Seccion: Horrorferix (Lecturas: 4736)
Fecha de publicación: Junio de 2003
La seducción del miedo atrapante
¿Qué es aquello tan fascinante que nos atrae como aficionados al terror y al misterio?
¿Acaso nos hemos preguntado alguna vez en que momento comienza a querer
seducirnos ese extraño ser astral que nos invita a cruzar el umbral de
un cine, o comenzar a leer un libro o abrir las páginas de una revista,
cuando la propuesta expresa es un relato de fantasmas o ficción? ¿Dónde
comienza ese sutil y, reitero, seductor encanto, casi más provocador
que los besos de una dama? Es muy fácil la respuesta: los colores y las
imágenes que ilustran estas exposiciones de aventuras un tanto predecibles
constituyen un magnetismo que no se puede pasar por alto. Felizmente esto mismo
le ocurre a millones de degustantes de estos géneros fantásticos,
y cuanto más espeluznantes mejor. Fíjese que no hace falta más
que pintar manchas rojas o los cuchillos amenazantes de un psicópata
o una mujer semi desnuda que con la boca entreabierta deja ver sus colmillos
(quien los clavará en nuestra garganta luego de un prolongado y lascivo
beso) en un poster para que nos resulte atractivo.
Pero hace 40 años atrás, las películas de productoras
humildes prometían emociones a granel y una expectativa que nos partía
el coco a través de esas particulares ilustraciones que adornaban los
afiches en los cines. Y ni hablar de las revistas que hoy, en pleno siglo XXI,
se mantienen firmes al pie del cañón. Cada vez son más
los adeptos que buscan esos clásicos para incluirlos en sus colecciones.
¿Saben algo? Dicen que los ojos, en la forma de mirar, reflejan el alma
humana. Yo no afirmo eso, pero me cabe una pregunta. ¿Qué tiene
esa cultura narrativa, la del misterio y del terror, que tanto y tanto nos deleita
como si fuese siempre la primera vez?
Sí, sí... estoy de acuerdo que no hay espanto mayor que el de
una guerra. Esa es una verdad absoluta. Pero, ¿dónde está
la diferencia? Ni más ni menos en que las películas, revistas,
libros y demás medios que nos atraen con esa hermosa seducción
del miedo, no plantean otra cosa que ficciones. De este pequeño análisis
saco la conclusión que haciendo un proceso a las imágenes de mi
mente, me siento dichoso de seguir a estos hacedores de espanto, que nos dan
lo mejor de sí para hacernos sentir felices.
Reflexión del Necrodemo
Me contaron que hay alguien que se llama Dios
Que creó los cielos y la tierra y mil cosas más.
Me gustaría que viniese ante mí,
Porque yo no puedo acercarme a él.
Deseo Señor Dios, que si usted
Creó también estas imágenes
Como a millones de seres humanos
Y los hace sentir dichosos y felices.
Por qué no me hace un favor:
Si usted es como dicen que es,
Puede darme un poco de algo...
Disculpe, yo agradezco lo que soy
Y todo lo que tengo, un cine para mi solo,
Muchos gatitos y ratones que me cuidan acompañan.
¿Pero sabe, Sr. Dios, que es tener una madre y un padre?
¿Me lo puede fabricar usted?
Gracias señor Dios de las mil cosas, gracias.
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