Seccion: Entrevistas (Lecturas: 8626)
Fecha de publicación: Julio de 2003
Entrevista exclusiva a Carlos Alberto Alonso
Una charla con el director del cortometraje As Muxicas, que se narra una extraña historia en la Galicia "mágica". Sara Rodríguez Mata
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Como
ustedes saben, ya es norma de la casa -y una de nuestras prioridades- traer
a nuestra página a jóvenes talentos que vamos “cazando” o que casualmente encontramos
por la red, por la calle o por la televisión. Éste es el caso de Carlos Alberto
Alonso. La verdad es que el modo en como llegué a él ha sido un poco extraño
y paradójico. Les cuento.
Resulta que yo hace un mes - en abril- estaba buscando en la web información
sobre Jesús Franco para ver si podía encontrar de algún modo su número de teléfono
o dirección -algunos pensarán que soy ingenua- porque Jesús Franco estaba invitado
al Festival de Cine Español de Málaga. Y me tropecé con su página web, en la
que se encontraba links a la página de Amando de Osorio y justo debajo estaba
la de Carlos Alberto Alonso. Y dirán ustedes: “entonces, pinchaste ahí para
visitar su web”. Pues no. No me llamó la atención; para qué vamos a engañarnos...Total,
que después de mucho buscar, llamar a Telefónica, llamar al hermano de Jesús,
etc., yo me quedé sin ver a Jesús Franco y sin poder entrevistarlo (por cierto
señor Franco, si lee estas líneas, me encantaría poder entrevistarlo). Y nada.
Pero al cabo de unas semanas, yo navegué en la red, buscando a otro genio que
me encanta: Amenábar. Resulta que me quedé sin ver en Versión Española la película
“La Tía Tula” de Miguel Picazo, a cuya presentación estaba invitado como contertuliano.
Y visité la web de TVE, busqué aquel programa, pero, ah, me encontré con que
ese día se había proyectado uno de los cortometrajes que concursan en Versión
Española: “As Muxicas” de un tal Carlos Alberto Alonso. Y no sé porqué, me fui
a la web de Alonso, y ya me olvidé de TVE, de Amenábar y de “La Tía Tula”...
El “destino” me había llamado por segunda vez y le hice caso. *Amenábar, para
ti también va otro aviso para navegantes: me encantaría hacerte una entrevista,
que en Santander me dejaste la espinita clavada, a pesar de que me supe infiltrar
en la rueda de prensa y hacerte dos preguntas.
Carlos Alberto Alonso Iglesias es un joven director de cine que va a dar mucho
que hablar. Nació en Galicia en 1970 y actualmente reside en Barcelona. Como
carta de presentación, dos cortometrajes: The End y As Muxicas. Pero hay mucho
más. Por ejemplo que estuvo nominado en los Goyas de este año por su cortometraje
As Muxicas, el cual además también compite en el Certamen de Cortometrajes Iberoamericanos.
Siento ser tan escueta, pero es que los resúmenes no se me daban bien en las
asignaturas que me gustaban. Y eso mismo me sucede al leer la biografía de C.
Alberto Alonso, ¡que todo me parece importante! Así que, yo les creo ahora la
necesidad de visitar su web para que lo sepan todo sobre él. Pero antes, lean
esta entrevista - o después-.
Sara: “As Muxicas” se adentra en la Galicia mágica. Supongo que los
lugares por donde has pasado, los paisajes de Galicia y su idiosincrasia peculiar
imprimen carácter en el quehacer de un director gallego. ¿Qué tópicos y leyendas
gallegas se puede encontrar el espectador en tu película?
Alberto:
Me parece interesante apuntar que As Muxicas es un guión que nace a partir de
un relato del Mozambiqueño Mia Couto, un autor con muchos puntos en común con
Álvaro Cunqueiro, escritor gallego, éste, que cultivó el realismo mágico en
su literatura y ha influido sobre varias generaciones de lectores. Cuando descubrí
el relato de Couto me encontré con un argumento impresionante y de tremendas
similitudes con una historia que necesitaba contar desde hacía tiempo: introducir
los paisajes gallegos, el lenguaje, la actitud de las gentes del noroeste peninsular
al relato africano fue uno de los momentos más interesantes de este proyecto.
Mezclarlo todo a su vez con el folclore popular, con el mito, además de aportar,
claro está, todas mis experiencias vividas desde mi niñez hasta la actualidad
(en ambientes de aldea exactamente iguales a los que finalmente se muestran
en el corto), y rizando el rizo, y dándole un toque absolutamente multicultural
al recurrir a una leyenda catalana que cuenta que en el Bergadá había sido costumbre,
durante toda la vigilia (de Navidad, cuando se encendía el tió) quemar en el
hogar ramas de boj, para que estallasen y centelleasen, y se creía que las almas
de los antepasados de la familia venían para calentarse y buscar a los que están
a punto de morir. Un cóctel que me invitaba a convertir una historia intimista
de dos personajes en conflicto en el contexto rural de principios de siglo,
en un intento de Drama Psicológico Fantástico, vamos, todo un reto.
Sara: The End se rodó en 1996 y As Muxicas en el 2001. ¿Por qué esa
larga distancia entre ambos proyectos?
Alberto: La respuesta es sencilla, por motivos económicos. Entre medias,
rodé un buen montón de proyectos de distinto tipo, pero todos en formato video,
el problema de rodar en cine - 35 mm en el caso de los dos cortos que nombras
- es encontrar una productora que te asegure que el trabajo llegará a buen fin,
y que una vez terminado tenga una buena promoción (en el caso de The End, desgraciadamente
no fue así), y luego lo más difícil, encontrar el dinero para hacerlo y/o la
gente que esté dispuesta a trabajar a tu lado sin cobrar; no es una coincidencia
que los dos sean trabajos de escuela, el primero durante mi paso por la EIS
de A Coruña (1994-1996) el segundo por el CECC de Barcelona (1998-2002). Mirándolo
en la distancia, parece un milagro, sobre todo, viendo la situación en que me
encuentro ahora, a la espera de saber los resultados del Certamen Iberoamericano
Versión Española.
(Alberto Alonso asistió hace un mes al programa Versión Española, que emite
TVE para presentar su cortometraje As Músicas, el cual fue seleccionado para
participar en el Certamen Iberoamericano. Además, estuvo acompañado de dos directores
de excepción: Miguel Picazo y Alejandro Amenábar. Esa noche se emitía la película
La Tía Tula, de Miguel Picazo -que fue profesor de Amenábar en la Facultad-.
Alejandro Amenábar iba en calidad de contertuliano, para hablar de esta cinta
que para él representa una de los mejores dramas en la historia del cine español.
Y después, de la película...Le tocaba su turno a Alberto Alonso, quien sin duda
alguna debió sentirse muy orgulloso de estar acompañado de nuestros dos directores.
¡ Qué envidia!... )
Sara:
De una manera u otra, tanto en The End como en As Muxicas tus personajes se
enfrentan al final de su vida: a la muerte. ¿A qué se debe esa recurrencia al
tema de la muerte?
Alberto: Aun siendo un tema que sería absurdo decir que no me interesa,
tengo que confesar que es una coincidencia. The End fue un encargo de un compañero
de escuela, José Luis Ducid, el guión era suyo y a mí, de entrada, no me gustaba
nada. Lo de encargo suena un poco raro lo sé, me explico, él había ganado dos
premios en un concurso, los premios eran dirigir sendos cortos en 35 mm, José
Luis me cedía la dirección de uno de ellos. Yo había presentado un guión en
el que creía firmemente, pero no me lo aceptaron y en un arranque de rabia infantil,
en un principio, rechacé la oportunidad que José Luis me daba de hacer mi primer
35 mm. Finalmente, acepté a regañadientes. Sí, suena extraño pero fue así, eran
tiempos convulsos aquellos de la EIS del 1994, además yo era joven..., y un
poco idiota ¿no? jajajajaja.... En serio, si no fuera por The End yo no me habría
quedado prendado de hacer cine, ver las imágenes que había ideado en una pantalla
gigante, con aquella textura incomparable del celuloide bien fotografiado me
dejó marcado. Y en el caso de As Muxicas, quise hablar de la incomunicación,
pero con esta historia y unos personajes tan complejos me ha dado para tocar
multitud de temas: la muerte, la soledad, la obsesión, los peligros de la sumisión,
el machismo...
Sara: ¿Existe alguna referencia clara que caracterice tu estilo de realizar?
Alberto: Pues, si he de ser sincero ahora mismo ya no lo sé y, además,
a estas alturas ya estoy convencido de que soy el menos indicado para decirlo.
Mi intención siempre ha sido parecerme a John Ford e intentar plasmar los mundos
interiores a la manera de David Lynch, buena mezcla. Pero claro, después de
todo lo que he escuchado: Bresson, Dreyer, Kurosawa, Mizoguchi... buf, es que,
además, son autores que admiro y me encantan, para más inri lo ha dicho gente
que me respeta (y por lo que veo, que me aprecia), pero este tipo de cosas obviamente
no se pueden tomar en serio. En realidad, aspiro a ser un buen artesano como
Richard Fleischer o J. Lee Thompson, que no es poco. No recuerdo de quien es
la frase "ser un buen artesano, no te impedirá ser un artista" creo que de Bresson...
pues eso, si la suerte me acompaña el estilo me lo dará el tiempo, estoy convencido,
y eso será cuando sea mayor, o sea que falta mucho...
Sara: ¿Crees que la situación por la que está pasando el cine español
perjudica más a los directores noveles, a quienes quieren darse a conocer que
a los consagrados?
Alberto: El cine español, ¡god , this is the question!, me decías en
el email que me podía saltar alguna pregunta ¿puedo esta?, es que me voy a enterrar
en el fango ...; qué cantidad de películas se hacen y no se estrenan, y se gastan
millones, pero un montón, no me lo puedo creer, esto tiene que ser una industria,
hay que hacer pelis para que la gente vaya a verlas o por lo menos intentarlo.
Claro que perjudica a los directores noveles, los condena a desaparecer o a
dedicarse a Bodas y Bautizos (en el mejor de los casos a la hostelería), As
Muxicas se hizo con 4 millones y pico de pelas, The End con mucho menos ¿cual
es la media de presupuesto para estas pelis que ni siquiera se estrenan? ¿100
, 200 millones de pesetas?, y es que, además, los tíos que han rodado estos
engendros siguen ahí, dando el coñazo, lo siento, prefiero no seguir con este
tema, además, es que no lo acabo de entender.
Sara: Y, ¿qué opinas a cerca de las ayudas estatales y subvenciones
para hacer cine? ¿Puede que otros países europeos gocen de una mejor salud cinematográfica
porque sus subvenciones están organizadas de otra forma?
Alberto: Continúo la línea de la pregunta anterior, mis dos 35 mm fueron
subvencionados, el primero con millón y medio de pesetas y el segundo con uno,
por la Xunta y el ICAA. El resto hubo que buscarlo, pero son ejercicios de aprendizaje,
son cortometrajes, no voy a morder la mano que me ha dado y me puede dar de
comer, con más motivo no estoy de acuerdo con ciertos despilfarros. Entiendo
que se apoye a Fernando León, Benito Zambrano, Julio Medem, Almodóvar, Amenábar...,
su cine da dinero, hace industria, da caché en el extranjero (importantísimo).
Pero también entendería si se apoyara a Mariano Ozores, Juan Piquer Simon o
Jesús Franco, si sus películas triunfaran en el mercado (que lo han hecho, y
mucho). La industria no solo la hacen los productos de "qualité", decía / dice
mi maestro Manuel González (profesor en la EIS) "... para que exista el cine
bueno, es fundamental que exista el malo..." que gran verdad. Todo lo demás
es un error, además ¿quién se atreve a definir en serio lo que es una cosa y
lo que es la otra?; eso es lo que trajo la Ley Miró, que acabó con el
Cine Fantástico Español entre otros géneros que gozaban de buena salud. Sí,
creo que es un error, y en realidad estamos pagando todavía ese error. Necesitaríamos
una entrevista aparte para hablar de esto, pero creo que te imaginas mas o menos
lo que pienso. Los franceses en este sentido son la leche.
Sara: Sí, me lo has quitado de la boca. En fin, otro día hablamos más
tranquilamente de estos y otros asuntos que afectan a la industria cinematográfica
y, sobre todo, a los directores. ¿A raíz de la creación de la Unión europea
¿puede considerarse nuestro cine más europeo y fomentar, así, que se exporte
con un denominador de origen de mejor calidad?
Alberto:
Nuestro cine será europeo cuando en las carteleras de Londres, Berlín o París
se vea otra cosa aparte de Almodóvar (¡Bendito sea!), entonces sí. ¿Sabes la
cantidad de sitios en la red que tiene Amando de Ossorio? ¿Sabes que todos son
en inglés, alemán, etc...?; el único en español, http://es.geocities.com/amandoossorio,
es nuestro, en homenaje tras su muerte, después de estar muchos años condenado
al olvido. El género fantástico es un género muy exportable, mirad a ese lucense
al frente de Fantastic Factory, Julio Fernández - menudo monstruo- , Darkness,
Faust ¡y es cine español! te pueden gustar o no, pero vende las películas antes
de rodarlas. No estoy diciendo que todo sea terror y ciencia-ficción, simplemente
es un ejemplo que me duele particularmente; si no fuera por los cojones que
le echaron Alex de la Iglesia y Almodóvar en Acción Mutante, habría menos aún.
Apunto que hay algo que falla desde los que se ocupan de la salud de la industria
cinematográfica en este país, y el trato que se le ha dado a este género es
un buen ejemplo.
Sara: No deja de ser curioso, relevante y sorprendente encontrar en
un director tan joven y de corta experiencia cinematográfica, tanta madurez
y una visión alejada de los convencionalismos y estereotipos a los que nos tiene
acostumbrados el cine español e incluso, el cine en general -salvo buenas excepciones
en ambos casos-.¿Te sientes identificados con el modo de realizar de algún director?
Alberto: Uy, lo de joven me ha llegado, gracias. Imito a los que, bajo
mi punto de vista, son los grandes, pero no solo delante de las cámaras, quiero
decir, uno de mis libros de cabecera es "Cómo hice cien películas en Hollywood
y nunca perdí un centavo" de Roger Corman, es un texto fundamental para entender
lo que somos y de dónde venimos tipos como yo, y para saber qué tienes que hacer
para rodar pelis si no dispones de dinero para pagártelas (si eres director
y tienes esa pasta, esta entrevista te parecerá muy graciosa, ¡disfrútala!).
Respecto a los directores, no sé, ya te he contestado un poco antes, pero ahora
que he entrado en calor me vienen otros nombres fundamentales a la cabeza, quizás
de tanto ver sus obras me hayan influido: Tod Browning, Sam Peckinpah, Edgard
Neville, Fritz Lang, Hitchcock,... La verdad es que me identifico con John Ford,
no te puedo engañar, las contradicciones del personaje de John Wayne en Centauros
del desierto, y esa forma tan poética de encuadrarlo, Ford, en el plano final,
eso es mas que cine. J. Wayne no es un personaje, somos nosotros mismos en algún
momento de nuestras vidas. Mejor no me meto con el tuerto porque entonces no
paro...
Sara: Como se suele decir en estos casos: “si levantaran la cabeza”...
Has cursado estudios en la Escuela de Imagen y Sonido de A Coruña y en el Centro
de Estudios Cinematográficos de Cataluña, ¿en las escuelas de cinematografía
has adquirido conocimientos más sólidos para realizar o te ha enseñado más el
día a día?
Alberto: Yo soy el autodidacta por excelencia, todo lo que sé lo he
aprendido en cines y delante de la tele, pero he de reconocer que me ha valido
de mucho cuando he tenido que coger la primera cámara y enfrentarme a un equipo
técnico al completo. Esto fue en la EIS de A Coruña, una fase de aprendizaje
fundamental. Ser director es ser un caudillo pero sin que se note, que parezca
que eres uno más, y si puedes serlo mejor, pero tú diriges, eso se aprende haciendo
muchos experimentos en video con mucha gente o, como yo, trabajando en una Televisión
Local. En la etapa del CECC de Barcelona, tuve la suerte de encontrarme con
un increíble profesor, Luis Aller, un gran comunicador de conocimientos, que
me ayudó a entender el porqué de muchas formas de hacer cine; pero, claro, ese
cine antes hay que verlo para saber de lo que estamos hablando, ese es el problema
de muchos alumnos que me he encontrado en el camino: en clase poníamos un secuencia,
pero ese fragmento pertenece a un todo, yo era de los pocos que tenia ese todo
en la cabeza, es decir, que conocía la peli, es como intentar comprender el
"A day in the life" de los Beatles escuchando tres compases, complicado; mucho
trabajo previo, años de pasión por el cine, de ver pelis, de disfrutarlas, afición.
Todavía hay gente que se cree, que ser director de cine es como sacar el carné
de conducir, en serio; ser director, guionista, actor, es como toda profesión
que se precie, una labor de especialización que dura hasta que te mueres, y
seguramente muchos, justo antes del ultimo suspiro (¡Ah, Buñuel!), estén diseñando
la secuencia de su entierro (o de su autopsia), seguro.
Sara:
En tus películas escribes y diriges. Fuiste cantante del grupo Los Megatones,
¿te apetece componer o colaborar en la banda sonora de tus obras?
Alberto: En mis películas escribo, dirijo, produzco, compongo, toco
instrumentos, monto, etc... Esto es artesanía, pura y dura. Veo que has leído
a fondo mi biografía, me encanta la profesionalidad (un tema que marca la obra
de Howard Hawks), algo que en el mundo del audiovisual no abunda, y es algo
fundamental para que todo funcione, si una pieza falla, se para el reloj...
Sí, he sido cantante de varios grupos de rock - Malpaso y Los Megatones - era
tan malo con la batería y la guitarra, que no me dejaban hacer otra cosa que
el micro. Soy un músico frustrado, total y absolutamente, tres años de solfeo,
clases de piano, guitarra, gaita, trompeta, para terminar gritando temas de
Los Ramones (¡divertidísimo!). Pero con el cine me he quitado esa espina, incluso
me siento realizado, puesto que he colaborado intensamente en todas y cada una
de las bandas sonoras que han / hemos compuesto; me siento especialmente orgulloso
de la música que Oscar Fernández y yo hemos diseñado para As Muxicas. La idea
era coger una banda de folk -Os Cempes-, y hacerla sonar como una orquesta dirigida
por Bernard Hermann para una película de Hitchcock, el que haya visto / oído
el corto que juzgue; uno de los momentos mas increíbles fue cuando le pedí a
Oscar (un hombre de folk) que hiciese sonar su Zanfona (instrumento medieval)
como la guitarra de Jimi Hendrix o de Thurston Moore de los Sonic Youth. Jajajajajaja,
lástima de un "making off".
Sara: Háblanos de tus proyectos futuros.
Alberto: Mi proyecto inmediato es dejar de alquilar habitaciones a guiris
que vienen a Barcelona a emborracharse y poder tener una vida medianamente normal,
es decir, necesito trabajar para tener los suficientes euros que me permitan
vivir solo, ¡ah! me gustaría trabajar como director... Si te refieres a proyectos
cinematográficos personales (sé que te refieres a eso), pues tengo un montón:
Día de Suerte un thriller fantástico sobre las influencia de los medios de comunicación
en el subconsciente colectivo, este puede ser corto, mediometraje o tvmovie,
hay varias versiones; también tengo un proyecto para corto, original de Diego
Ameixeiras - un prometedor guionista orensano que esta colaborando conmigo-
en torno al mundo de la snuffmovies que pretende ser un cruce entre La matanza
de los gárrulos lisérgicos, Los lunes al sol y el cine de David Cronemberg.
Estoy depurando, además, un guión en la misma línea de As Muxicas, pero esta
vez es una historia de amor incestuoso con la Galicia más cruda y salvaje como
telón de fondo; tenemos también en cartera un largo, del estilo CreepShow formado
por varios relatos en torno a mitos y leyendas de la Galicia Mágica. Entre otras
cosas, esto es lo que hay. No hay más preguntas, que pena... Visitad mi página
web http://www.asmuxicas.com.
Bueno, espero que hayan disfrutado con esta entrevista, al igual que yo. Pero
no me gustaría terminar este reportaje sin unas palabras para todos los que
lean esta entrevista. Alberto Alonso es un joven director que está despuntando
y que promete dentro de nuestro cine español. Productores, a vosotros os hago
un llamamiento -¡ay! lo que haría yo si tuviera una productora- poned atención
en este realizador y estad atentos, que el que no corre vuela. Lo digo yo, que
soy brujilla... jajajajaja.
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