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Los Hombres Invisibles: El Hombre Invisible (The Invisible Man,
1933-James Whale) fue una de las mejores adaptaciones de H.G. Wells que se puedan
recordar del cine clásico y que mezcló las situaciones de ciencia
ficción imaginadas por el autor con el pintoresco marco usual de las
películas Universal. Sin embargo la novela original (publicada en 1897)
contenía una reflexión acerca del peligro de ser diferente o de
sobresalir de los demás que en la película fue evitada en gran
parte. La película del maestro James Whale (el mismo de Frankenstein
que ya injertaba elementos de comedia negra) fue la mejor visión
de tal personaje. Claude Rains fue quien interpretó a Griffin, un científico
que descubría una fórmula para lograr la invisibilidad pero que
terminaba por afectar sus facultades mentales. Al final, con la muerte de Griffin
sin hijos ni sucesores, parecía que todo había quedado dicho acerca
de posibles continuaciones. Sin embargo a fines de la década, Universal
aprovechó la ola de secuelas de sus filmes clásicos (tomando usualmente
el recurso del hijo o la hija del monstruo protagonista) para revivir a Griffin
en Vuelve el Hombre Invisible (The Invisible Man Returns, 1940-Joe May).
La película fue protagonizada por Cedric Hardwicke, John Sutton y, en
el invisible papel, un joven Vincent Price, quien encarnó a un hombre
que era inoculado con un suero que lo volvía invisible y le posibilitaba
esclarecer un confuso crimen. Al año siguiente se estrenó La
Mujer Invisible (The Invisible Woman, 1941-A. Edward Sutherland) que aprovechó
el recurso del cambio de sexo del personaje para construir una comedia de enredos
en la que Virginia Bruce, la sugerente protagonista, era secundada por un reparto
compuesto entre otros, por John Barrymore, Oscar Homolka y Shemp Howard. La
película tuvo el mérito de ser quizás la primer comedia
inspirada en los monstruos clásicos (mucho antes de la serie de parodias
de Abbott y Costello). Como si esta mutación a la comedia no hubiera
sido suficiente para que el estudio abandone todo proyecto sucesivo en torno
al personaje, apareció otro filme de la misma saga titulado Invisible
Agent (1942-Edwin L. Marin) en el que el tema de la II Guerra Mundial tornó
la trama en un asunto de espionaje e intriga bélica, con Peter Lorre,
Cedric Hardwicke, Ilona Massey y Jon Hall en el papel protagónico. La
última película de la saga, La Venganza del Hombre Invisible
(The Invisible Man's Revenge, 1944-Ford Beebe) sirvió de regreso al tema
terrorífico y permitió a Hall volver a interpretar el mismo papel,
acompañado esta vez por John Carradine (en un papel de científico
demente), Evelyn Ankers y Gale Sondergaard.
La Familia Frankenstein: La historia que las películas Universal
nos trataron de contar a lo largo de las cuatro primeras películas de
Frankenstein puede llegar a ser útil a la hora de trazar una genealogía
de la familia. La saga de los Frankenstein, cuyo castillo se erguía en
la imaginaria comarca de Vasaria, tuvo su apogeo y caída. Veamos los
principales personajes y su relación lógica: El Barón Frankenstein (Frederick Kerr): Su aparición en Frankenstein (Frankenstein, 1931-James Whale) es más bien secundaria y solo brinda una imagen paterna al personaje de Henry. Su mayor deseo con respecto a su descendencia es que esta conserve la tradición de respeto y honestidad que se había seguido a lo largo de los numerosos Frankensteins pasados. Henry Frankenstein (Colin Clive): El hijo del Barón estaba muy lejos de ser tradicional y su mayor interés fue crear vida y penetrar en todo lo que pueda ser considerado esotérico y profano. Su destino no fue del todo conocido y pareció que luego de La Novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, 1935-James Whale), marchó a Inglaterra, donde tuvo dos hijos. Sin embargo poco después de este suceso tuvo que haber regresado a su pueblo natal (abandonando a su prole) donde envejeció, falleció y fue enterrado poco antes de los sucesos de El Hijo de Frankenstein (Son of Frankenstein, 1939-Rowland V. Lee). Wolf Frankenstein (Basil Rathbone): Habiéndose instalado en los Estados Unidos, Wolf decidió volver al viejo castillo (que permanecía en ruinas) para reclamar su herencia. El respeto por el que bregaba su abuelo se había perdido y todos los habitantes del pueblo le guardaban un rencor ancestral, a causa de los desmanes que en su momento el Monstruo supo provocar. A lo largo de El Hijo de Frankenstein se obsesionó con dar nuevamente vida al monstruo. En una escena clave se puede ver a Wolf que visita la tumba de su padre y ve con desagrado que alguien ha escrito con pizarra la leyenda "Hacedor de Monstruos" en la lápida mortuoria. Wolf, decidido, toma un trozo de piedra y tacha "monstruos" y lo reemplaza por "hombres". Ludwig Frankenstein (Cedric Hardwicke): El segundo hijo de Henry, Ludwig Frankenstein se ve en el medio de varios dilemas a lo largo de El Fantasma de Frankenstein (Ghost of Frankenstein, 1941-Erle C. Kenton). Algunos de ellos se refieren a su hija Elsa (que tiene el mismo nombre que la esposa de Wolf). Al final de esta película los campesinos hacen explotar el castillo y el laboratorio de Frankenstein, entrando la familia en una decidida decadencia que se acentuaría aún más en la siguiente película de la saga. Elsa Frankenstein (Evelyn Ankers / Illona Massey): La hija de Ludwig, Elsa (Evelyn Ankers) no tuvo gran incidencia en El Fantasma de Frankenstein, más que cubrir el papel de "la chica" que tiene su destino en los brazos del galán de turno (en este caso Ralph Bellamy). Pero en la siguiente película de la saga, Frankenstein Contra el Hombre Lobo (Frankenstein Meets the Wolf Man, 1943-George Waggner), su personaje (interpretado esta vez por Illona Massey) tuvo más protagonismo y llegó a interesarse por el proyecto que le sugirió Larry Talbot (Lon Chaney Jr.) de reconstruir el laboratorio y revivir al Monstruo. Pero al final, el fracaso del experimento y la lucha trágica del Hombre Lobo y el Monstruo fueron el prólogo de la explosión de la represa y la inundación que arrasó las ruinas que quedaban del castillo. A partir de esta película, la familia Frankenstein no se vio involucrada con monstruos u otro tipo de seres truculentos por muchos años. Es interesante notar que todos los actores que personificaron a algún Frankenstein fueron ingleses. Esta tendencia pareció convertirse en un standard y hoy en día sigue siendo respetada (sino recuérdese el Frankenstein de Kenneth Branagh y el de Michael Powell en 1984). Quizás esto explicaría porque nunca ni Bela Lugosi ni Lon Chaney interpretaron al Doctor Frankenstein (Boris Karloff tuvo su oportunidad en un filme de 1958 llamado Frankenstein 1970).
Epílogo: ¿Que interesante motivo nos puede llevar a un análisis tan largo sobre estas películas? Los actores, los directores, las estéticas, son evidencias del arte de la época. Todo lo demás es parte de un tejido que se va hilvanando con el análisis de cada película y de su conjunto, y lo más atrayente es que es posible ver una lógica en todo el grupo. Los personajes de estas películas mueren, tienen hijos, se encuentran, se alejan, y en el fondo hay un mínimo matiz de lógica con el que se puede decir que cada secuela es continuación de su precedente, cosa que por ejemplo no se puede afirmar del ciclo de películas que en los '60 y '70 presentó la Hammer, ni tampoco de las (en algunos casos lamentables) series de películas de terror de los '80.
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