Terror Universal
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Seccion: Artículos (Lecturas: 26822)
Fecha de publicación: Marzo de 2001

El día que John Barrymore le tomó prueba a John Carradine

Si, así como escuchó, dos potencias se encuentran en los años treinta.

Darío Lavia



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Tomado de una leyenda urbana

John CarradineEn una oportunidad el gran John Barrymore provocó una atrevida broma en una prueba de John Carradine. Supuestamente esto ocurrió a principios de los años '30, pero se ignoran mayores precisiones. En aquella época John Barrymore era una de las mayores estrellas del cielo de Hollywood y su nombre venía precedido por casi dos décadas de trayectoria. John Carradine en Hollywood no era nadie, pero en Broadway había interpretado con éxito obras de Shakespeare. Por entonces actores con dicción y sin problemas vocales eran muy cotizados (a razón del estallido del cine parlante) y Carradine intentaba conseguir trabajo en la Meca del Cine. Ambos eran amigos y Barrymore de alguna manera presidió la prueba actoral de Carradine en un estudio de la 20 Century Fox.

"No te preocupes, querido amigo" dijo Barrymore, "te cuidaré muy bien".

Él cuidó muy bien ciertamente de su amigo. Guió a Carradine a través de un estudio vacío, donde un cameraman y un iluminador estaban esperando, y le explicó que la prueba consistiría en una pantomima.

"Quiero que aparezcas desde esa puerta" dijo Barrymore, "y tienes que hacer que la audiencia sienta que tú estás para hacer una gran fiesta de tu vida".

Carradine dijo que él podría hacerlo. Y lo hizo. Realizó un completo show de mimo, doblándose los labios, golpeandose con un pañuelo, repiquetando su abdomen, casi eructando con satisfacción, riéndose de si mismo, suspirando con arrobamiento luego de todo esto.

John Barrymore"¿Cómo lo hice?" preguntó Carradine.

"Magnífico" gritó Barrymore.

"¿Cuándo lo podré ver?"

"Mañana. Ven cuando caiga la tarde. La veremos después de la cena"

Así que, luego de la cena, al siguiente día, Barrymore acorraló a media docena de ejecutivos del estudio para ver el screen test de Carradine, que se preguntó porqué su amigo había hecho tanto alboroto por una simple y pequeña pieza de celuloide, sin diálogo. Y halló la respuesta. Cuando comenzó la proyección, se vio la maravillosa pantomima de Carradine, y la cámara cortó por la misma puerta que Carradine había salido. Ahora venía Barrymore, riendo y guiñando el ojo a la cámara, para reforzar la secuencia y aportar su grano de arena.