, muy poco antes de su muerte, asesinado por un joven marginal y delincuente a quien había levantado en su auto. El final del film es grotesco y efectivamente macabro: los victimarios acaban bailando tomados del brazo, festejando impunemente sus bestialidades

Aquí, hacemos un alto para reflexionar sobre un par de cuestiones: por un lado Pasolini, en su condición de comunista militante (critico tanto del marxismo como del catolicismo, a quienes llamaba "las dos iglesias"), se centra en la crítica hacia el fascismo y sus seguidores. En el film, los fascistas son retratados como seres violentos, criminales, sádicos, crueles, perversos y de pulsiones agudamente psicopáticas (la ingestión de excrementos, por ejemplo). Así, la doctrina fascista sería el medio a través del cual individuos con esas características (ya encumbrados en lo mas alto de la sociedad, debido a su condición social y profesiones influyentes) pueden acceder al poder absoluto, gozando de él y sojuzgando a los seres que se encuentran por debajo suyo. Para ello, emplean a individuos funcionales (los jóvenes guardianes del film), necesarios para garantizar y ejercer su poder. Individuos que siguen siendo considerados como esbirros inferiores, aunque con una posición privilegiada en relación a las victimas asesinadas, torturadas, etc.

Sin embargo, podríamos decir que la actitud de los cuatro individuos del film, más que de fascistas, es de sádicos perversos y criminales psicopáticos. No por ser fascista y tener poder, un individuo debe ser adepto a ingerir placenteramente excrementos, travestirse, ser orinado o sodomizado en público. Considero que estos gustos e inclinaciones van mas allá de las ideologías políticas y no es patrimonio de ninguna ideología en particular.


Pasolini en el set de filmación de Salò

Además, el placer por el poder absoluto, por someter violentamente a los que se no pueden defenderse, tampoco es exclusividad de ninguna ideología. El film podría ser considerado una parábola del ejercicio/sujeción al poder por parte de cualquier sociedad, en cualquier época y en cualquier régimen totalitario. Parábola de cómo se ejerce el poder totalitario y de cómo se reacciona, muchas veces mimetizándose con el. Sin embargo, me parece que en su condición de comunista militante, Pasolini se centra exclusivamente en defenestrar al régimen fascista de manera francamente grotesca y exagerada. Y en su condición de homosexual, se centra placenteramente en recrear escenas de sexo homosexual.

Por otro lado, con respecto a la explicitud de la violencia (tanto sexual como sangrienta)... bueno, Pasolini recrea un show de truculencias altamente asquerosas y chocantes, que causó escándalo en 1975 y podría espantar hoy en día. Y ante ello, uno se pregunta: ¿hay exceso en el muestreo de tantas bestialidades?, ¿podría haber contado lo mismo sin excederse tanto?, ¿su furia personal contra el fascismo, su militancia comunista y sus gustos homosexuales lo llevaron a llegar a tales extremos?.

Con respecto a la primer pregunta: sí, hay exceso, e irónicamente Pasolini parece adherir a la formula que los propios fascistas enuncian en el film: todo exceso es bueno. Por mi parte considero que el exceso, si esta bien orquestado (me refiero al cinematográfico) no tiene que por que ser negativo y muchísimas veces puede ser positivo y muy demostrativo. Y divertido, por que no.


Una de las imágenes más truculentas de Salo: un joven es mutilado.

Con respecto a la segunda pregunta: sí, podría haber contado lo mismo sin excederse tanto. Aunque no hubiese tenido el mismo impacto. Considero que una imagen vale mas que mil palabras.

Con respecto a la tercera pregunta: sí. El odio/miedo de Pasolini hacia el fascismo lo lleva a exagerar grotescamente todas las situaciones y comportamientos de los personajes del film y su homosexualismo lo lleva a regodearse en situaciones homosexuales, altamente desagradables para un espectador heterosexual.

De cualquier modo, un film muy interesante. Véanlo.

SALON KITTY (Salón Kitty, Tinto Brass, 1976). Producción: Italia-Alemania-Francia.

Ultima de las musas inspiradoras del genero sadiconazista y sin dudas la mas floja de ellas, cortesía del especialista en cine erótico Tinto Brass.

El film parte de una historia real: en 1939 Walter Schellenber, jefe del servicio de inteligencia de las SS, creó un burdel llamado Salón Kitty para espiar a los habituales clientes, entre los cuales se encontraban figuras prominentes del partido nazi, del ejército alemán y diplomáticos italianos. Mediante micrófonos estratégicamente instalados, se pretendía averiguar los verdaderos pensamientos y opiniones de aquellos personajes, vertidos en las largas noches de sexo y alcohol. Para ello, se reclutó a veinte prostitutas, convenientemente adoctrinadas. El burdel era dirigido por Kitty Schmidt, bajo amenazada de ser enviada a un campo de concentración por ayudar a refugiados.

Basada en esta historia, el film de Brass presentó a Helmut Berger en el papel de Walter Schellenber (aquí, con el nombre de Walter Wallenberg), a Ingrid Thulin en el papel de Kitty Schmidt (aquí como Kitty Kellermann) y a Theresa Ann Savoy en el papel de Margherita, joven muchacha de familia acomodada e ideología nazi que es reclutada para el proyecto de Wallenberg. El siempre acertado John Steiner interpreta al superior de Wallenberg.

El film de Brass trastocó varios elementos de la historia real, con el objetivo de desvalorizar y vituperar el proyecto de espionaje nazi. En su film, las mujeres para el prostíbulo son reclutadas entre mujeres respetables, incluso varias de ellas entre la alta sociedad, cuando en verdad el proyecto reclutó exclusivamente prostitutas. El personaje encarnado por Helmut Berger traiciona a sus superiores con el fin de obtener información (los robos, traiciones, perversiones y secretos de los habitues del burdel) que le permita ascender en el poder por medio del chantaje. Margheritta y Kitty complotan contra el y Margherita lo denuncia, siendo así asesinado por las SS. Nada de esto ocurrió en la vida real.

SALON KITTYSalón Kitty se explayó en varias situaciones que posteriormente serían repetidas y expandidas por las películas italianas que siguieron:

-La escena en la cual Wallenberg recorre diversas habitaciones/celdas, observando las "pruebas" a las que se somete a las futuras integrantes al Salón Kitty (sexo con un gitano, un judío, lésbico, sadomasoquismo, etc). Destaca la escena en la una chica es acosada por un robusto y bestial hombre... nada menos que Salvatore Baccaro, quien posteriormente repetiría el mismo papel como figura centra del film sadiconazista La Bestia in Calore, de Luigi Batzella.

-La obligada orgía de sexo en una amplia sala entre todas las chicas y varios soldados alemanes.

-La ambientación en un burdel para satisfacer a militares alemanes y/o nazis, situación harto repetida en los films sadiconazistas.

-La figura del soldado "bueno", que se arrepiente de lo que esta haciendo y denosta la guerra y al régimen nazi.

-La perversa relación obsesiva de amor/odio entre el personaje nazi de mayor poder, con una de las muchachas del film.

-El fetichismo de vestir a bellas muchachas con ropas nazis.

-El muestreo de las "perversiones", especialmente de los altos mandos militares nazis, tales como homosexualismo oculto, sadomasoquismo, fetichismo, etc.

Efectivamente, el film presenta todas esas cuestiones, pero de modo no muy grafico. Ya se encargarían los posteriores films italianos de sobredimensionar aquellas situaciones.

El problema de Salón Kitty es que, como film exploitation, se queda un poco "corto" en cuanto a los explícito/perverso de lo que se muestra. Como denuncia política, no resulta muy convincente (por ejemplo, el brusco cambio ideológico de Margherita demostrado en la conversación con sus padres, no convence demasiado) y además es demasiado largo (excesivos 110 minutos, con algunas pesadas representaciones de grotesco y patético teatro de cabaret). Aun así, entre bache y bache, tiene momentos agradables, las actuaciones no están mal y en general se deja ver, sin ser la gran cosa.

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