Seccion: Horrorferix (Lecturas: 4477)
Fecha de publicación: Noviembre de 2002
En el pozo infernal de su viejo castillo
Desde 1906, las pantallas cinematográficas de todo el mundo trataron de plasmar la increíble historia de la criatura semihumana creada por las manos y la sapiencia de un hombre, su nombre: Victor H. Frankenstein, que provino de la más inesperada gestación de una joven escritora de origen alemán, Mary Wollstonecraft Shelley. Necrodemo
Desde 1906, las pantallas cinematográficas de todo el mundo trataron
de plasmar la increíble historia de la criatura semihumana creada
por las manos y la sapiencia de un hombre, su nombre: Victor H. Frankenstein,
que provino de la más inesperada gestación de una joven
escritora de origen alemán, Mary Wollstonecraft Shelley. Solo el
Todopoderoso (como diría Rasputín) sabe que materia gris
tan especial le dio a esta mujer el don de imaginar y escribir la maravillosa
obra "Frankenstein"... La cuestión es que, casi 100 años
más tarde, esta historia de ribetes macabros y contranatura se
constituyó en un clásico de clásicos, en una fuente
de entretenimiento y satisfacción de millones de adeptos, desde
el libro, al teatro, cine, televisión, radio y otros medios de
difusión. Este ícono de las historias del Terror Universal
demostró que siempre habrá una secuela y el mal llamado
"Monstruo" de Frankenstein volverá a la vida mil veces
en tanto que mil más intentarán destruirlo. Quizás
lo más destacable sea que cada vez que vamos a ver una nueva película
de este personaje, tengamos la divina, aunque predecible, expectativa
de lo que vamos a presenciar.
Oh, majestuoso ser incomprendido, nosotros los que con ninguna otra pretensión
que la curiosidad, penetramos en las nieblas del cine, nos sentiremos
felices cuando la imagen terrible aparezca con la música incidental
de fondo, y puedas emerger del pozo de azufre en el viejo castillo del
sabio Barón Victor Frankenstein.
El Testamento Imborrable
Yo, Victor Frankenstein, comencé mis estudios científicos
en 1860, con la más firme determinación de ayudar a la humanidad,
escudriñando el origen de la vida, y los secretos de la muerte,
y fue este espíritu de búsqueda el que me llevó a
desafiar las leyes de la naturaleza, creando con mis propias manos un
ser que nunca existió. Hecho de partes diversas y con la ayuda
del cielo embravecido, y en una noche de terrible tormenta, los rayos
potenciaron su fuerza, y la criatura por mí creada tuvo VIDA, aunque
en el paroxismo del éxito no me di cuenta que le había dado
forma de un ser espantoso y sin razón, y lo que fue peor, sin sentimientos.
No puedo destruirlo, es mi creación, y al que encontrare este
testamento, sepa que aún desde mi sepultura, estoy suplicando el
perdón de Dios Nuestro Señor, el único que nos da
la Vida.
Aún para el más ateo del mundo y si Ud. encuentra a mi
hijo, el Monstruo, por favor, dígale si puede, que él no
tiene la culpa de haber venido a este mundo, y que su vida es valiosa
aunque perseguida. Que millones de personas lo quieren por ser lo que
es: una masa informe y bella, concebida para nutrir a muchas, o muchos...
investigadores de la ciencia, llámense... propuestas generativas
de vida, y acciones de cura a un mal determinado, en los órganos
humanos. Entonces es probable que mi odisea no haya sido en vano.
Victor Frankenstein
Reflexión:
Al que encuentre la sepultura del Barón Frankenstein, por favor,
coloque una luz de neón en su epitafio.
el Necrodemo
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