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Fecha de publicación: Octubre de 2018
La muerte y el afiche de cine polaco
Polonia no es una dimensión desconocida del cine pero sí parece serlo en el ámbito del afiche cinematográfico. Darío Lavia
Para Polonia los convulsionados años ochenta fueron, al igual que en todas las naciones de la Cortina de Hierro, de cambio. El agobio del régimen comunista llegaba a todos los estratos de la sociedad y un movimiento, "Solidaridad", pareció tomar los conceptos de la no violencia de Gandhi para luchar contra la opresión que tuvo sus momentos complejos como la ley marcial dictada en 1981. Es curioso que el logo de "Solidaridad" fuera diseñado por un afichista de cine, Jerzy Janiszewski.
Este contexto de ansiedad y preocupación, lógicamente, influyó en los motivos de los artistas, recurriendo con más fuerza a simbolismos y metáforas que expresaran tanto determinados conceptos de la película que se suponía debían promover pero también con alguna velada alusión a la propia realidad. La gradual apertura y conversión del gobierno hacia una democracia más del tipo occidental tuvo, entre otras consecuencias, la privatización de la distribución del cine. A partir de ese momento, curiosa ironía del sistema pero también del capitalismo, el arte de estos ilustradores comenzó su ocaso.
A partir de la década del '90, los distribuidores polacos se persuadieron que sus afiches debían adaptarse más a las ideas de Occidente respecto de difusión y publicidad relegando paulatinamente a los antiguos artistas de afiches, que del cine pasaron a ilustrar eventos, festivales o convenciones específicas.
"Es irónico que una nación cuyo gobierno estuviera bajo el matiz de la ideología" dice Steven Heller en el prólogo de Masters of Polish Poster Art (Dydo, 1995), "pudiera generar un estilo visual nacional de semejante calidad e integridad basado en el individualismo. Si bien en los Estados Unidos, los artistas y diseñadores gráficos son libres de expresar virtualmente todo en medios impresos, si realmente quieren ganarse la vida, hasta el más renombrado debe convertirse en esclavo de sus clientes (...). Desviaciones de estas premisas son pocas; la experimentación es sospechosa. Lo que no es decir que [todos] los diseños norteamericanos tuvieran poca inspiración... pero los afiches polacos son pura poesía, aparentemente no sopesados por agendas estatales... ¿Será que la represión produce el mejor arte?" Hoy en día, si bien hay excepciones, el arte del afiche polaco pertenece a las subastas de arte y a los museos especializados y sus diseños y evolución nos permiten reflexionar en muchas más cosas que el cine y sus disciplinas.
Orientales
BALLAD OF NARAYAMA (1985)
Maciej Woltman (1952) juega con las perspectivas y las rayas, poniendo título y créditos casi por compromiso
KWAIDAN (1964)
Wiktor Gorka (1922-2004) alternó minimalismo con síntesis y geometría para
De Europa Occidental
TEN LITTLE INDIANS (1965)
Visto desde nuestro punto de vista, aquí Jerzy Flisak parece recurrir a una alusión a la venerable colección del "Séptimo Círculo"
PIU BELLA SERATA DELLA MIA VITA (1972)
Sea comedia o drama Staroyewski no lo sabe, pero por las dudas, detrás de ambas máscaras, subyace la gran igualadora
ROBIN AND MARIAN (1976)
No, no es Excalibur pero esta composición de Flisak pudo haber sido
Thriller americano
AIRPORT (1970)
Un radar, una hélice, un avión... estas manchas psicológicas conducen a Erol a un aeródromo conocido
JUGGERNAUT (1974)
Del aire pasamos a alta mar, pero Lech Majewski (1953) sostiene la inexorabilidad de los plazos con un reloj sin agujas, tema ya visto en la afichología polaca
SORCERER (1977)
A pesar que todos los ciudadanos polacos debían profesar el comunismo, no puede acusarse a Andrzej Pagowski (1953) de hacer propaganda ya que los camioneros de este filme apreciaban más los dólares que la vida
THE BORDER (1982)
Andrzej Krauze (1947) y la lírica de lo macabro
Obras maestras del afiche polaco
LOKIS, REKOPIS PROFESORA WITTEMBACHA (1970)
Para Starowieyski, dientes, colmillos, líneas y letras de referencia y sepia son una amalgama perfecta del género
SANATORIUM POD KLEPSIDRA (1973)
Salvo el color, Starowieyski reiteró algunos conceptos anteriores y obtuvo otra obra maestra
Blockbusters en Polonia
THE CONVERSATION (1974)
Otro concepto a mitad de camino entre el minimalismo y la didáctica, el corte diametral de una cabeza que Flisak no pierde ocasión de incluir la lengua, órgano fundamental de cualquier "conversación"
RAIDERS OF THE LOST ARK (1981)
Para Occidente un filme de aventuras; para Polonia, sin embargo, Erol lo reinterpretó como un aluvión de simbología fantástica
POLTERGEIST (1982)
A pesar que "Polgergeist" se catalogaba como terror, Erol enfatizó lo macabro del asunto y, por primera vez, minimizando lo pictórico frente a los rótulos
Dos colores y cine nacional polaco
BEZ KOŃCA (1985)
"Sin Fin", opus de Kieslowski acerca de la explosiva crisis social en Polonia, permitió a Pagowski realizar esta inquietante composición
PRYWATNE SLEDZTWO (1988)
Erol realizó dos afiches para dos películas de Wojciech Wójcik que parecieran ser de una misma serie, utilizando motivos similares y complementarios, el primero sería "Private Investigation"
TRÓJKAT BERMUDZKI (1988)
Policial un poco al estilo francés, pero melodramático, Erol dotó este "Triángulo de las Bermudas" con alusiones metafísicas y, principalmente, macabras
El rojo cobra entidad
ÄRZTINNEN (1984)
Erol vuelve a jugar con los símbolos en este policial sobre la industria farmacéutica producido por Alemania Oriental para verse detrás de la Cortina de Hierro que estaba a poco de caer
O-BI, O-BA-KONIEC CYWILIZACJI (1985)
K. Hoff y Pagowski combinaron en este baluarte de ciencia ficción polaca ambientado en un mundo postapocalíptico, recursos ya convertidos en lugar común, pero mantiene
DŁUŻNICY ŚMIERCI (1986)
Para sórdido drama bélico, Edward Lutczyn (1947) combinó iluminación de cómic con un esquema habitual de los afichistas polacos, el resultado es un imán para los ojos
Rarezas
VARIOLA VERA (1982)
En su país, Yugoslavia, "Variola Vera" tuvo un afiche compuesto por fotogramas, pero para su estreno en Polonia, Pawel Kaminski recurrió a un motivo artístico y arcaico, una carta del tarot magnificada
WILCZYCA (1983)
Al ser el género de horror poco frecuentado por el cine polaco, Maria Mucha-Ihnatowicz (1937) recurrió a motivos poco frecuentados entre sus colegas que la conducen, desde luego, a una composición más familiar a los afiches occidentales
DAS PARFUM - DIE GESCHICHTE EINES MÖRDERS (2006)
Ryszard Kaja (1962), aún activo, demuestra con esta soberbia composición que el legado de Starowieyski y de los viejos maestros sigue vivo...
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