Terror Universal
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Seccion: Artículos (Lecturas: 6864)
Fecha de publicación: Febrero de 2012

Monstruos sagrados

La religión oscurantista y sus representaciones pictóricas han dejado indeleble huella en los genes de quienes, a la postre, se convertirían en guionistas y realizadores del cine de terror que, durante el siglo XX, ha venido nutriendo nuestro afán de fantasía y morbosidad.

Darío Lavia



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En nuestra indagación de las fuentes de inspiración de aquellas pesadillas que constituyen el imaginario cinematográfico del terror, nos toca alumbrar esas zonas oscuras que la religión construía para albergar los seres repulsivos con que ahuyentaban tanto a los feligreses como a los niños de la catequesis.

Desde las figuras que no se sabía bien si venían o no del Cielo a los trasgos, demonios y todo tipo de potestades infernales, agazapadas y listas para saltar desde las brumas infectas a la realidad del individuo medieval o bien, del ilustrado lector de los siglos XVIII y XIX, innominados artistas así como maestros del pincel, han venido plasmando algunas de estas criaturas en pos del miedo divino, del pavor infernal y hasta de la risa con intención satírica.

¿Cómo eran realmente interpretadas en su tiempo, por el individuo común, a mitad de camino entre lo piadoso y lo escéptico? A veces estas representaciones tenían como objeto inspirar esa sensación de maravilla que hoy casi está desterrada de la vida urbana y civilizada. Otras veces tenían afán moralizador y, por último, había artistas que solo perseguían divertir al espíritu inquieto y poco amigo de dejarse llevar por el oscurantismo del cual, nosotros, individuos del avanzado siglo XXI, somos en su mayoría, supuestos descendientes. En definitiva, tenemos todo un abanico de sensaciones a cubrir en esta breve revisión de...

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Cuatro Jinetes del Apocalipsis

Debe tanto Albrecht Dürer al evangelista San Juan para el concepto de su famoso grabado "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis" (1498) como Vincente Minnelli al citado pintor y grabadista alemán por su film The Four Horsemen of the Apocalypse (Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis-1962). La Victoria, la Guerra, el Hambre y la Muerte son los cuatro jinetes cuyos cascos arrasan la estirpe humana y que el novelista Blasco Ibáñez hace marchar en época de Guerra Mundial como atinado llamado de atención al rumbo que pretende encarar la Humanidad con semejantes tribulaciones. Entre el grabado y la imagen viva es imposible no establecer íntimos lazos visuales.


La Pesadilla

La idea de "La Pesadilla" (1781), cuadro de Johann Heinrich Fussli que vemos en primer término, el íncubo en el abdomen de la dama soñadora y el equino asomándose detrás de las cortinas, dio tela para muchos teóricos y críticos de arte, así como a dibujantes humorísticos como el apreciado Thomas Rowlandson, que en "The Coven Garden Nightmare" (1784) dota a la doncella con el rostro del político whig Charles James Fox (1749-1806) que intenta conciliar el sueño a pesar de sus deudas de juego (los dados en la mesita) y las inminentes elecciones en Westminster. Más acá en el tiempo, el director Ken Russell en su film Gothic (íd-1986) revive "La Pesadilla" de Fussli para poner en escena la abominable ensoñación que habrá tenido Mary Shelley para crear su novela "Frankenstein o el Moderno Prometeo".


La Gota

Con el precedente de los "homunculi", la idea de aflicciones habituales causadas por trasgos y minúsculos diablillos es el tema de "La Gota" (1799) del genial James Gillray. Una productora simpática como Full Moon utilizó la misma idea en cuanta película pudo, desde fines de los años '80 hasta entrado el siglo XXI y como ejemplo va Subspecies (Criaturas de la Noche-1991) dirigida por Ted Nicolau con producción de Charles Band.


Artista que no podía estar ausente de esta recopilación, Paul Gustave Doré, nos ofrece en un pasaje de su "Paraíso Perdido" (1866) de Milton la escena del "Arcángel Miguel expulsando a los Ángeles Caídos", cuya epicidad solo fue ligeramente equiparada en pasajes del prólogo celestial en el film Sorrows of Satan (Las Penas del Diablo-1926) con que D.W. Griffith trasladó a la pantalla la ya anticuada novela de Marie Corelli.


Infierno del Dante

Culminamos con Doré, y ahora vemos, en primer término, su versión no publicada de Satán masticando un pecador, en el centro del gélido "Infierno del Dante" (1868). Debido a que el artista dibujó al Innombrable con las piernas cruzadas (y el Dante especificaba que sus piernas estaban ocultas en un hueco), el grabado que finalmente se publicó fue el segundo, en que es visible de la cintura para arriba. La pantalla cinematográfico hace un siglo que nos debe una visión tan gótica como la de L'Inferno (1911) de Giuseppe De Liguoro que, no es ninguna noticia, se inspiró directamente en los maravillosos grabados de Doré.