Terror Universal
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Seccion: Artículos (Lecturas: 673)
Fecha de publicación: Octubre de 2018

James Bernard: Latidos musicales para el No-Muerto

Una radiografía de la partitura de "Drácula" de Terence Fisher nos lleva a su creador, James Bernard.

Eduardo J. Manola



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Todo amante de las cintas de la Hammer, productora británica que por décadas profundizó como ningún otro estudio los estilos del cine de horror, ha sentido seguramente correr por sus venas las notas musicales de sus principales bandas sonoras, tal como la sangre corría por los cuellos de las más voluptuosas féminas que poblaban sus films. Aún aquel que no preste atención a las partituras que inciden en las películas, se habrá sorprendido en algún momento por la fuerza de algún conjunto de notas que resaltaron una escena específica.

Las películas de la Hammer se caracterizaban por su cuidada producción escenográfica, por la ambientación de época, decorados, el vestuario y las localizaciones en exteriores. De la misma manera, las bandas de sonido respondían a compositores de calidad, contratados entre los más reconocidos del momento, aunque no los más caros, ya que el estudio no contaba con presupuestos como los de Hollywood.

El departamento musical estaba a cargo de un director, cargo primeramente cubierto por John Hollingsworth y luego por Philip Martell, ambos músicos de renombre en las Islas. La estrechez presupuestaria obligaba a elaborar las bandas sonoras en no más de cinco semanas, lo que suponía una clara restricción a la libertad creativa y un verdadero reto a la imaginación y el talento de los compositores.

Universal utilizó para su famoso ciclo de monstruos (Drácula, Frankenstein, La Momia, El Hombre Lobo) partituras del repertorio clásico, como por ejemplo el famoso tema de El lago de los cisnes (Swan Lake, Op.20 - 1877 de Tchaickovsky), por lo que podemos decir que fue aún más ahorrativo que Hammer.

James Bernard

Pese a estas limitaciones, los resultados de la política musical de la "Casa de la Sangre" fueron excelentes y quien mejor desarrolló su habilidad fue sin duda James Bernard, que no solo componía sino que además orquestaba sus partituras. Celoso del producto final de su trabajo -sostenía que "...nadie mejor que el autor para dar el toque preciso a su obra..."-, realizó los arreglos de todas sus composiciones. Además, jamás escuchaba partituras de otros colegas para evitar la influencia inconsciente sobre sus propias ideas musicales.

Gran parte de las producciones de la Hammer llevaban el sello de Bernard en el apartado musical, habiéndose iniciado con su trabajo para The Quatermass Xperiment (Arg: Pánico mortal / Esp: El experimento del Dr. Quatermass-1955), y creando lo que se llamó el "sonido Hammer". Sin duda su obra más lograda fue la banda de sonido compuesta para Dracula (Drácula-1958), film que es considerado la mejor adaptación cinematográfica del personaje creado por Bram Stoker, superior al protagonizado por Bela Lugosi para la Universal.

La definición del "estilo Bernard" la encontramos tanto en la saga del Príncipe de las Tinieblas como en la del Barón Frankenstein. Así como el tema de la ducha de Psicosis de Bernard Herrmann y el furioso sonido del Tiburón de John Williams son marca registrada, el Main Title que Bernard creó para Drácula es un ícono en la mitología musical del cine de horror.

Es imposible no asociar las potentes tres notas del leit motiv al nombre del personaje, que parecen gritar las sílabas "Dra-cula" al son de los instrumentos de viento y una marcada base percusiva, que Bernard repetirá a lo largo de la cinta, cada vez que la aparición del monstruo deba ser destacada. Luego la banda sonora se convierte en una sucesión de temas que refuerzan el leit motiv, entremezclados con pasajes melódicos de raigambre gótica y verdaderas "carreras percusivas" (bronces y tambores) en tono de crescendos para subrayar las escenas de tensión y los ataques del vampiro.

Tanto Bernard como los demás compositores contratados por la Hammer, lograron jerarquizar las producciones aportando una calidad musical no habitual en el género, acostumbrado a la utilización de sonidos ambientales, disonancias y ruidos generados por sintetizador o instrumentación electrónica. Las ediciones discográficas de la música de la Hammer han proliferado en los últimos tiempos, especialmente gracias al sello GDI que ha lanzado títulos no disponibles hasta ahora, sacados de masters originales y remasterizados digitalmente.

James Bernard

De mejor calidad fueron las viejas y excelentes ediciones de Silva Screen, cuyo responsable era Philip Martell. Dos discos que incluían suites de Drácula, Dracula: Prince of Darkness (Drácula, príncipe de las tinieblas- 1966), Dracula Has Risen from the Grave (Drácula vuelve de la tumba-1968) y Taste the Blood of Dracula (Pruebe la sangre de Drácula-1970), además de temas de Hands of the Ripper (Las manos del estrangulador-1971) de Christopher Gunning, una especie de relato radiofónico de Dracula y una introducción de la serie televisiva Hammer House of Horrors (Arg [tv]: Teatro de horror-1980) narrados, respectivamente, por Christopher Lee y Bill Mitchell con música de James Bernard.

El Tema Principal de Drácula es el típico ejemplo de cómo la genialidad de un creador encuentra su cénit. Con tres simples notas logra delinear musicalmente al clásico personaje, convirtiéndolas en latidos vitales para el no-muerto.