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Darío Lavia Los amantes del cine y también algunos estudiosos han llamado la atención sobre los afiches de cine realizados por artistas polacos para películas nacionales o bien extranjeras pero de a cara a su explotación en el mercado interno. Luego de la hecatombe de la II Guerra Mundial, Polonia renació de sus cenizas lo mismo que los artistas plásticos dedicados al afiche de cine. La tradición del afiche publicitario de la década del veinte, influido principalmente por el cubismo y la arquitectura, ahora sería uno de los medios de comunicación por excelencia de la propaganda del Partido Comunista. El cine también encontró su modalidad de difusión y dos estudios nacionales, Film Polski y Centrala Wynajmu Filmow relegaron la faceta pictórica de sus producciones no a meros diseñadores gráficos sino a auténticos artistas de lo que en Occidente se podría llamar "vanguardia". Ya sin la presión de Moscú para adoptar los cánones estéticos soviéticos, los artistas polacos se desprendieron de la obligación de resaltar la épica de la figura humana para indagar en diversas tendencias que parecieron atraer sus intereses. Ciertos factores oficiaron como caldo de cultivo para la llama escuela del afiche de cine polaco. Al estar bajo un sistema comunista y que las películas no tuvieran la presión de ser rentables, los artistas tenían una especie de carta blanca en la composición de sus afiches. Ni el Estado ni las productoras de cine exigían o presionaban para seguir tal o cual idea gráfica y, a la postre, el afiche de cine sería una de las pocas -si no la única- formas individuales de expresión artística. Para las autoridades, la existencia de artistas plásticos dedicados a la creación de afiches de cine era una especie de anexo menor de la industria. No existía tampoco nada parecido al Star-System hollywoodense y tampoco ningún equivalente a los diferentes mecanismos y herramientas publicitarias de Occidente: ni lobby-cards, ni stills, ni fotogramas posados... solo los afiches y las composiciones que cada artista realizaba según sus propias percepciones de la película que debían promover. También las películas que provenían de Occidente pasaban por las manos de estos artistas, conformando hoy en día una extraordinaria fusión que eleva la disciplina del afiche de cine a la categoría de arte. Por alguna razón -o no, tal vez- muchos de estos afiches comenzaron a exhibir calaveras como motivo casi compulsivo. Si bien en casi todas las películas había muertos y muerte, no necesariamente debía ser éste el tema predominante... salvo en Polonia, en la que durante décadas los afichistas comenzaron a destacarla en primer plano. ¿Señal del agobio de las presiones del Kremlin? ¿Síntoma de siglos de opresión contra el pueblo polaco? ¿O, simplemente, un regusto de los artistas que también estaba implícito en los transeuntes que apreciaban los afiches en la vía pública? Hitchcock mortal STAGE FRIGHT (1950) VERTIGO (1959) THE BIRDS (1963) La vigencia de la guerra TO BE OR NOT TO BE (1942) GUNS OF NAVARONE (1962)
Con acento francés DU RIFIFI CHEZ LES HOMMES (1954) OPHÉLIA (1962) LA MARIÉE ÉTAIT EN NOIR (1968) Drácula y Frankenstein YOUNG FRANKENSTEIN (1974) NOSFERATU (1979) THE HUNGER (1983)
Este artículo continuará ...
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