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Fecha de publicación: Abril de 2001
Mis adorados desconocidos
Una reseña de algunos filmes de fantásticos y de ciencia ficción que se han visto relegados al olvido producidos entre 1893 y 1951. José Miguel Pallarés
Artículo publicado en el sitio www.dreamers.com
Con este artículo, totalmente subjetivo, sólo pretendo dar a
conocer algunas películas de Ciencia Ficción, verdaderos hitos
de creatividad e inventiva, que no merecen caer en el olvido. Para evitar aburriros
me limitaré a algunos comentarios, un entremés para abrir vuestro
apetito, para que os pique la curiosidad y debáis luchar para haceros
con ellas. Estos films forman parte de mis monstruos más queridos, de
mis "adorados desconocidos"
En
1893 el francés Georges Méliès (1861-1938), un mago del
engaño fotográfico y la animación, rodó la primera
película del género "La luna a un metro" ("Le reve d’un astronome,
ou la Lune a un metre"). La revolución industrial se halla en todo su
apogeo. Dos años antes el ingeniero alemán Otto Lilienthan había
inciado los primeros vuelos en planeador y el año anterior un tal Rudolph
Diesel había presentado en sociedad el famoso motor que hoy lleva su
nombre. Pese a realizar varios cortos fantásticos y de CF. Méliès
ha pasado a la historia por su mítica "Viaje a la luna" (1902) inspirada
en el éxito del primer vuelo de un Zeppelin. Nunca catorce minutos han
reportado tanta fama. Pero dado que autor y obra son sobradamente conocidos
ahorraré reiteraciones estériles.
Desde 1893 hasta 1951 existen media docena de películas absolutamente
cojonudas. Puede que no resulten tan impactantes como en la actualidad pero
esos maestros nos aventajaron claramente en dos cosas: además de crear
un género, hicieron este viaje, tachonado de dificultades por las limitaciones
técnicas) "inventado" nuevos trucos para hacerlo verosímil y,
encima, las historias narradas eran sólidas, de alta calidad. Uno hecha
de menos ese oficio de artesano enamorado de su obra y creatividad en los films
actuales (muchas virguerías infográficas y poco nutriente).
Dentro del denominado "periodo silente" la Ciencia Ficción no se rezagó.
De la época del cine mudo (hasta 1927) descollan tres grandes títulos:
Metrópolis, la soviética "Aelita" y Himmelskibet (de origen danés),
"Aelita"
(1924) se basa en una novela de Tolstoi (palabras mayores). En tres cuartos
de hora el director soviético Jacob Protazanov narra el primer intento
coherente de la CF soviética. La película es deliciosa pese a
su final "cobarde". "Aelita" no despega, no hay agallas por parte de los guionistas
(Fyodor Otzep y Alexei Falko) para llegar hasta la afirmación de la CF.
Pero ya llegaremos a eso más tarde.
Pese a la fama de "Metrópolis" yo me quedaré siempre con "Aelita".
En el fondo son dos versiones de un tema. La cara y la cruz. En sus virtudes
y defectos gana la producción rusa. En ambos casos el gran defecto es,
curiosamente, cómo ambos directores (Lang y Protazanov) cierran sus notorias
películas. Si algo me jode profundamente es el final de "Metrópolis"
y su "entente cordiale" entre el capital y los trabajadores. "Aelita", impecable,
no es capaz de reconocer lo que narra como tal, desnudo, debe ser justificado
y explicado dentro de ese "realismo ruso". El libro, por el contrario, resulta
muchísimo más valiente y contundente. En él la revolución
en Marte fracasa y los personajes se hallan magníficamente construidos.
El brillante film de Protazanov debe ser "políticamente correcto" o atenerse
a las consecuencias. A nadie le apetecía ir a visitar las "idílicas"
tierras de Siberia. Pese a todo estamos ante tres cuartos de hora de cine de
calidad. Es cine mudo, la interpretación posee la exageración
exigida por la mordaza política y los guionistas responden satisfactoriamente.
De todos modos, quiero agregar algo: esta comparación es puramente teórica.
"Aelita" se estrenó dos años antes que "Metrópolis"
Nikolai Tserectelli interpreta al científico Los, un tipo tan genial
como celoso. Nos hallamos ante un celoso patológico escapado de la novela.
Los y sus ayudantes intentan construir una nave espacial que pueda llevarlos
al espacio. Y, en esa titánica impresa, la radio del centro de investigación
capta un mensaje que, tras diversos cálculos, suponen procede de Marte.
Tserectelli realiza una interpretación al uso, que responde a ese tipo
de histrionismo que debe suplir la ausencia de sonido mas, a mi parecer, se
equivoca en la parte fantástica aunque la parte donde se libera de su
rigidez y saca al citado "celoso patológico" su personaje sube puntos.
Su interpretación resulta de notable alto.
Yulia
Solntseva da vida a la despótica reina de Marte, Aelita. Pese al blanco
y negro y los "tics" propios de la época, Aelita es una de esas mujeres
"protagonistas", con bastante mala hostia. La actriz que encarna a la despótica
gobernante de Marte, Solntseva, barre del mapa al resto del reparto. Desde luego
ha legado contención, habilidad para valerse de la rigidez del film sin
sonido para mejorar su personaje y ofrece a este peliculón un par de
sonrisas bien bordes, de ésas que calan.
Los guionistas empiezan a introducir los elementos que no encajan en los patrones
de la realidad con talento y mucho cuidado, que desatan la pesadilla. Se genera
una interesante tensión realidad-sueño. Por un lado, Aelita se
haya en posesión de una peculiar máquina –algo así como
los primeros videos- que le permite ver cuanto ocurre en la Tierra. Y Los, el
científico terrestre, empieza a tener una desasosegante sensación:
se nota vigilado literalmente por la reina de Marte en todo momento hasta cuando
hace el amor con su mujer Natacha (un rostro muy "potito" que representa la
"nueva mujer rusa"), papel atribuido a la siempre anodina Valentina Khiunzi
cuya participación es (afortunadamente para la película) casi
tan nula como sus dotes interpretativas.
Los, se siente permanente perseguido y vigilado hasta que cede a la locura
de tan perenne espionaje y, en un ataque de celos, termina por matar a su esposa
y camarada: Natacha. Si el terrestre se ha convertido en un parricida y tiene
problemas, la magnética reina de Marte (que, por supuesto, tiene forma
humana) no le va a la zaga pues empieza a experimentar el malestar con que sus
súbditos reaccionan a su despótico gobierno.
Los y Gusev, su mejor ayudante (un secundario de lujo: Igor Illinsky), se trasladan
a Marte. La bella Aelita fascina (los tiranos siempre tienen un lado oscuro
y magnético que aquí se refleja muy bien) a Los. Pero nuestro
buen Gusev, como un sosias de Lenin, es un "camarada" concienzudo cuya única
obsesión es incitar a los marcianos a la rebelión.
Decepción: todo es una pesadilla de Los. El hecho de resultar incapaz
de rematar del mismo modo que su modelo literario, no desmerece en absoluto
a este recomendable film.
"Mandrágora" (Alraune, 1928) es una de las muchas adaptaciones del mito
alemán de la mandrágora. La productora alemana UFA (Universum
Film, A.G.), tras el éxito y prestigio obtenidos por "Metrópolis",
vuelve a la carga con otra pieza maestra. La mandrágora es una planta
("alraune" en alemán) mágica pero el director y guionista Henrik
Galeen introduce, de golpe, dos elementos básicos: el continuismo propio
de un elemento literario y una novedosa aportación sugerida por el escritor
Hans Heinz Ewers, aquí la mandrágora surgirá de la inseminación
artificial.
El profesor Strong (interpretado por Paul Wegener) tiene una obsesión
(si, amigos, el científico loco ataca de nuevo): ¿el criminal
nace o se hace? Si despeja la incógnita de su ecuación estará
en condiciones de corregir o paliar esa situación. Tras comerse el tarro
varios años ha decidido qué experimento puede proporcionarle la
respuesta a sus preguntas: insemina con éxito a una prostituta con el
semen de un criminal recientemente ajusticiado. ¡Bingo! Han acertado:
es niña.
Y, tachán, aparece Brigitte Helm (la mujer robot de "Metrópolis")
jugando su rol de malvada. UFA, la productora, estuvo encantada pues huboo algunas
dudas sobre cómo sería acogida su interpretación tras el
papel en "Metrópolis". Y ella vio una oportunidad de lucimiento (son
muy destacables los planos de cómo conduce al suicidio al muchacho) La
película le ofrece un papel mucho mayor para su lucimiento y lo aprovecha.
La crítica de la época acoge su interpretación muy favorablemente.
Nuestra
protagonista es borde desde el principio. Cruel y sin escrúpulos deja
un rastro de maldad por donde quiera que va atrayendo, merced a su belleza irresistible,
a los hombres. Tras seducirlos los lleva a su perdición. La "mujer fatal"
en la CF nace aquí.
Mandrágora acaba por descubrir su origen "artificial" e, inmediatamente,
busca a su creador. El profesor Strong es víctima de su criatura, también
él es seducido para, posteriormente, ser humillado despiadadamente.
A diferencia de las versiones más coherentes con el mito, en la película
el amor triunfa y, paulatinamente, su corazón se hace realmente humano
suponiendo el triunfo del amor. All you need is love. Al ya menos joven Hitler,
según dicen, le encantó, pero claro él se fijaba exclusivamente
en el determinismo genético. Creo que Lennon y él tenían
poco en común.
Comedia musical simpática e intrascendente, pero golosa y entretenida
es el film americano "Just Imagine" (1930) producida por la 20th. Fox y dirigida
por David Butler, entre nosotros fue estrenada con el título "Una fantasía
del porvenir". El dicho italiano: "tradutore, traidore" es una verdad como un
piano. La historia es una chorrada descabellada y enormemente entretenida en
la que te ríes a gusto, disfrutas con unos decorados que engalanan la
obra (serán la referencia obligada durante tres décadas para el
New York del futuro) y la catalogan como propio del género. Al ciudadano
"Simple 0" le cae un rayo en los años treinta y permanece dormido cincuenta
años. Despierta en los ochenta y se involucra en una disputa amorosa
entre J-21 (John Garrick) y MT-3 (Kenneth Thompson) que pugnan por la mano de
la bella LN-18 (Maureen O’Sullivan). Ambos elevan al gobierno la petición
de mano y la ley decide que LN-18 debe casarse con MT-3 pese a que ella está
enamorada de J-21. Este alucinante viaje de absurdos parece culminar cuando
el gobierno se muestra dispuesto a permitir que LN-18 se case con J-21 si acomete
una hazaña que les demuestre que están equivocados.
Y, como diría nuestro amigo Arnie Schwarzenegger (el terror de los linotipistas)
en "Total Recall": "Mueve el culo hacia Marte". Y aquí sigues alucinando
pues los cuatro guionistas se superan en cada disparate tan absurdo como divertido.
Tras llegar al planeta rojo con su cohete espacial toman contacto con los marcianos.
El Marte que Simple 0 y J-21 se halla habitado por parejas de marcianos. En
cada pareja hay un humano y un marciano. El uno es la hermana Teresa de Calcuta
y el otro Saddam Hussein. Ahí está lo fácil. Lo difícil
es acertar.
Lo demás, como siempre: ganan los buenos y los enamorados pueden casarse.
Sus 113 minutos impiden más "divertimentos" por parte de los guionistas
Ray Henderson, DeSylva, Lew Brown y el propio director. Parece uno de esos guiones
escritos al borde del coma etílico pero estoy seguro que se disfrutaron.
De ese film absurdo nos queda el carácter con que se nos presenta la
década de los 80 vista en los años 30 (la escena del menú
del día o la de una pareja eligiendo a su niño en una tienda y
luego les entregan el niño) y, vuelvo a insistir los decorados (que influirán
en las películas posteriores) de esa New York futurista. La parte musical,
pese a la labor de Kay, no obtiene todo el jugo que uno pudiera esperar pero
no entorpece el ritmo de la película.
"¡Oro!"
(1934) es otra nueva incursión de la productora UFA en el género
que con ochenta minutos consagran el mito del científico loco. Retoma
el tema medieval de la piedra filosofal. Esta vez es un espectacular y revolucionario
invento capaz de transformar en oro el agua. Un demente aristócrata inglés
asesina a un honesto científico alemán (se han fijado en la fecha,
¿no?) con el perverso propósito de dominar el mundo de las finanzas.
La película va de eso, del dominio de una máquina capaz de fisionar
el átomo y hacerse rico.
El laboratorio subterráneo (al que sólo puede accederse por ascensor)
constituye un decorado impresionante. Al final aquella ciclópea obra
jamás será disfrutada por nadie pues el Atlántico lo devorará
en un impresionante clímax final que os acabo de reventar. Si queréis
buscar cómo fijar un personaje cliché, ésta es vuestra
película. Y sólo son ochenta minutos. Dirigió Karl Hartl
y entre los intérpretes encontramos a Brigitte Helm. Casi todos los laboratorios
de científicos locos nacen de esta película, lo cual no es poco
mérito.
El tema de la "reducción" ha sido tratado, corrijo, maltratado una y
otra vez por el cine. Convertir a alguien en pitufo me parece estupendo cuando
se trata de una película corta (79 minutos) y llena de mala leche. "The
devil doll" (1936), estrenada en castellano con el título de "Muñecos
infernales", es una producción de la Metro dirigida por Tod Browning
basándose en la novela de Abraham Merrit "Burn,Witch, Burn" ("Arde,bruja,
arde" es localizable todavía en nuestras librerías dentro de la
fallecida colección "Última Thule, de Anaya).
Paul Lavond (interpretado por Lionel Barrymore) tiene como compañero
del celda a Marcel (Henry B. Walthall). La prisión no es el peor sitio
del mundo aunque hayas sido banquero y tus socios te la han jugado si encuentras
a un tipo que te revela que su mujer y él han descubierto la fórmula
para reducir de tamaño a los seres humanos.
Marcel y señora han ideado este remedio para remediar la superpoblación.
Nos convierten a todos en enanos y se reducen drásticamente las necesidades
porque los recursos son los mismos. ¡Vamos, que son los pioneros de las
ONGs pero sin unas cuantas tuercas! El hambre del mundo solventado.
Tras evadirse (¿alguno lo dudaba?) nuestros muchachos acuden a casa
de Marcel. Lavond obtiene el método para empequeñecer la talla
humana. En cuanto le ha cogido el tranquillo al asunto decide disfrazarse y
adopta la apariencia de una angelical ancianita (Madame Mandelip) regentando
una inocente tienda de muñecas.
Así podrá realizar su venganza y se dedica a convertir en enanos
a sus enemigos, logrando reunir a un numeroso grupo de muñecos humanos
que deberán servirle fielmente.
1951 ofreció una cosecha excepcional: "Cuando los mundos chocan", "El
enigma de otro mundo" (La cosa) y "Ultimátum a la tierra". Sin embargo,
yo (para fastidiar más que nada) he preferido centrarme en una obra muy
peculiar producida por los estudios Columbia: "Five" (Cinco). Arch Oboler, director,
guionista y productor (probablemente también preparía los cafés)
traza un estudio sicológico sobre el día posterior a la Tercera
Guerra Mundial. Cinco son los supervivientes a la última guerra, cinco
tipos enloqueciendo progresivamente. En su momento supuso un impacto relativamente
influyente y se le debe reconocer el mérito de ser la semilla de la que
brotarían otros films más acabados y perfectos. La interpretación
es correcta, cada actor asume muy bien su personaje-tipo y eso facilita sustancialmente
la digestión del film.
Barnstaple (Earl Lee) decide largarse porque ya no aguanta más. Eric
(James Anderson), aventurero, alpinista y un racista de los toda la vida, no
puede soportar la convivencia con un negro (el operador de ascensor Charles
(Charles Lampkin) y obra en consecuencia: se lo carga. Luego, arrepentido, lo
arregla y se suicida. Sólo quedan un idealista Michael (William Phipps)
y Rosanne (Susan Douglas) quienes deberán emprender el camino de salir
a flote superando las miserias y mezquindades. Su valor, como dije antes, radica
sobre todo en que abre el camino para obras de más enjundia.
Fichas técnicas:
-Aelita. Título original: "Aelita".Año: 1924. Nacionalidad:
URSS. Director: Jacob Protazanov. Guión: Fydor Otzaep y Alexei Faiko.
Fotografía: Yuri Zhelauz y Schonemman. Diseños: Sergei Kozlovski,
Alexandra Exter, Isaac Rainovich y Simov. Duración: 45 minutos. Productora:
Mezharabpom. Intérpretes: Nikolai Tserectelli, Valentina Kiunzhi, Igor
Illinsky y Yulia Solntseva. Cine mudo.
-Mandrágora. Título original: "Alraune".Año 1928. Nacionalidad:
Alemania. Director y guionista: Henrik Galeen. Fotografía: Franz Hellbronner.
Intérpretes: Paul Wegener, Brigitte Helm, Iván Petrovitch y Alexander
Sascha. Productora: UFA. Blanco y negro.
-Una fantasía del porvenir. Título original: "Just Imagine".
Año 1930. Nacionalidad: norteamericana. Guionistas: Ray Henderson, B.
C. DeSylva, Brown y David Butler. Excepto el último ellos mismos compondría
música y letra de las canciones.Director: David Butler. Director musical:
Arthur Kay. Fotografía: Ernest Palmer. Duración: 113 minutos.
Productora: 20th Fox. Intérpretes: El Brendel, John Garrick,
Kenneth Thompson, Maureen O’Sullivan, Mischa Auer, Ivan Lino, Marjorie White,
Hobart Bosworth.
-¡Oro! Título original: Gold! Nacionalidad: Alemana. Año
1934. Director: Karl Hartl. Guión: Rolf E. Vanloo. Fotografía:
Gunther Tittau, Otto Beacker y Werner Bohne. Música: Hans-Otto Borgmann.
Duración: 80 minutos aproximadamente. Diseñador del laboratorio:
Otto Hunte. Productora: UFA. Intérpretes: Hans Albers, Brigitte Helm,
Lien Deyers, Michael Bohnen y Friederich Kaysslerr.
-Muñecos infernales. Título original The Devil Doll. Nacionalidad:
norteamericana. Año 1936. Director: Tod Browning. Guión: Tod Browning,
Garrett Fort, Guy Endore y Erich von Stroheim. Fotografía: Leonard Smith.
Diseñador: Cedric Gibbons. Música: Franz Waxman. Productora: MGM.
Actores: Lionel Barrymore, Henry B. Walthall, Maureen O?Sullivan, Lucy Beaumont,
Rafaela Ottiano y Frank Lawton.
-"Cinco". Título original: Five. Año 1941. Nacionalidad: norteamericana.
Director, guionista y productor: Arch Oboler. Fotografía y asistentes
de producción: Sid Lubow, Ed Spiegel, Lou Soumen y Arthur Serdloff. Productora:
Columbia. Duración: 93 minutos. Intérpretes: William Phipps, Earl
Lee, Charles Lampkin, Susan Douglas y James Anderson.
Para aficionados al género que deseen profundizar en el cine de Ciencia
Ficción resulta muy aconsejable el impecable libro de Pablo Herranz,
publicado por la Editorial Middons y titulado "Rumbo al infinito" recopilando
las 50 películas más interesantes. Ninguna de estas seis ha merecido
su atención. Simplemente he tratado de añadir seis títulos
clave en la génesis del cine de la Ciencia Ficción, títulos
que inventaron todo y no han logrado su lugar bajo el sol de la historia. Mi
único propósito ha sido ofrecer un complemento a todos los amigos
de THE DREAMERS.
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