LA ODISEA DEL 2001

Hoy se cumplen cinco años del comienzo del fin del triste (des) gobierno de Fernando de la Rúa: el sábado 1º. de diciembre de 2001 se anunciaron las medidas que constituirían el tristemente célebre "corralito". He aquí un repaso muy personal de algunos hechos de aquel año terrible, tal como lo recuerdo hoy.

LA CULPA ES DE CHACHO

La culpa del bochornoso gobierno que padecimos entre el 10 de diciembre de 1999 y el 21 de diciembre de 2001 la tiene Chacho Álvarez: si él no hubiera sido el candidato a vicepresidente ¿quién hubiese votado a De la Rúa? Ni yo ni unos cuantos que conozco. (Sí, yo fui tan boludo que voté a De la Rúa. ¿A quién querían que votase, a un tipo acusado de tener lazos con el narcotráfico? Igual fue presidente después...). Encima vino el escándalo de la compra de votos en el Senado (la famosa "Banelco" del ministro Flamarique, denunciada por Hugo Moyano bastante tiempo antes de que el asunto estallara) y Chacho renunció en octubre de 2000.

El 2001 arrancó con De la Rúa no dando pie con bola. Recuerdo que el viernes 2 de marzo fue un día de mucho calor en Mar del Plata. La noche fue perfecta, una de esas noches que uno no quiere que termine nunca; yo tenía una cena de compañeros de trabajo, y en medio de ella me enteré que había renunciado el ministro de Economía, José Luis Machinea. A los pocos días lo sucedió el que hasta ese momento era ministro de Defensa, Ricardo López Murphy (sí, el mismo...). El Bulldog se tomó dos semanas para armar una batería de medidas, que anunció en un discurso por TV (qué antiguo ¿no?) justo dos semanas después de la renuncia de Machinea, el viernes 16 por la noche.

LAS MUJERES Y LOS NIÑOS PRIMERO

El programa anunciado por el Bulldog fue tan draconiano que cualquiera que tuviera un mínimo de sentido político pudo sacar las obvias conclusiones de inmediato: la primera, que era un programa tan impopular que sólo podía sostenerlo una dictadura militar, lo que distaba de ser el caso; la segunda, que López Murphy no iba a durar mucho en el cargo, y si De la Rúa no podía sostener dos semanas a un ministro, era utópico pensar que él pudiera sostenerse a sí mismo mucho tiempo; la tercera, como yo expresara en un llamado telefónico a mi primo Fabián: comprá dólares y comprá fideos. La fórmula sacrosanta un peso - un dólar tenía los días contados.

En ese mismo momento tomé la decisión de pasar mis nada extraordinarios ahorros de pesos a dólares, lo que fue imposible por un tiempo, porque el Banco de la Nación Argentina (que era la única institución que cambiaba uno a uno, sin comisiones) estuvo unos cuantos días sin operar en divisas. (Bulldog, te debo un agradecimiento por haber salvado mis ahorros de unos cuantos años). López Murphy ya estaba con un pie afuera del gobierno el mismíisimo domingo 18, y el martes 20 ya asumía... Domingo Cavallo.

CONFESIONES DE INVIERNO

El invierno de 2001 fue inolvidable. Además de ser particularmente frío, vino con él el recorte del 13 % a los salarios de los empleados del Estado y a las jubilaciones, producto del famoso plan de "déficit cero" de Cavallo. Ese agosto, en la Universidad casi no hubo días de trabajo efectivos, por una huelga en reclamo del reintegro del 13 % (objetivo que logramos gracias a que la Universidad se comprometió a aportar la diferencia). Había marchas de la CTA y agrupaciones piqueteras todos los días. La economía se venía a pique con nosotros en ella, y nadie daba dos patacones por De la Rúa (imagen, arriba - invento de Rückauf, el entonces gobernador de Buenos Aires). La emigración era récord, sobre todo entre los veinteañeros: ¿quién no conocía a una o dos parejas amigas que se habían ido a España? Media Mar del Plata estaba en las Baleares, en Mallorca o Ibiza.

THE END

En este contexto, y aunque hoy usted no lo crea, los atentados del 11 de setiembre en Nueva York y Washington y la subsiguiente invasión norteamericana de Afganistán, más allá de los primeros días, no produjeron el impacto esperable en nuestra castigada psiquis; más bien, cumplieron (con eficacia parcial, por cierto) el papel de cortina de humo, como puede comprobarse aquí.

Y llegaron las elecciones parlamentarias de octubre. Sí, el festival del voto en blanco, con los piolas de siempre compitiendo patéticamente por quién era más vivo: el que no puso en el sobre un forro usado puso un envoltorio de alfajor, o una feta de salame, o una foto de Bin Laden, ante la indisimulable felicidad de Daniel Hadad por "Después de hora", en las medianoches de América TV. La cubierta del Titanic era pura joda.

El 30 de noviembre, el día anterior al anuncio del corralito, asumió Ramón Puerta como presidente provisional del Senado, esto es, primero en la sucesión presidencial tras De la Rúa. A buen entendedor... Las horas estaban contadas. El 1º. llegó el corralito en sí, y con él, las colas para retirar míseros 100 mangos, los empleados de los bancos haciendo jornadas de 12 horas, y un clima que se cortaba con un cuchillo. Ya hubo cacerolazos espontáneos el miércoles 12, y los saqueos empezaron en Rosario el viernes 14. Luego vinieron más cacerolazos, más saqueos, las operaciones de prensa, la represión, la renuncia, el Adolfo, la designación de un símbolo de la corrupción como Carlos Grosso, aún más cacerolazos, otras renuncias, las Navidades más tristes que tenga memoria, Duhalde, la pesificación... ¡Dios mío, sobrevivimos a todo esto, cómo no creernos poco menos que inmortales!

P.S.1: en este sitio de Internet hay una buena secuencia de los hechos más importantes del año en el país.

P.S.2: en todos estos días (hace apenas cinco años) es de notar que el actual presidente Néstor Kirchner fue un actor de segunda o tercera fila.... Debo reconocer que, cuando lo vi en TV la víspera de Navidad de 2001 pidiendo elecciones inmediatas y asumiendo que iba a ser candidato presidencial, yo me reí... Durante todo el 2002, el único medio que le daba pelota a K era Crónica TV, que le cubría actos en lugares inverosímiles del conurbano bonaerense. Saltaba a la vista que ahí había plata de por medio, lo que no habla muy bien del canal de García...

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