Seccion: Películas (Lecturas: 1367)
Fecha de publicación: Octubre de 2021

Super acción, super terror... Nace Cine de super acción

Cuando en enero de 1969 Teleonce lanzó "Cine de súper acción", ninguno de los empleados de filmoteca se imaginaba que estaría ante la génesis de lo que sería un ícono de la cultura popular cinematográfica argentina... he aquí su historia.

Darío Lavia

En una época en que los canales realmente subsistían gracias a enlatados que les permitían ocupar el extenso tramo diario entre la mañana y la trasnoche, los ciclos de cine eran comodines que, en ciertos horarios o temporadas, fluían como hongos después de la tormenta. Los fines de semana de fines de 1968, dominio habitual de las películas y las series, hervían de ciclos con mayor o menor convocatoria. Canal 2 ofrecía Cine de aventuras en castellano, Los monstruos sagrados del cine (título probablemente alusivo al libro de Raimundo Calcagno "Calki", Los monstruos sagrados de Hollywood), Gran cine, Cine de aventuras, Joyas del cine y Cine de trasnoche; Canal 7, por su parte, Cine de medianoche, Festival del cine, Cine argentino y un Cine español. Canal 9 apostaba a dos ciclos, Cine universal y Premier estelar del cine. Canal 13, dueño del mayor ráting, ofrecía Matiné como en cine, Trasnoche en castellano, otro Cine español y una Premier mundial de cine. En tanto que Canal 11 tenía como caballitos de batalla su sempiterno Hollywood en castellano junto a Cine nocturno y Matiné de Hollywood.
Desde octubre de 1968 las tardes sabatinas del Canal 11 consistían en un salpicón de series y una película en pos de preparar el horario central de las 21hs con la emisión de algún largometraje prestigioso en Hollywood en castellano. A las 15 hs la grilla anuncia un ciclo que sería seminal de nuestro Súper acción: Matiné de cine en castellano. Por alguna razón, la gerencia de programación venía designando para esta matiné títulos eminentemente fantásticos. Veamos algunos ejemplos:

A veces la historia se escribe en circunstancias que al momento de ocurrir, son imponderables e impredecibles. Mencionamos unos cuantos ciclos de cine cuyos nombres parecerían mera combinación aleatoria de tres o cuatro términos. En 1967, por ejemplo, Canal 11 ocupaba el horario de los sábados a las 15 hs con un Cine de acción (a veces aludido como Cine en acción). Dos años después, tal vez en una de esas brainstorming para lanzar otro ciclo que no tenía la menor aspiración de perdurar, quizás al mismo empleado o gerente que se le ocurrió Cine de acción, inventó Cine de súper acción como nuevo nombre de la mencionada Matiné de cine en castellano. El sábado 18 de enero de 1969, en el citado horario de las 15 hs nació oficialmente Cine de súper acción –reiteramos, tal vez como un ciclo más dentro de una ensalada de títulos aleatorios— y con un filme de los canónicos del género fantástico: La mujer pantera (1942). La paulatina ampliación del ciclo y su permanencia en las pantallas le permitieron sobrevivir durante casi un cuarto de siglo. La sección filmoteca del canal, dirigida por A. Scannapieco y cuatro operadores-compaginadores (Matías, Massolo, Croce y Jorge Carlos García), armó esta interesante grilla para ese sábado que no sería uno más:

Este sería el tímido inicio, casi perdido en una maraña de series olvidadas, de un ciclo que marcaría a varias generaciones. En sus comienzos hizo frente a programas ómnibus de entretenimientos como Sábados de la bondad (Canal 9) con Héctor Coire y los famosos Sábados circulares (13) de "Pipo" Mancera a los que, a partir de abril, se sumaría Siete y medio (7) con Héctor Ricardo García. La mejor evidencia que el Cine de súper acción obtenía ascendencia en el público fue que a menos de tres semanas de arrancar, en febrero, el ciclo se amplió a dos filmes por sábado. Y una constante sería que uno de estos dos fuera casi siempre del género fantástico y muy frecuentemente, de horror.

De esta manera, año tras año Súper acción se irá incrementando hasta que, por ejemplo, para 1974, una maratónica tarde cinéfila con cinco largometrajes de los géneros más variados. Este eclectismo de épocas y temáticas abonarán la cultura cinematográfica de las varias generaciones cinéfilas que nutrieron su afición no solo en el interior de las salas sino, en mayor medida, frente al tubo catódico.

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