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J.P. Bango Nota originalmente publicada en El Cronicón Cinéfilo6. El referente: En la actualidad, cualquier película que quiera mitificar la fecha de Halloween aludiendo a alguna cita cinéfila no encontrará mejor referente que esta cinta de John Carpenter que, desde hace años, se repone continuamente en las televisiones de todo el mundo, no podía ser de otro modo, en la fecha señalada. El referido se convierte en referente y al subconsciente, como también le pasó al cine de Hitchcock con alguna de sus obras y lugares comunes (1), le cuesta disociar la festividad de Hallowen de esta película y de la saga interminable a la que dio origen. El argumento de La Noche de Halloween sugiere numerosas soluciones explotation, que los imitadores de esta película se empeñan en rescatar, una y otra vez, haciéndose eco y copiando aquello que no representa sino a lo más superficial, olvidando su calado subcontextual, sus hechuras formales y narrativas, armando a sus protagonistas con un cuchillo o un hacha al tiempo que fabrican elucubraciones sobre su pasado tendentes a justificar los comportamientos violentos generalmente dirigidos a castigar a aquellos y aquellas que atentan contra la moral y las costumbres más conservadoras. Estas películas se emparentan en cuanto a intenciones a catecismos dogmáticos sobre lo que debe hacerse, y en cuanto a resultados a alguno de los referentes de la propia cinta de Carpenter, como el Giallo italiano, convirtiendo así al slasher, como subgénero, en todo aquello que únicamente sugiere La Noche de Halloween, transformando los propósitos metafóricos de ésta, su condición de obra maestra del género de suspense, en una orgía de asesinatos y muertes violentas acaecidas en un entorno más o menos idílico (por ejemplo, un camping) por cuenta de algún individuo con un pasado siniestro ansioso de venganza o parajusticia. Así las cosas, vamos a identificar entre aquellos imitadores de la película aquí referida, entre los que la reprodujeron formalmente pero sin atender a ninguna de sus motivaciones ideológicas (El Tren del Terror) a aquellos que la malinterpretaron ideológicamente y tampoco atendieron a sus rigores formales (como Viernes 13). Entremedias quedan aquellos que la veneraron y respetaron al mismo tiempo en que eran capaces de actualizar alguna de sus prerrogativas formales o, incluso, de ironizar sobre sus temas y arquetipos (Scream). Lo cierto es que el éxito del film de Carpenter (durante muchos años ha sido la Serie B más taquillera de todos los tiempos) sirvió para reproducir su esquema narrativo durante toda una década lo suficientemente prolífica como para redenominar al subgénero con el sugerente título de slasher (2). Como bien sabemos, el cuchillo de Michael Myers, aparte de formar parte de los afiches y los posters del film, no es representivo de esta película tanto como los seguidores del género creen o, al menos, no todo lo representantivo que, efectivamente, será en otras cintas posteriores, secuelas de Halloween incluidas. El paso del tiempo y la oportunidad de reajustar los números de las cuentas bancarias, ha generado la necesidad continua de reactualizar las constantes definitorias de este film y, más allá de ello, de todo y cuánto éste sugería. En los últimos tiempos, una nueva generación de cineastas que crecieron al albor de dicha producción, ven la necesidad de rejuvenecer sus temas y estructura respetando, sobremanera, al propio referente y ocultando cualquier propósito pecuniario con la sana excusa del homenaje, tal y como expresa y demuestra Rob Zombie en su remake de Halloween. Una muestra más de la gran capacidad que tiene esta historia y película de regenerarse continuamente. Tanto o más que el indestructible cuerpo de Michael Myers. Es lo que tienen las obras maestras y los personajes inmortales. Ambos conceptos representados en esta película: La Noche de Halloween, de John Carpenter.
Notas [1] Es inevitable pensar en la escena de la ducha en Psicosis cuando te encuentras con una cortina opaca, del mismo modo que es difícil disociar la festividad de Halloween de la película que la publicitó por todo el mundo. [2] Si bien la cinta de John Carpenter es anterior en el tiempo, el género del slasher no tendría su asentamiento definitivo hasta Viernes 13, siendo ésta, una explotation destinada a un público juvenil y poco exigente, la que va a terminar de definir todas sus constantes: víctimas jóvenes, asesinatos violentos, punición de los comportamientos amorales…
FIN
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