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Darío Lavia Entrevista presente en el filme PETER CUSHING: ONE WAY TICKET TO HOLLYWOOD
(Peter Cushing, El Rostro del Miedo-1989) Dick Vosbergh: A comienzos de los años '50 usted era conocido como "el Rey sin Corona de la Televisión Británica", el Sr. Televisión, y tres premios por ser el mejor actor en otros años lo demuestran claramente. Peter Cushing: Tuve una gran suerte en hacer películas como actor principal, porque en ese entonces la gente de cine no estaba muy interesada en quienes hacían televisión. La televisión mantenía a la gente apartada del cine, casi por primera vez en la historia, excepto por una compañía dirigida por Sir James Carreras, la Hammer, quien pensaba que todo aquel que fuera conocido y gustara en televisión, eran interesantes para sus películas. Él quería llevar a algunos actores de televisión, de vuelta al cine. Habiendo visto la película FRANKENSTEIN (1931) con Colin Clive, mi héroe de JOURNEY'S END (El Final de Viaje) donde hacía de Stanhope, dirigido por James Whale, me pareció muy buena, y pensé que sería maravilloso volver a hacer esa vieja película en blanco y negro. Así que le propuse a mi agente que llamara a Sir James Carreras y le preguntara si aún me quería, porque él había estado detrás de mí todos estos años, tratando de conseguirme, pero yo siempre estaba ocupado y ahora estaba libre. Así fue como se dio. Y yo estaba encantado porque la película se hizo en término y con muy poco dinero. Y en Norteamérica no podían creer que una película de esa calidad se hubiera hecho en ese tiempo y con ese dinero. Realmente no podían creerlo. CURSE OF FRANKENSTEIN (La Maldición de Frankenstein -1957) resultó muy bien. Recorrió todo el mundo, especialmente en Norteamérica, donde el éxito fue enorme. En Japón hizo furor. Por eso creo realmente que esto fue lo que selló mi "fama internacional", así entre comillas. En una semana se recuperó el presupuesto y los de Hammer quedaron enloquecidos volviendo a invertir el dinero, 70 mil libras para hacer DRACULA (Drácula-1958). DV: Usted ha hecho del Profesor Van Helsing cinco veces en la pantalla. ¿Qué es lo que le gusta de este personaje? PC: Básicamente lo que le gustaba al público era el triunfo del bien sobre el mal. Y creo que, en esa época, como decíamos antes, esto es muy importante; porque, un poco como Drácula, el Diablo se las pasa apareciendo inesperadamente. Está en todas partes. Solo hay que quitarle la "a", la "b" y la "l" y agregarle una "s" para tener a Dios, los dos más grandes antagonistas de todos los tiempos. Dado que en el libro, como sabrá, está descripto como un viejo caballero menudo que, casi literalmente, habla un lenguaje incomprensible, la primera vez que me contactaron le dije a Tony Hinds: "¿No tendríamos que conseguir a alguien menudo, de acuerdo a la descripción?" Y el me dijo: "No, creo que hay que actuarlo como tú, porque... por todo tipo de razones, de manera que el personaje quedó muy consustanciado conmigo." Nunca ví la película que Olivier hace de Van Helsing, pero creo que él lo actúa mucho más parecido al descripto por Stoker. ¿Me equivoco? Usted... usted ¿la vio? DV: Sí, si la vi. PC: Así que la vio. Bueno, siempre es un personaje fascinante para hacer. Pero se la pasa sacando repentinamente crucifijos de cualquier bolsillo. Y tiene un montón de bolsillos. Parece un vendedor ambulante. Los crucifijos salen de todas partes, prácticamente hasta de sus orejas. Y justo en el mismo final, en el desenlace de la película, saca una vez más un crucifijo y lo obliga a Drácula a recibir un rayo de sol. Yo pensé "podemos hacer algo más que eso, después de todo es el final de la película". Soy de la época de Errol Flynn, ¿entiende? cuando en los finales había una pelea y un gran salto desde un balcón sobre una cortina. Así que fue a ver al querido Terry Fisher y le dije, "Mira Terry, se que no tenemos un balcón en el estudio, pero tenemos una mesa de refectorio, ¿se dice de refectorio? Y allí también esa ventana con cortinas, ¿qué tal si salto sobre la mesa, la atravieso corriendo y me lanzo sobre la cortina, aferrándola y derribándola? La luz del sol cae sobre el viejo Drácula. Vuelvo a saltar sobre la mesa, tomo un candelabro, corro al otro extremo, tomo el otro, bajo de un salto y voy así haciendo una cruz... ¿ves? En aquel momento se burlaban de esas películas. Se reían de ellas. Ahora, en el Instituto Británico del Cine se las venera como obras maestras de su época. Se trata de una curiosidad, de un viejo recurso. Una gran alegría es que, como sabrá, las nuevas generaciones han crecido viendo estas películas ahora que se dan por televisión. De modo que, hace algún tiempo, cuando estaba en el extranjero, la gente me miraba con curiosidad y me decía: "Perdóneme, ¿pero usted no es el padre de Peter Cushing?". A lo que yo solía responder: "No, soy su abuelo. Pero ¿por qué lo pregunta?" Y me decían: "Bueno, es que lo vi en una película, la otra noche, y usted es muy parecido". Hoy creen que esas películas se hicieron la semana pasada, o el año pasado. DV: Una de sus películas, CAPTAIN CLEGG (1962) se dio en televisión hace poco, y usted recibió una llamada telefónica de Christopher Lee. PC: Sí... él no trabajó en esa película. La vio, me llamó por teléfono, y me dijo, con esa inimitable voz suya: (pone un voz recia) "Estás muy bien, querido, y andas a caballo espléndidamente. Tu cara cuando mueres es exactamente la misma que tuviste cuando te enteraste de cual sería el salario de tu actuación. Buenas noches y que Dios te bendiga". ¡Ja! Nunca me encontré con Christopher trabajando en HAMLET porque no estábamos en las mismas escenas, así que nunca lo vi. No lo había visto personalmente hasta que entré al estudio donde yo personificaba al Barón Frankenstein. Y ahí estaba él, haciendo de la Criatura. La gente no ve el lado tremendamente humano y humorístico de Christopher, porque él, como dije, es como todos nosotros: un hombre muy nervioso, que trata de ocultarlo de una forma que no deja entrever al Christopher que yo se que es y que siempre será. Además, es muy talentoso. Canta muy bien, ¿sabe?. Es capaz de hacer muy bien ópera. Es un golfista de primera. Habla alrededor de diez idiomas, y hace las imitaciones más increíbles. No hay persona en esta profesión en los 51 años que llevo en ella, a quien no haya considerado absolutamente maravilloso. Creo que todos los actores lo son, porque, sabe, tienen una vida muy difícil realmente. Soy un poco insistente al respecto, pero nuestra vida no es facil. Porque uno muy pocas veces siente que ha dado exactamente lo que querría haber dado. DV: Las actuaciones de Peter Cushing que más disfrute fue las que hizo de Sherlock Holmes. PC: Según los que saben, Sherlock Holmes, Mr. Pickwick, Billy Budd, Robinson Crusoe son figuras que nunca perderan su vigencia, lo que me parece maravilloso. El haber interpretado ese personaje me pareció realmente como la materialización de un sueño, para la mayoría de los actores. Creo que uno es muy afortunado si tiene los rasgos apropiados, es una gran ayuda. Si bien muchos actores, muy inteligentes, han hecho el papel sin tener el 'psyche du rol', yo creo que es ventajoso tenerlo. Tener el aspecto requerido por el papel. Es un papel difícil de representar. Es tan sube y baja como un yo-yo. Hay que tener mucho cuidado que el público no se aburra, porque es un poco demasiado ingenioso. Y Watson no es ningún tonto. Creo que es un error presentarlo como un tonto, pues de serlo, Holmes no lo soportaría. Además, Holmes tiene esa mente increíble, y todas sus observaciones se basan en las cosas más sencillas. DV: Usted tuvo muy buenos Watsons. PC: ¡Oh sí! Cuando usted piensa en André Morell, Nigel Stock y Sir John Mills, no se puede pedir mucho más, ¿no? Esta relación entre dos hombres es encantadora. Uno es un brillante e inteligente doctor que debe haber tenido dos o tres esposas. Así que debe haber habido algo que le cayera bien. A la vez que diestro médico, es el gran compinche de Holmes. Lo importante de Watson, es que en cada generación surgen nuevos amantes del personaje, es decir que nunca morirá. El único problema es que el viejo Holmes es un gran amante de esas cosas, las pipas. Y si alguna vez me ve en la pantalla fumando en pipa y con aspecto que la disfruto, debe saber que no está prendida. Es una simulación, es algo para chupar. Eso sí, es una muy buena actuación, porque la pipa me provoca unas naúseas terribles y tengo que tener un vaso de leche bajo de mi asiento e inmediatamente después del corte tomo un sorbo, así no quedo en ridículo. DV: ¿Qué tal fue para usted la experiencia de STAR WARS (La Guerra de las Galaxias)? PC: ¡Ohhhhh! Usted es un niño pícaro. Ha estado leyendo cosas sobre mí. Bueno, no creo que vaya a contar... sí, lo haré. ¿Cómo anda de la vista? ¿Ve eso? (Levanta el pie y queda la suela de su zapato en primer plano) Son más de 12 pulgadas de aquí a allí. Un pie grande. Ahora bien, yo estaba vestido más bien como un chauffeur eduardiano, con un cuello alto hasta aquí, y unas especies de lapicera fuente a través de aquí, haciendo del Gran Moff Tarkin en la Guerra de las Galaxias y con un par de botas de montar que me llegaban hasta aquí, muy ajustadas. De paso, me he preguntado que es un Gran Moff? Suena como algo que sale del placard. ¿No le parece? Gran Moff. Algo que me despista. No pudieron hacerme las botas a tiempo, lo que ocurrió debido a mis grandes pies, así que tuve que arreglármelas con un par cualquiera. Y ahí estaba yo, el primer día de filmación, con este muy irascible y desagradable caballero, el Gran Moff Tarkin bailoteando alrededor, y era realmente un agonía. Así que al día siguiente le dije al querido George Lucas, el director: "George, no te estoy pidiendo primeros planos, pero ¿te parece que podrás enfocarme de la cintura para arriba de ahora en más?" Y me preguntó porque. Y yo le dije la razón. Y me dijo "muy bien", y me dio un par de pantuflas, así que el resto de la película anduve con aspecto de estar enojado con mi querida Carrie Fisher, haciendo del Gran Moff Tarkin en pantuflas. DV: ¿Cómo le resultó ser dirigido por tres jóvenes en TOP SECRET y no por un director sino por un trío? PC: Oh, Dios mío. Aquella pasó, no se cómo. Se porqué... no se como lo pudimos hacer. Tuvimos que hacer toda esa escena en una sola toma, y todo giraba realmente en torno a mí. Además de eso teníamos que actuar, que caminar de espaldas, y cuando se tiraba un libro, se lo tiraba realmente, así que había que atajarlo. Porque, al final, en el momento de esta larga toma de unos dos minutos o minuto y medio, había una lupa colocada sobre un ojo, así que se veía agrandado. Y yo sabía que esto, de esta toma, iba a aparecer al final de todas las tomas que se hicieran, lo cual me aterrorizaba. Pienso que el público no debería ser engañado. Cuando vi este poster de la Momia caminando a zancadas por la campiña por una luz atravesándola, fui al departamento de publicidad y le dije: "¿Qué es esto? No veo nada que hable de esta luz en el guión," y me dijeron "ya sabemos, es solo para vender la película." Entonces me dije a mí mismo "esto no puede ser", así que fui a ver a Terry Fisher y le dije: "Querido Terry: la vieja momia y yo tenemos una terrible lucha en una escena; en el estudio de John Banning, el personaje que yo interpreto, hay un arpón colgado a espaldas de su escritorio, y yo logro tomarlo y clavárselo a Chris Lee. Él, imperturbable, lo rompe y sigue avanzando hacia mí, y esto es maravilloso porque, por lo menos tiene alguna semejanza con esa luz que atraviesa a la momia en el poster. Realmente se veía como si atravesara la luz de un reflector. Era como una especie de automóvil del futuro. DV: ¿Le sorprendió el éxito de su primer libro? PC: Estaba trabajando con mi querido Sir John Mills en una película para Kevin Francis, en producciones Tyburn. Ibamos en el asiento trasero del auto, que nos llevaba a filmar afuera, hablando de cosas genéricas, cuando John, de repente, me dice: "Sabes, con estas pequeñas anécdotas realmente podrías hacer algo bastante interesante; deberías publicarlas." Yo le dije: "Oh, no, no. Son cosas demasiado personales. No puedo escribir." Y él me dijo: "Bueno, yo no puedo escribir y acabo de publicar las mías, mira esto." De todos modos, la charla continuó, y finalmente, cuando llegamos a destino, me dijo: "Si no publicas esto, si no lo intentas, no volveré a trabajar contigo." Pensé que no tenía alternativa, y junté las notas que había hecho a lo largo de años, y traté de darle un orden más o menos decente. Traté de escribir como escribo una carta, como si conversara. Y el mismo día que colocara la palabra FIN, me llamó por teléfono Michael Hallwright, diciéndome que acababa de almorzar con sus editores, y que me habían preguntado si podía proponer alguna biografía, y que él les había dicho: "Sí, Peter Cushing." Los entusiasmó la idea y pensaron que era muy buena, entonces me dijo que todo lo que tenía era charlar con él un par de horas, ponerle fotografías y ponerme a cobrar derechos. Pero yo le respondí: "Bueno, esta es una extraordinaria coincidencia, querido amigo, porque acabo de terminar de escribir mis memorias. Gracias por el aviso, se las mandaré enseguida" cosa que hice y ellos la aceptaron. Realmente nunca me consideré un escritor profesional, por eso el primer libro se llama "Peter Cushing, una Autobiografía" y me sirvió como terapia después de la muerte de mi esposa. Me ha causado placer que el capítulo final en el que expreso mis creencias, mi fé inconmovible en que todo no termina con la muerte, en que hay algo más que llega, porque de otro modo, para mí, esta vida tendría muy poco sentido, había impresionado a una cantidad de gente muy grande en la misma situación que yo estaba (y en la que por cierto sigo estando) y que los haya ayudado. Es algo maravilloso, porque lo expresé con sinceridad, y estaba un poco preocupado por si a la gente le resultaba excesivo en no creer en este tipo de cosas. Para mí es la única verdad, lo único en lo que hay que creer. Me ha mantenido en pie durante 19 años, y teniendo esto y lo que Helen me dio, puedo trasmitirlo a otros, si lo escribo de forma correcta. Debo decir que esta es una de las cosas más maravillosas que me han ocurrido. Yo se que Helen me está esperando. Es la gran diferencia que hay entre yo y otra gente, tengo algo por lo que seguir adelante, y esto es lo maravilloso: algo por que esperar. Siempre hay tanta gente a quien estar agradecido, sea cual fuere la actividad en la que uno esté, pero especialmente en esta. Por ejemplo, alguien cuyo nombre es Kevin Francis. Solía ir al cine para verme, abriendo la salida de emergencia para hacer pasar gratis a los demás chicos. Solía decírse a sí mismo: "Algún día voy a hacer películas, y puedo usar a ese señor que está allá arriba" y mantuvo su palabra, bendito sea su corazón. Al principio, Kevin era, me parece que una especie de chivo expiatorio, creo que esa es la mejor expresión, en Hammer Films, hace algunos años cuando nos conocimos. Y llegó a ser productor de películas. Hice por lo menos tres y muchas otras cosas para él. Es tan bueno como rudo, pero tan auténtico que lo quiero mucho. Una vez me dijo, "a ver, al hombre que lo ha conseguido todo" (lo que no es así, pero él cree que sí) "¿qué le regalo para su cumpleaños?" Y le dije: "Bueno, sería lindo si pudiera pasar desapercibido solo alguna vez. Es tremendamente lindo ser reconocido, solo algunas veces." Entonces él, muy bondadosamente, me regaló esto: (se pone una nariz y un bigote de cotillón) DV: Oh, ¿es su otro yo? PC: ¿Alguien insultó mi nariz? ¿No le parece bonita? Seguiremos adelante conversando con ella puesta. DV: En 1982 usted recibió de su médico novedades nada alentadoras, y sin embargo aquí está, nos complace decirlo. PC: Sí, estuve enfermo, por 1982. De repente yo, no se si alguno de ustedes vio una película llamada TOP SECRET, bueno así es como se había puesto mi ojo. Yo pensé que era un orzuelo de gran tamaño; dolía un poco así que me acosté y me puse unas gotas, esperando que desapareciera. Pero no fue así. Lo siguiente fue que me llevaron al hospital donde me diagnosticaron un cáncer de próstata que estaba afectando a este ojo. Y el esposo de mi querida secretaria llamó por teléfono al médico y le preguntó "¿cuánto tiempo le da?" y la respuesta fue "un año, a lo sumo 18 meses." Eso fue en 1982. No me lo dijeron hasta seis meses después. Nunca me había sentido tan bien en mi vida, así que le dije al médico: "¿Bueno, que es lo que hago?" Y me dijo: "Siga adelante, siga adelante, siga viviendo como hasta ahora." Y le dije: "Está bien, eso es para una película." Pero eso fue lo que hice. Me trataron maravillosamente. No tuve que operarme. En el hospital fui atendido a las mil maravillas por las queridas enfermeras, el Dr. Drake y el Dr. Durville, el cirujano. Pero no tuvo que operarme. Todo lo que me queda es esperar que contando esto en el epílogo de mi segundo libro pueda aliviar a otros que sufren mucho más que lo que yo sufrí. En realidad no sufrí, no era cómodo, pero no era ese terrible sufrimiento que suele darse con dolores mortales y eso. Lo único es que ahora estoy un poco cansado y desgraciadamente no puedo hacer todo lo que me gusta, por ejemplo hacer la nueva película de Sherlock Holmes. Pero sería decepcionante, porque es una tarea que requiere energía física y mental y creo que ya no las tengo, pienso que sería injusto. Pero siempre tuve problemas con un actor, ¿quiere saber su nombre? DV: Por supuesto. PC: Peter Cushing. Nunca está satisfecho, siempre quiere hacerlo todo. Siento que este es un buen ensayo. Bueno ahora vayamos todos a tomar un té y volvamos a hacerlo mañana. Yo trataré de estar mejor.
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