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Cine Braille

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Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia

LA ISLA DE GILLIGAN

Los chistes de náufragos han sido siempre uno de los motivos favoritos de los humoristas gráficos, con sus solitarios y barbudos sobrevivientes medrando en un módico islote donde apenas hay lugar para ellos y una palmera cocotera. Tal vez no por casualidad, una de las series de culto del humor televisivo norteamericano tenía por tema precisamente las desventuras de un grupo de náufragos en una perdida isla del Océano Pacífico: La Isla de Gilligan. Hagamos un poco de memoria. (La versión original de esta nota fue publicada en Televicio Webzine en noviembre de 2006).

 

LA SERIE

La isla de Gilligan (Gilligan's Island) fue emitida por la cadena CBS durante tres temporadas, de 1964 a 1967. Su levantamiento se debió menos a la falta de audiencia que a esotéricas cuestiones de programación (1) que hacen pensar que el secreto para ser ejecutivo de una cadena televisiva durante muchos años reside únicamente en ser capaz de disimular muy bien la incompetencia. Con los años y las repeticiones, la serie se convirtió en un clásico y no sólo en Estados Unidos, tanto que su protagonista entró cómodamente entre los 200 Grandes Iconos de la Cultura Pop, según una lista compilada en 2003 por el canal VH-1 y la revista People.
El concepto básico se puede expresar de modo muy sucinto: las desventuras de siete náufragos, y sus infructuosos intentos de volver a eso que suele llamarse "civilización". Aunque al contrario de los rugbiers uruguayos cuyo avión se estrelló contra los Andes y, para sobrevivir, recayeron en el canibalismo, a los náufragos del Minnow ("pececito") no parecía faltarles nada. Más bien lo contrario: tenían una dieta variada y sana, basada en frutas y pescado; gracias al Profesro eran lo suficientemente industriosos como para emplear el bambú para fabricar desde mobiliario hasta un contador Geiger (!); y si bien los hombres no se caracterizaban precisamente por ser unos Adonis, había una linda morocha de provincias (Mary-Ann) y una bomba sexual hollywoodense (Ginger). ¿Quién en su sano juicio querría abandonar ese paraíso para volver a las colas en los bancos y oficinas públicas, los impuestos, la comida chatarra, David Bisbal, los monoambientes, las PCs que se tildan en el peor momento, los programas de chismes de la TV, Bush, Bin Laden, los virus informáticos y el fútbol visto en el Mundial de Alemania 2006?
LOS SIETE LOCOS
La idea original pretendía que los siete náufragos fueran un microcosmos representativo de la sociedad norteamericana a mitad de los años '60. Teniendo esto en vista, lo primero que podría observarse es que no hay un solo afroamericano.
El personaje principal era un torpe marinero llamado Gilligan, interpretado por el recientemente fallecido Bob Denver. Como siempre sucede, Denver no fue la primera elección, sino Jerry Van Dyke (hermano menor del afamado Dick) que rechazó el papel. Denver había tenido un papel relativamente destacado en la serie The Many Loves of Dobie Gillis: era el joven beatnik Maynard G. Krebs. Junto a él estaba el siempre jovial y animoso Capitán, interpretado por un actor de westerns clase B, Alan Hale Jr. Su nombre, Jonas Grumby sólo es pronunciado en el piloto (grumpy, que suena muy parecido, es "gruñón" en inglés). La simpatía del Capitán tenía una destinataria preferida, Ginger, y un límite: las torpezas de su ayudante, que frecuentemente lo sacaban de quicio.
Entre los náufragos había una excéntrica pareja de millonarios. Jim Backus interpretaba con mucha gracia y don de improvisación al distraído Thurston J. Howell III. (Backus era también la voz del dibujo animado Mr. Magoo, y había actuado en Rebelde sin causa, representando nada menos que el papel del padre de James Dean). Su esposa Eunice "Lovey" Wentworth Howell era en realidad Natalie Schafer, quien por contrato había bloqueado ser objeto de close-ups: ya tenía 62 años y no era Nacha Guevara (?).
Tina Louise representaba a la bomba sexual y estrella de Hollywood Ginger Grant, obvia alusión a los míticos Ginger Rogers y Cary Grant. Tina se veía a sí misma como la verdadera protagonista y chocaba a menudo con los productores, exigiendo mayor lucimiento en los guiones. Además discutía el perfil del personaje, que originalmente era más bien sarcástico y de lengua afilada. El resultado final fue un compromiso entre Marilyn Monroe y Lucille Ball, más un look cercano al de Myrna Loy. Las peleas dieron por resultado que no apareciera en ninguno de los telefilmes de reunión. (2).
Nos quedan dos personajes amontonados entre "y todos los demás" en la letra de La balada de la isla de Gilligan, de George Wyle y el productor Sherwood Schwartz, muy pegadiza canción que al comienzo de cada capítulo explicaba cómo los náufragos habían encontrado su destino. Dawn Wells era una antigua Miss Nevada, y su papel, el de Mary-Ann, una simpática granjera de Kansas que era la única persona del grupo con alguna habilidad para las tareas domésticas y la más complaciente con las torpezas de Gilligan. (3) Por último, el obsesivo y distraído Profesor Roy Hinkley (Russell Johnson), tan enfrascado en sus extrañas investigaciones que nunca percibía la atracción que despertaba en Ginger y, en menor medida, en Mary-Ann. (4)
Según afirmó el productor Sherwood Schwartz en su libro Inside Gilligan's Island, escrito muchos años después de finalizada la serie, los siete personajes representaban a los siete pecados capitales. Schwartz nunca lo había expresado antes debido al contraste, a su modo de ver, un poquito ridículo, entre la gravedad de la inspiración y la levedad del resultado. Si bien en Internet hay pruebas de quien quiso ver en Gilligan a una excepción a esta regla y a la encarnación de la inocencia (otros al mismísimo Satán, y a la isla, el Infierno), para Schwarz representa a la pereza. La lista sigue así: la soberbia (el Profesor), la envidia (Mary-Ann - a Ginger), la ira (el Capitán), la lujuria (Ginger), la codicia (el Sr. Howell) y la gula (la Sra. Howell, aunque en la serie parecieran representarla mejor el Capitán o el propio Gilligan, y Lovey Howell, a la pereza). ¡Una de las discusiones filosóficas más increíbles con las que yo haya tropezado jamás!
Si hay un octavo personaje, es el fracasado bote S.S. Minnow, llamado así por Newton N. Minow, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones allá por 1961. Sherwood Schwartz decía que Minow había "arruinado a la televisión" por el poder que había dado a las cadenas, en detrimento de los productores de los programas.
Un par de perlas: el director de algunos capítulos es nada menos que Richard Donner (el de Arma mortal) y un colaborador de la musicalización era ¡John Williams! el genio de las bandas sonoras de ET, las películas de la serie de Indiana Jones, La lista de Schindler o JFK.
LOS ASUNTOS DE COSTUMBRE
Un capítulo típico de La isla de Gilligan seguía alguna de estas tres líneas argumentales básicas:
1) la vida en la isla, y la increíble capacidad de los náufragos para reproducir la vida "civilizada" a partir de artefactos cuyo componente principal era el bambú.
2) el frecuente y, sinceramente, inverosímil, arribo de visitantes, a veces malévolos y a veces no, y que, por diferentes motivos, siempre terminaban negándose a rescatar a los náufragos, o a dar aviso a las autoridades para que lo hiciesen. Sin pretensiones de redactar una lista exhaustiva, Gilligan y su amigos se las tuvieron que ver con nativos generalmente caníbales (ocho veces); con tripulantes de un submarino japonés que creían que la Segunda Guerra Mundial no había acabado; con un chico de la jungla (¡Kurt Russell!) a quien mandaron a Hawaii en globo; con un pintor que huía de la civilización; con cosmonautas soviéticos que aterrizaron en la isla cuando se preveía que lo hicieran en Siberia; con un cuarteto de rock llamado The Mosquitoes, que escapaba del acoso de sus fans ("Bingo, Bango, Bongo... e Irving"); con la condesa húngara Erika Tiffany Smith (Zsa-Zsa Gabor); con un espía soviético que se disfrazó de fantasma para asustarlos y echarlos de la isla, y que les dio un bote que contenía una bomba de tiempo; con un científico loco que quería hacer experimentos con ellos (dos veces) y con un cazador que buscaba presas grandes y, como no las halló, decidió cazar a... Gilligan.
3) un acontecimiento sucedido en el día motivaba un sueño nocturno relacionado con él, y ambientado fuera de la isla. Este truco argumental fue empleado muchas veces, casi siempre con buenos resultados, lo que también demuestra las inevitables limitaciones de la idea madre de la serie. Por ejemplo: Gilligan sueña que es Drácula tras ser mordido por un murciélago; Gillligan es un sheriff que protege a un pato que todos quieren comer; los cuatro hombres sueñan con ser sujetos de la adoración femenina (Gilligan, como matador, el Capitán, como sultán, el Sr. Howell, como un mimado, el Profesor, como estrella de cine); el Capitán cree que los demás son soldados japoneses; Gilligan sueña ser presidente títere (literalmente) de un país hipotético; Gilligan como Lord Almirante cazando piratas; Gilligan es un vampiro en lucha contra el Inspector Sherlock (el Profesor) y el Coronel Watney (el Capitán); Gilligan es el agente secreto 014 ("el doble de bueno de 007") y los demás son asesinos enemigos; Gilligan, como Henry Jekyll, es acusado en un juicio, y su consejera es Mary Poppins (Mrs. Howell) y su testigo La Dama de Rojo (Ginger) y se convierte en Mr. Hyde al oír hablar de comida ("¡pescado fresco!").
En todos los episodios, los náufragos fracasaban en su propósito de huida, en casi todos por una falla de último momento y por error de Gilligan, aunque por lo general, tras oír la radio de Hawaii, los náufragos se enteraban de que su intento hubiera terminado en catástrofe de todos modos. Por ejemplo, en el episodio Splashdown, en el que iban a utilizar una cápsula interplanetaria caída en la isla, la misma es volada por control remoto por la NASA...
En el último de ellos, Gilligan the Goddess, puesto en el aire el 17 de abril de 1967, tampoco lo lograban, y se sugería que nunca lo harían.
SECUELAS
La serie tuvo unas cuantas secuelas, sin contar documentales y hasta un reality-show ideado por la cadena TBS.
* Las Nuevas Aventuras de Gilligan (The New Adventures of Gilligan): remake animada producida entre 1974 y 1977 por la ABC. Las voces son las originales, salvo las de Mary-Ann y Ginger (a ambas las reemplaza Jane Webb).
* Rescate de la Isla de Gilligan (Rescue From Gilligan's Island): telefilme de 1978. Los siete náufragos logran abandonar la isla, pero no así reintegrarse exitosamente a sociedad. En Navidad deciden compartir un crucero, y el destino los hacer naufragar y volver a caer en la misma isla. Otra vez hay espías soviéticos dando vueltas, y los actores son los originales, salvo Tina Louise, remplazada por una Judith Baldwin tal vez demasiado joven para el papel pero no por ello menos impactante.
* Los Náufragos de la Isla de Gilligan (The Castaways on Gilligan's Island) de 1979. Otra vez son rescatados, y los Howell convierten la isla en un resort. Ginger era esta vez Constance Forslund, y si hubiera funcionado, hubiera dado pie al lanzamiento de una nueva serie, en la que los náufragos hubieran recibido a un grupo de turistas nuevo cada semana, al estilo de El Crucero del Amor (Loveboat).
* Los Globetrotters de Harlem en la Isla de Gilligan (The Harlem Globetrotters on Gilligan's Island), de 1981. Los villanos a los que enfrentan los náufragos y los Globetrotters son Martin Landau y su entonces esposa Barbara Bain, la pareja protagónica de la poco recordada Cosmos 1999. Ginger es otra vez Constance Forslund, y debido a su mala salud, Jim Backus / Mr. Howell sólo aparece al final.
* El Planeta de Gilligan (Gilligan's Planet) versión animada de 1982-83, con las voces originales salvo Tina Louise, y con Dawn Wells a cargo tanto de la de Mary-Ann como de la de Ginger. Los náufragos escapan de la isla construyendo una nave espacial (!) pero... vuelven a naufragar, esta vez en un planeta lejano.
Además, en un capítulo de ALF, éste (fanático de la serie) reconstruye en el patio trasero de su casa la laguna de la isla y sueña con su vida entre los náufragos. No aparecen todos, sino solamente el Capitán, Gilligan, Mary Ann y el Profesor, quienes tienen un televisor hecho de bambú y ven... un show basado en los Tanner.
EL DESPERTAR DE GILLIGAN
Para el final, una curiosidad que demuestra hasta qué punto la serie penetró en la cultura popular norteamericana: el libro Gilligan's Wake, del crítico de cine y TV de Esquire, Tom Carson. La novela revisita buena parte de la historia del siglo XX en Estados Unidos a través de la vida de los náufragos de La isla de Gilligan. Las criticas norteamericanas (5) hablan de una obra muy divertida, y dotada de una exuberancia a la vez naif y sarcástica, que mezcla tópicos de la cultura popular (del rock y sobre todo la TV) con alusiones a la alta literatura, algo perceptible desde el título, que remite a Finnegan's Wake de James Joyce.
Como en la novela de Joyce, tenemos una serie de pasajes oníricos (aquí, visiones alucinatorias) debidas al personaje principal, y algunos trucos literarios menores, como un primer capítulo que termina en mitad de una oración.
En la novela no sólo aparecen los siete náufragos, sino también, entre otros, la aviadora desaparecida Amelia Earhart, John Kennedy, Jean-Luc Godard, Sammy Davis Jr., Holden Caufield (el protagonista de The catcher in the rye de J. D. Salinger), Richard Nixon, Jean-Paul Sartre y Daisy Buchanan (de El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald). En el primer capítulo Gillian ("Gil") está internado en la misma clínica que, por ejemplo, Nixon, y ante el "doctor Kildare" insiste que no es Gilligan, sino... Maynard Krebs.
En "El cuento del capitán" aparecen tanto su camarada de armas Jack Kennedy como un oscuro oficial de logística... sí, Nixon. En el siguiente, Thurston Howell III cuenta la entretenida historia de su amistad con Alger Hiss, un funcionario del Departamento de Estado en los años '40, que era a su vez un espía de la URSS. Hiss le presenta al distraído Thurston a amigos como un tal "Gulag Ivanovich Gliaglin", ''de los, eh, Glialgin de Baltimore". En "Hola enfermera", Ginger relata sus visitas a la casa de Frank Sinatra y su aventura con Sammy Davis Jr. Y por su parte, en su episodio, la Sra. Howell, que no soporta a Thurston y eso que aún no están casados, tiene una aventura lesbiana con Daisy Buchanan.
El mejor capítulo es el que protagoniza el Profesor, quien recuerda sus tiempos en el programa nuclear norteamericano, cuando ayudara a Robert Oppenheimer a elegir a Nagasaki como segundo blanco de bombardeo nuclear vendándole los ojos y jugando a la gallinita ciega. El Profesor deviene una especie de eminencia gris en las sombras del complejo militar - industrial norteamericano, y hasta tiene la idea de que el presidente Dwight Eisenhower lo denuncie en su discurso de despedida. Lo justifica así: "para entonces todo el mundo estaría tan harto de Einsehower, a quien le hemos construido cuidadosamente una imagen de tonto genial, y encontraría tan desconcertante la absoluta incongruencia de una advertencia proveniente de tal fuente, que cualquiera que en adelante mencionase al complejo militar - industrial simplemente sonaría tan senil como él".
El Profesor dista mucho aquí de ser un tonto genial como es en la serie: puede salir a voluntad de la isla ya que en realidad los náufragos están allí como parte de uno de sus experimentos, es un sádico que viola hombres y mujeres a voluntad y hasta se convierte en Godzilla. Sólo siente "genuino afecto" por una única persona: Henry Kissinger.
Mary-Ann, en el largo y alegórico capítulo final "Ayer nunca se sabe" ("Yesterday never knows", primer guiño Beatle) es definida expresamente como "la personificación de América". Mientras estudia filosofía en La Sorbona tiene una breve relación con un petiso mal afeitado y enamorado del cine llamado "Jean-Luc quelque chose" (6) con quien pierde la virginidad... por primera vez. Por alguna extraña razón, el himen siempre se reconstituye.... Este párrafo que sigue ciertamente dista de ser inocente de alegoría, con sus transparentes alusiones al magnicidio de JFK y a la primera gira de Los Beatles por EE. UU.: "Los tiempos de espera hasta que mi virginidad se renueva después de una cita se han hecho cada vez más largos e impredecibles. Mi lapso más prolongado comenzó con una cita a fines de noviembre de 1963, después de la cual no volví a convertirme en virgen por casi tres meses enteros... Para mi sorpresa, sentí que estaba volviendo a serlo mientras miraba El Show de Ed Sullivan, sin ninguna razón que yo supiese".
Mary-Ann afirma también que "las películas de reunión eran un montón de mentiras", y que le resulta extraño que los náufragos sigan en la isla, teniendo siempre la misma edad. Ginger le cuenta su teoría: los náufragos son en realidad personajes ficcionales, viviendo "historias que nos harían la encarnación del siglo XX".
¡Qué lejos que nos llevó un simple naufragio!
 
NOTAS
(1) La serie La ley del revólver (Gunsmoke) era emitida los sábados a la noche y penaba por mantener su audiencia. La cadena cambió su horario al lunes a la noche... dejando sin pantalla a Gilligan. Aunque no debe desconocerse que la serie estaba dando las primeras muestras de agotamiento creativo, como lo demuestra la recurrencia del antiquísimo truco de expandir sus estrechos límites por vía de los "sueños" de los personajes.
(2) En el piloto (¡cuya filmación terminó casualmente el 22 de noviembre de 1963, el día que mataron a John Kennedy!) era en realidad una secretaria, interpretada por Kim Smythe.
(3) En el piloto era otra de las secretarias, Bunny, representada por Nancy McCarthy.
(4) En el piloto no actuó Johnson, sino John Gabriel.
(5) Gilligan's Wake: The Minnow found again. David Kelly, New York Times, domingo 26 de enero de 2003. Hasta donde sé, la novela no tiene versión en español.
(6) "Jean-Luc-cualquier cosa", por Godard, a su vez director de Yo te saludo, María, película en la que se puede apreciar una polémica visión de... la virginidad de María, la madre de Jesús.