Seccion: Horrorferix (Lecturas: 4147)
Fecha de publicación: Marzo de 2003
Esplendorosa luz de plata
En varias ocasiones esta maravilla de la vida que es la Luna fue el peor castigo para ciertos condenados llamados licántropos. Necrodemo

Cuantas veces hemos sido iluminados por la tan preciada y querida Luz que en
la noche solía acompañarnos con el ser amado. Cuantos sueños
en vivo bajo ese manto que el Planeta Lunar, como regalo de compromiso, nos
atestigua la calidez de la esperanza. Así miles y miles de parejas amantes
conforman un Edén de la Vida sin pagar costo alguno; hasta nos atrevíamos
a fijar promesas, con toda decisión. ¡Oh sí! Que hermosura
tan natural y prodiga en belleza.
Pero en varias ocasiones esta maravilla de la vida fue el peor castigo; el
inigualable Planeta de Luz se convertía así para una determinada
cantidad de seres en la mas terrible maldición. Seres que con solo saber
que al estar la Luna Llena, el horror de las fauces humanas se impondría
sobre toda vida, y su extraño influjo paroxístico se manifestaria
con el horror de victimas selectas sobre las que debía aplicar el mandato
mortal y perenne. De esta manera, la Luna se convertía en la temible
puerta a los infiernos de la agonía y en patético designio para
Hombres y Mujeres Lobo, (denominados por la ciencia como enfermos de Licantropía),
quienes formarían también, a la postre, un relato espeluznante
y encantador para todos aquellos que gozabamos con las Películas de Lobos
Humanos.
Tal es así que, desde que las pantallas de cine mostraron al primer
Hombre Lobo, el ávido espectador y buscador de emociones adrenalínicas,
amaría a estos seres que en la ficción no deseaban matar o destruir
si no ¡Morir! ¿Y por qué? ¿Por qué buscaban
la muerte con tanta deseperación? ¿Por qué esperar a que
en el mismísimo Tibet, una sola vez por año florezca la flor mas
hermosa en las noche de Luna Llena, con el afán de arrancarla de la tierra
y frotarla sobre sus cuerpos velludos y así detener la lunática
herejía de ser un monstruo eterno?
Si a representantes excelentes me refiero, los menciono com el consabido respeto
del fotograma macabro: Henry Hull, Lon Chaney (hijo), Matt Willis, Steven Ritch,
Oliver Reed, Michael Landon... y varios más. ¿Y ellas? Kitty De
Hoyos, y las compañeras de Paul Naschy o Waldemar Daninsky... y ninguno
de ellos gozaban con alimentarse de seres humanos. Sino que, por el contrario,
querian sucumbir. Y sin embargo fueron, son y serán otro grupo más
de los Eternos Malditos Condenados del Cine.
Aun con estas dramaticas alternativas, prometemos conseguir la Flor de Mariphasay
o la bala de plata o quizas ramas de Endrino... ¡No se! ¡Algo! Pero
denos más tiempo por favor, y sigan con nosotros, denos más de
ustedes, si sabemos que estan muertos en vida, pero son relmente queridos y
salvajemente deseados. Por favor no nos dejen, no lo hagan, cumpliremos nuestra
promesa, sí, lo haremos Sagrados Lobos Humanos del Cine.
Reflexión del Necrodemo
Escuche estas palabras tan sentidas y de corazón, y me dije: "Yo
también puedo ayudar" Esperé hasta altas horas de la madrugada
y dejé mi lugar en la Sala del Cine Olvidado, me dirigí como pude
hasta un lugar que, según alguien, existían milagros. Al llegar
allí ví esas torres con punta petrea erigirse al cielo y como
que querían alcanzar las estrellas, y me dije "este es el lugar
Sagrado." Intenté entrar o cruzar el Gran Portal, pensando "¿Esto
es un lugar sacrosanto? Que raro y decepcionante, porque hay un gran cartel
que dice «CERRADO POR FAL TA DE FE»" Ahí me di cuenta
que yo, El Necrodemo, aunque soy una Cosa, no soy tan distinto al Lobo Humano.
La única diferencia es que no busco la muerte sino solo entender mi vida
tan pero tan espantosa, y a veces sin Luna ni Sol. Por eso es que puedo llorar
sin que nadie lo note. Al Cine Olvidado me vuelvo; ya esta por comenzar otra
película de fantasmas. Y esa es mi eterna agonía ¿Pueden
entenderme?
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