Seccion: Biografías (Lecturas: 10404)
Fecha de publicación: Julio de 2003
Jerry Warren, el carnicero del cine
Si Jerry Warren hubiera sido médico, habría sido una especie de Dr. Frankenstein, en virtud a sus extraños híbridos fílmicos. Darío Lavia

Una
de las cosas que estoy notando a medida que avanzan mis investigaciones cinematográficas
es que "todos los días me desayuno con algo nuevo". Esta expresión
es ideal para describir esas sorpresas que uno se lleva al descubrir ciertas
películas, actores, directores y lugares y épocas oscuras en la
historia del cine. Una de esas curiosidades se llama Jerry Warren y merece ser
reseñado, no quizás porque su filmografía depare perlas
o maravillas del séptimo arte, como la de autores oscuros como Edgar
Ulmer o bien H.C. Potter, sino que guarda curiosidades y callejones cinematográficos
no muchas veces transitados, lugares sórdidos en los que el público
usual no presta atención; en fin, páramos no muy visitados por
esa fauna llamada "cinéfilos".
Jerry Warren (nacido en 1925 y muerto en 1988 de cáncer) inició
su carrera en los años '50, produciendo y dirigiendo MAN BEAST (1955),
filme de 64 minutos para la Associated Producers, protagonizado por Rock Madison,
Virginia Maynor y otros actores más ignotos (esto no significa que Rock
Madison sea una gran estrella, ¡ojo!). Centrado en la figura del Abominable
Hombre de las Nieves (en este sentido hay que reconocer que el joven Warren
se adelantó en un par de años a la película de la Hammer
Films sobre la misma temática), narraba la aventura de una expedición
en el Himalaya en la que una joven mujer buscaba a su hermano. En vez de encontrar
al muchacho, encuentran como es previsible, la causa de las muertes violentas
de casi todos los miembros de la expedición. Warren se tuvo que esmerar
bastante, especialmente para hacer parecer a un hombre disfrazado de yeti como
una manada de yetis furiosos. Suponemos que mucha gente habrá visto esta
peliculilla, ya que se dió como acompañante de la espectacular
GOJIRA (Godzilla-1954).
Si Warren hubiera terminado su carrera aquí habría sido recordado
tal vez por esta película, lo cuál no habría sido tan malo
a fin de cuentas. Pero él siguió, y luego perpetró TEENAGE
ZOMBIES (1957), para la Governor Films, tal vez buscando atraer el mismo público
que pagó por ver a otros monstruos adolescentes. Sería tema de
una nota completa recorrer las películas de tal sub-género cuyo
gran mérito hemos de señalar fue su brevedad: no duró más
de 2 años (1957-1959), habiéndose iniciado con I WAS A TEENAGE
WEREWOLF (El Monstruo Adolescente-1957), con el recordado Michael Landon. Ya
en sus principios Warren daba muestra de su "olfato" comercial: se
inventó el seudónimo de Jacques Lecotier (con el que firmó
el guión) y realizó la citada TEENAGE ZOMBIES, sobre una científica
loca (Katherine Victor) que, aislada en su isla-laboratorio, utiliza jóvenes
esquiadores acuáticos como cobayas humanas a los que convierte en zombies.
Por el mismo costo, Warren incluyó un gorila (figura paradigmática
del cine fantástico norteamericano) y otras especialidades. Pero no logró
estrenar la película hasta 1960, cuando ya la fiebre por los monstruos
adolescentes era un recuerdo. En el peor de los casos no se había jugado
con un gran presupuesto. Años después Warren recordaba que uno
de los Hermanos King (productores del filme GORGO), se cayó al piso de
la risa cuando Warren le divulgó el dinero que había gastado en
la película...
Con los Zombies Adolescentes archivados, Warren se contactó por vez
primera con John Carradine, con quien rodó THE INCREDIBLE PETRIFIED WORLD
(El Increíble Mundo Petrificado-1959), un relato de ciencia ficción
y aventuras submarinas. Warren tenía pensado la aparición de un
monstruo, pero hubo problemas con el traje y... no hubo tal monstruo. Esta fue
la primera película en la que Warren contó con actores de renombre:
al avejentado pero aún vigoroso Carradine, sumamos a Phyllis Coates,
que venía en bajada luego de haber sido la Lois Lane de la primer temporada
de la serie ADVENTURES OF SUPERMAN (Las Aventuras de Superman), y Robert Clarke,
el galán del filme, que más tarde se consagraría al cine
fantástico clase B. Clarke dijo en posteriores entrevistas que Warren
les daba de comer hamburguesas todos los días y que montó la película
en el living de su casa para ahorrar costos. No fue hasta 1960 que Warren pudo
estrenar estas dos películas para la Governor Films (TEENAGE ZOMBIES
y esta).
En
1962 es que Jerry Warren encuentra tal vez su verdadera vocación: la
de carnicero de celuloide. Veamos: en 1958 Virgil W. Vogel, que había
dirigido algunas películas fantásticas de la Universal durante
los '50, dirigió en Finlandia una tal RYMDINVASION I LAPPLAND (El Monstruo
de las Nieves-1958), sobre un monstruo espacial gigante (y peludo) que ataca
la helada Laponia. En plena eclosión de Godzilla, Europa también
quiso imitar el fenómeno, y los países escandinavos produjeron
esta película (relevada años después por la mítica
REPTILICUS de Sidney Pink, pero esta... es otra historia). Como la película
no había tenido casi distribución internacional, Warren compró
la película y le agregó 15 minutos de nuevas escenas con su amigo
John Carradine, George B. Mitchell y Katherine Victor, con una historia que
difícilmente tenga lógica alguna, pero ¿qué le vamos
a hacer?... Luego diseñó un buen cartel y pensó un título
que atraiga multitudes. El resultado fue INVASION OF THE ANIMAL PEOPLE (1962).
No pasa mucho tiempo para que Warren se largue a filmar nuevamente. Se trata
de TERROR OF THE BLOODHUNTERS (1962), para su propia productora, Warren Productions;
una aventura sobre un artista francés (Robert Clarke) que es acusado
falsamente y enviado a la Isla del Diablo donde se amiga con un preso (Steve
Conte); ambos son auxiliados en su huida por la hija del gobernador de la prisión
(Dorothy Haney), y la pasan bomba huyendo por la selva tropical, en terreno
de los jíbaros. Con decir que a Conte se lo come un jaguar... Warren
se multiplicó por cinco para realizar esta película. Escribió
el libro con el nombre de "Jacques Lacotier", la musicalizó
bajo el seudónimo de "Erich Bromberg" y, como si todo esto
fuera poco, adoptó el nombre de "Bill William" para ser su
director de fotografía. Esta homogeneidad de nombres tras una película
daban un aire de conjunto de trabajo que jamás se podría haber
conseguido con la leyenda: "Escrita, Fotografiada, Musicalizada, Producida
y Dirigida por... Jerry Warren". TERROR... se estrenó como complemento
del atrayente doble programa que constituyó con INVASION OF THE ANIMAL
PEOPLE.
Continuando
con su saga carnicera, Warren compró LA MOMIA AZTECA (1957), un clásico
del cine clase B mexicano, e introdujo a los actores John Burton, George B.
Mitchell, Chuck Niles, Steve Burton, Bruno Ve Sota y su ya conocido Steve Conte,
con quienes filmó determinadas escenas y las montó con algunas
del filme mexicano. Warren explicó su manía diciendo que los directores
mexicanos de bajo presupuesto solían alargar los tiempos de una película
mediante el relleno con escenas de charlas, así que en su intención
de vender esas películas en el mercado cinematográfico y televisivo,
Warren quitaba todo eso que era aburrido y le agregaba sus escenas... de personas
conversando. Es de notar que Warren acreditó a los actores mexicanos
con seudónimos (tal vez para simular un elenco mayor al que realmente
contaba). Esto explica la aparición de otros nombres: Richard Webb correspondía
a Ramón Gay, Nina Knight a Rosa Arenas. Dado que Ramón Gay, por
ejemplo, habái fallecido en 1960, queda bastante claro quien eligió
esos seudónimos. El filme resultante fue THE ATTACK OF THE MAYAN MUMMY
(1963), distribuído por la ADP, y se convirtió en una verdadera
prueba de fuego psicológica para el público: la de intentar comprender
una narración incomprensible. Las escenas del filme original, sobre una
mujer que hace una regresión hipnótica y descubre que en una vida
pasada ha sido una princesa maya, y la aparición de la momia misma, se
incluyeron como un flashback, y ¡fueron insertadas sin doblaje, bajo la
narración del actor George B. Mitchell! Warren sin embargo rodó
una escena de "gran presupuesto" que fue la de una discoteca pop,
con adolescentes bailando rodeados de extraños muebles y paredes con
páginas de revistas pegadas.
En 1963 Warren trabajó en la que sería su único western.
Se trata de A BULLET FOR BILLY THE KID (1963), que se realizó sobre UNA
BALA ES MI TESTIGO (1959), dirigida por Rafael Baledón en México,
y protagonizada por Gastón Santos, un cowboy mexicano bastante popular
como para rodar varias películas de su personaje entre los años
'50 y '60. Warren contó con sus compinches Steve Brodie y Lloyd Nelson.
Poco se sabe de esta película (hoy perdida), vaya a saber como planteó
la acción original y como hizo sus insertos... tal vez podríamos
suponerlo, en vista de sus anteriores y posteriores opus.
Su otro filme perdido es THE VIOLENT AND THE DAMNED (1963), surgido en torno
a LA BALANDRA ISABEL LLEGÓ ESTA TARDE (1949), coproducción argentino-venezolana
de Carlos Hugo Christensen sobre temática sobrenatural y rural. Se sabe
que se emitió por la TV estadounidense, aunque no hay copias disponibles...
por el momento.
1965 fue un año importante para Warren, ya que contratacó con
tres películas, si es que nos vale esta denominación (tal vez
sería más apropiada "anti-películas"). La primer
incursión fílmica surgió a raíz de LA MARCA DEL
MUERTO (1960) de Fernando Cortés, que luego de pasar por el living de
Warren quedó reducida a 50 minutos, y se convirtió, merced a 20
minutos extras, en CREATURE OF THE WALKING DEAD (1965), con asombroso elenco
de actores y actrices Warrenianos: Bruno Ve Sota, Katherine Victor, Willard
Gross, Rock Madison, Robert Christopher, Lloyd Nelson y Chuck Niles (Warren
solía filmar sus insertos en su propia casa, para abaratar alquiler de
estudios y otros gastos "supérfluos"). La trama resultante
nos muestra a un científico que revive el cadáver de su abuelo,
que se convierte en un chupasangre. Una médium realiza una sesión
espiritista y un detective gordinflón investiga. Para informar a las
audiencias angloparlantes, en las secuencias mexicanas, un narrador nos relata
lo que los personajes parecen estar diciendo, un recurso trivial pero que le
permite ahorrarse el doblaje. El narrador: George B. Mitchell.
Pasamos al siguiente experimento fílmico: FACE OF THE SCREAMING WEREWOLF.
Se inicia con LA CASA DEL TERROR (1959) de Gilberto Solares Martínez,
comedia mexicana con el cómico Germán Valdés, alias Tin
Tán, y la estrella invitada Lon Chaney Jr. Pero cuando llegó a
manos de Warren, quitó todas las escenas de Tin Tán (tal vez con
la intención de quitarle lo cómico, pero debemos decir que en
tal sentido fracasó), añadió escenas de LA MOMIA AZTECA
(en particular la escena de la hipnosis y secuencias de la Momia en acción,
que ya había utilizado en ATTACK OF THE MAYAN MUMMY; parece que Warren
quiso rehabilitarse luego de concretar una película tan incomprensible,
y se permitió reutilizar esos fragmentos) y utilizó secuencias
ya filmadas por sí mismo para su anterior obra, (con actores como Steve
Conte, George B. Mitchell y Chuck Niles), interpretando a doctores y periodistas
que conversan y la historia resultante fue algo como lo que sigue: A una mujer
se le realiza una hipnosis y revela la ubicación de la entrada secreta
a una pirámide. Los científicos entran en la construcción
y se topan con dos momias (una es la Momia Maya y la otra es la de Lon Chaney).
La primera se escapa y la segunda es llevada por los científicos para
su estudio (escenas de LA CASA DEL TERROR). Luego de quitarle las vendas, notan
que está vestido con indumentaria Larry Talbot. Luna llena, la ex momia
(ahora sin vendajes) se asoma y... su rostro se cubre de pilosidad: es un hombre
lobo. ¡Un hombre lobo momificado! El final de la película coincide
con la película de Solares Martínez. Total del nuevo metraje de
Warren: 2 minutos. Salvando el detalle de la aparición de Chaney (que
creo haría la película interesante para seguidores del terror
clásico), la película es un rompedero de nuca, para todos aquellos
que intenten encontrar una narración inteligible.
No
contento con la anterior película, Warren acometió luego con CURSE
OF THE STONE HAND (La Maldición de la Mano de Piedra-1965), nuevamente
con John Carradine, Katherine Victor y el gordito Bruno Ve Sota. En esta película,
Warren consiguió también dos películas, ambas chilenas:
LA DAMA DE LA MUERTE (1946) de Carlos Hugo Christensen y LA CASA ESTÁ
VACÍA (1945) de Carlos Schliepper, dos climáticas películas
de gran difusión en su época. Warren planteó aquí
una solución más simplista. En vez de mezclar ambas películas
y lograr un caos narrativo, acortó cada obra para insertarlas como cuentos,
siendo presentados y narrados por Bruno Ve Sota, logrando igualmente un caos
narrativo, pero tal vez de menores proporciones. Algunos de los críticos
(como por ejemplo el francés Tod Michel) acusan a Warren de mutilar películas
"buenas" y convertirlas en esta bazofia. Otros, revisionistas, dicen
que las películas originales ya eran "bazofia" de entrada.
Sin embargo, estos críticos revisionistas no pueden decir que han visto
las películas en su montaje original (solo han visto las obras mutiladas,
parcialmente dobladas o narradas por encima, y las analizan de esta manera).
Hemos de decir que LA CASA ESTÁ VACÍA (que ha emitido el Canal
Volver) no es una obra maestra de la cinematografía pero manifiesta una
preocupaciones visuales y narrativas importantes, especialmente para una película
chilena. Es de notar que en varias fuentes serias (tales como imdb y el libro
de Michael Wheldon, Enciclopedia del Cine Psicotrónico) se da erróneamente
el dato que una de las películas canibalizadas por Warren habría
sido mexicana.
HOUSE OF THE BLACK DEATH (1966) significó un hito en la carrera de Warren.
Habiendo dado muestras de cierta "reputación" para combinar
fragmentos de películas de lo más raras, se lo llamó para
salvar unos metrajes filmado por Harold Daniels, con Lon Chaney Jr. y John Carradine,
que deberían haberse estrenado como NIGHT OF THE BEAST. Warren lo solucionó
de la manera más rápida posible, acudió a Carradine, el
amigo George B. Mitchell y Katherine Victor (a quienes hizo participar en 9
minutos de tomas) y armó la historia con dos hermanos diabólicos:
Belial y André de Sade (Carradine y Chaney), quienes, claramente, no
comparten ninguna escena juntos.
Luego
de años de carnear películas de otros, Warren se decidió
a filmar una película totalmente original. Para ello contó con
Katherine Victor (ya una actriz fetiche de la casa), Steve Brodie, Lloyd Nelson
y "George Andre" (seudónimo de George B. Mitchell; recordemos
que entre más nombres podamos contar en los títulos, más
apariencia de respetabilidad) para THE WILD WORLD OF BATWOMAN (1966), que recogió
una de las influencias reinantes en los medios de la época, es decir
la "batimanía", iniciada con la serie televisiva BATMAN, con
Adam West. Según quienes la vieron, es la peor película de Warren
(lo que es mucho decir). En cualquier caso, la película levantó
polvareda y Warren recibió un juicio de parte de la cadena ABC y DC Comics
por utilizar el nombre de "Batwoman" (Batichica), así que trató
de evitarlo cambiando el título por SHE WAS A HIPPY VAMPIRE y agregando
una escena de unas chicas conversando sobre vampiros al principio (recién
en 1972 la película fue ofrecida en un paquete por la firma Medallion,
que vendía películas para TV). Sin embargo, la jugada le salió
cara y Warren no volvió a filmar por 15 años.
Es 1981 el año en que Warren filma su última película,
FRANKENSTEIN ISLAND, con la que se propone no solo auto homenajearse en vida
(la película era un remake de su propia TEENAGE ZOMBIES, pero tenía
referencias a todas sus películas), sino dar trabajo a su troupe (así
como también a sus seudónimos: Jacques Lacoutier, Murray De Atley,
Erich Bromberg). Del filme participan Steve Brodie, John Carradine, Robert Clarke
y Katherine Victor como Sheila Frankenstein Von Helsing, esposa del Dr. Frankenstein
(Carradine, que solo aparece como una imagen). Si uno la afronta con sentido
del humor puede ser una buena experiencia, pero es difícil mantenerse
alegre durante los 97 minutos de esta cinta, en que un grupo de náufragos
llegan a una isla donde una científica (Victor) convierte a la gente
en zombie bajo los mandatos de Frankenstein (cuyo monstruo resucita al final).
Como actores invitados tenemos a Cameron Mitchell y Andrew Duggan.
¿Cómo deberíamos considerar a Warren? Por mucho que les
pese a sus detractores, Warren era un "director"; tuvo creatividad;
fue fiel a su propio estilo y se mantuvo (si se quiere) en una cierta vanguardia
abstracta o surrealista, que por momentos llega a jugar con la psiquis de su
posible espectador ante tanto caudal de ilogicidad. Warren se consideraba a
sí mismo un "artista" y exigía siempre lo más
que podían dar a sus actores. Gracias a su posición de productor-distribuidor
de su material, se tenía que ingeniar no solo en idear el producto final
sino también en empaquetarlo y venderlo, y con ese dinero pagar sus gastos
y el de su equipo. Por su ignorancia de las más básicas normas
narrativas y cinematográficas a la hora de remontar películas
extranjeras (que debía comprar sin pagar derechos...), Warren es considerado
más que un artista, un "carnicero"; su legado está en
sus películas, que siguen circulando hoy en día, convertidas en
rarezas muy buscadas por los aficionados y fanáticos en general.
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