Seccion: Biografías (Lecturas: 17287)
Fecha de publicación: Agosto de 2000
Guy Endore, Homenaje al autor de "El Hombre Lobo de París"
Aprovechando la ocasión del centenario de Guy Endore, quiero hacer un pequeño racconto de las películas de Hombres Lobo que ha habido a lo largo del siglo XX. Darío Lavia
Aprovechando la ocasión del centenario de Guy Endore, quiero hacer un
pequeño racconto de las películas de Hombres Lobo que ha habido
a lo largo del siglo XX.
Samuel Guy Endore nació el 4 de Julio de 1900 y falleció el 12
de febrero de 1970 en California. Su no muy extensa lista de guiones cinematográficos
está compuesta por dramas, comedias y aventuras, pero básicamente
tres filmes notables entre los clásicos del horror de los '30: LAS MANOS
DE ORLAC (The Mad Love-1935), MUÑECOS INFERNALES (The Devil Doll-1935)
y THE MARK OF THE VAMPIRE (1935), todas para la MGM, gran competidora de la
Universal en el campo terrorífico durante ese año. Su producción
literaria tuvo como frutos más importantes obras como The Man from Limbo
(1930), The Werewolf of Paris (1934), Methinks the Lady (1945) y Satan's Saint:
A Novel About the Marquis de Sade (1965) . De todas la más recordada
es sin duda The Werewolf ... Veamos porque.
El
mito de un ser humano que puede metamorfosearse en un animal salvaje es común
a muchas culturas primitivas y rurales. En el África se pensaba que había
Hombres Leopardo, en Perú Hombres Jaguar, en la India se convertían
en Tigres, en Rusia había Hombres Oso, los chinos en cambio creían
en que había Hombres Zorro y Hombres Tigre y para la cultura occidental
el Hombre Lobo estuvo muy arraigado desde el folklore escandinavo, hasta las
Pampas argentinas. En la Antigua Roma podemos encontrar rastros de Hombres Lobo,
en el libro "Satirycon" de Petronio, en el que se los alude con el
nombre de "versipelle". Durante el oscurantismo medieval en Europa
Oriental y Central se extendió mucho la brujería y las actividades
non sanctas, entre las cuales se podía encontrar la licantropía.
Según la demonología es la capacidad de un brujo u otra persona
de transformarse en lobo. Según la medicina es una manía que provoca
que el paciente se crea un animal, desarrolle pilosidad y comportamiento salvaje.
Finalizada la época de la caza de brujas, habiendo entrado la Humanidad
en el brillante siglo XIX en que la luminosidad que aportaba la ciencia intentaba
desterrar toda neblina de oscurantismo e ignorancia, el mito del Hombre Lobo
se arraigó en la literatura y produjo la aparición de obras interesantes
en el naciente género terrorífico: HUGHES, THE WER-WOLF (1838)
de Sutherland Menzies, WAGNER THE WEHR-WOLF (1846) de George W. M. Reynolds
y THE WOLF-LEADER (1857) del omnipresente Alejandro Dumas contribuyeron a la
idea de que la licantropía estaba lejos de ser desterrada por la ciencia
y por las vacunas. Más tarde Sabine Baring-Gould también tuvo
su aporte con THE BOOK OF WEREWOLVES, una obra no ficcional que fue muy difundido,
y Boris Vian creó un curioso nuevo engendro llamado Antropolicandro,
es decir un lobo que se transforma en ser humano, en uno de sus cuentos. Pero
no fue hasta 1933 en que Guy Endore llegó a convertirse en el equivalente
licantrópico de Bram Stoker con su novela THE WEREWOLF OF PARIS. A diferencia
del DRACULA de Stoker o el FRANKENSTEIN de Mary Shelley, la novela de Endore
no fue un éxito de ventas.
En
el campo del cinematógrafo la historia del Hombre Lobo tuvo sus comienzos
temprano, en 1913, con el filme mudo THE WEREWOLF. Más tarde la película
franco-alemana LE LOUP GAROU (1932) se convirtió en el primer filme sonoro
acerca del tema, hasta que la Universal lanzó su filme EL LOBO HUMANO
DE LONDRES (The Werewolf of London-1935). De esa manera Universal evitó
dar crédito a Endore y elaboró su propia versión del mito
del Hombre Lobo, en la que hacía caso omiso del perfil del protagonista
y sus antecedentes religiosos e históricos, ya que la obra original ocurría
en el marco de la Guerra Franco-Prusiana de 1870 y esbozaba una irónica
comparación entre los pequeños crímenes cometidos por el
Hombre Lobo y los asesinatos en masa de la Guerra (idea que algo que más
tarde usaría Chaplin en su MONSIEUR VERDOUX de 1948 por ejemplo). La
película, en cambio, se centraba en la maldición que cae sobre
un científico inglés que es mordido por un lobizón durante
una expedición al Himalaya.
La
consagración de la licantropía como estandar cinematográfico
no ocurriría sino hasta seis años después del filme comentado
anteriormente. EL HOMBRE LOBO (The Wolf Man-1941), dirigido por George Waggner,
con Lon Chaney Jr. como el Larry Talbot, supo combinar los ingredientes necesarios
como para converirla en el parámetro sobre el cual se basaron todas las
siguientes películas licantrópicas. A partir del filme en cuestión,
el público masivo comenzó a aceptar todo una serie de reglas en
lo que a hombres lobo se refiere: las balas de plata, la repugnancia hacia el
acónito y otras más. Gran parte de la calidad de la película
reside no en la dirección o actuación sino en el inteligente guión
del alemán Curt Siodmak. Sus líneas (pronunciadas en el filme
por la gitana Maria Ouspenskaya) son hoy en día un clásico:
Even a man who is pure of heart
And says his prayers by night
Can become a wolf when the wolfbane blooms
And the moon is full and bright.
Traducción literal:
Hasta un hombre puro de corazón
Que reza sus oraciones por la noche
Puede convertirse en lobo cuando florece el acónito
Y la luna está llena.
A
lo largo de las seis décadas siguientes el hombre lobo fue visto en docenas
de películas terroríficas, dando lugar a una verdadera iconografía:
En España el actor/director Paul Naschy (su nombre real es Jacinto Molina)
interpretó a Waldemar Daninsky, un Hombre Lobo en una saga que se inició
con LA MARCA DEL HOMBRE LOBO (1967); en Gran Bretaña Oliver Reed fue
un correcto licántropo hispano en la versión de la Hammer Films
sobre la novela de Endore, LICÁNTROPO (The Curse of the Werewolf-1961);
en Argentina el cantante/actor Leonardo Favio dirigió una de las pocas
películas fantásticas del cine nacional, titulada NAZARENO CRUZ
Y EL LOBO (1974) con Juan José Camero. Y por último quisiera recordar
los que considero como mejores filmes en idioma inglés del tema durante
los últimos treinta años: AULLIDOS (The Howling-1981) dirigido
por Joe Dante y UN HOMBRE LOBO AMERICANO EN LONDRES (An American Werewolf in
London-1981) dirigido por John Landis, ambos con efectos especiales a cargo
de Rick Baker, que se hacen notar acertadamente en las secuencias de metamorfosis.
El primero es un buen entretenimiento terrorífico que tiene muchos aspectos
destacables. Uno de los menos conocidos es que el guionista (John Sayles) hizo
que la mayoría de los personajes masculino tuvieran nombres de directores
cinematográficos: R. William Neill (por Roy W. Neill), Fred Francis (por
Freddie Francis), George Waggner, Erle Kenton, Sam Newfield, Jerry Warren, Lew
Landers, Jack Molina (por Jacinto Molina) y Charlie Barton (por Charles Barton).
El filme por supuesto fue un éxito de taquilla y tuvo varias secuelas
siempre inferiores a la original.
Lamentablemente el nombre de Guy Endore hoy en día es muy poco conocido.
Aún no se ha llevado a cabo nunca una versión cinematográfica
mínimamente fiel a su novela, lo que no ha pasado con Stoker y Shelley,
que han ganado fama mundial no solo por la calidad de sus novelas célebres,
sino también por la gran propaganda que el cine ha hecho, brindando crédito
a sus apellidos en cada película que pretendía narrar la historia
del Conde Drácula o la de Victor Frankenstein.
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