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LIBERTATIA: UNA UTOPÍA COMUNISTA EN EL SIGLO XVII

El número 48 (diciembre de 2004) de Televicio Webzine fue una edición especial sobre piratas y corsarios en el cine, la literatura y la historia. Vaya esta nota a modo de coda, dedicada a unos piratas bastante particulares, que (¡hace trescientos años!) abjuraban de la propiedad privada, andaban por los siete mares liberando esclavos y creían que todos los hombres y mujeres nacen libres por igual. Su pequeña república, Libertatia, es un ejemplo de que ciertos ideales vienen del fondo de la Historia, y que a pesar de derrotas y traiciones recurrentes, siempre se las arreglan para volver a levantarse. [Publicado en junio de 2005 en Televicio Webzine].

EL PROBLEMA DE LAS FUENTES

La historia de Libertatia (o Libertalia, como a veces se la ha escrito) aparece en una única fuente: es uno de los episodios de un libro llamado "General History of the Robberies and Murders of the most notorious Pyrates" ("Historia general de los robos y asesinatos de los más notorios piratas") del capitán Charles Johnson, publicado en Londres en 1728. Se piensa que Johnson es en realidad un nom de plume del escritor inglés Daniel Defoe (1661-1731), el autor de "Robinson Crusoe" y "El capitán Singleton". (Imagen de la derecha). Por si la ausencia de fuentes adicionales no despertara algunas dudas, existe un problema adicional: no está claro si es una historia ficticia, una crónica o una novelización de hechos reales. Los historiadores no se ponen de acuerdo al respecto, y no hay razones concluyentes para dar por sentada ninguna de las hipótesis.

A favor de considerarlo una historia ficticia tenemos el planteo de que la historia de Libertatia es un ejemplo de literatura utópica, al estilo de la Atlántida de Platón en "Timeo y Critias" o de la "Utopía" de Thomas More (Tomás Moro entre los hispanoparlantes). Libertatia sería, según esta visión, un ejercicio de propaganda del ala radical de los Whigs, un partido político inglés del siglo XVIII. La historia sería un ataque a los fundamentos ideológicos de la sociedad de su tiempo: la religión, el dinero, la guerra. Esto explicaría que Defoe empleara un seudónimo, así como la ausencia de referencias en obra alguna de la época.

En apoyo del carácter verídico de la historia tenemos que la credibilidad general del libro se da por sentada: resulta por demás extraño, entonces, que haya un capítulo ficticio en medio de historias reales.

El libro de Johnson fue publicado unos pocos años después de los eventos que afirma registrar. La historia fue considerada en su época como verídica, y lo fue porque era verosímil. Habían existido piratas con ideas radicales y libertarias, y hubo establecimientos piratas en Madagascar. Tal vez la historia de Libertatia sea una novelización con sólidas bases reales, como la historia de Robin Hood.

En cualquier caso, la historia de Libertatia es expresión de las tradiciones, prácticas y sueños del proletariado atlántico a fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII. Esto merece un comentario antes de seguir adelante con la historia.

CIERTAS PRÁCTICAS DE LOS PIRATAS DE LA ÉPOCA

* EL MANDO. Los capitanes piratas eran elegidos por voto universal de la tripulación, y podían ser destituidos en cualquier momento. A diferencia de nuestros mandatarios de hoy en día, no tenían privilegios, ni siquiera en cuanto al reparto del botín. El cargo de capitán sólo confería el derecho de mando en el fragor de una batalla; todas las otras decisiones se tomaban por votación. Esta democracia radical no era necesariamente muy eficiente: a menudo los piratas vagaban sin rumbo debido a los frecuentes cambios de opinión. Cualquier parecido con las asambleas barriales porteñas del inolvidable verano de 2001-2002 no es pura coincidencia...

* LA ESCLAVITUD Y EL RACISMO. Si bien no se puede generalizar, puede decirse que entre los piratas era normal que se tratara a un africano o sus descendientes como a una persona como cualquier otra, algo que fuera del ámbito de la piratería era extraordinario. Los bucaneros juzgaban a los africanos en base a su capacidad, más que por su raza. En general puede afirmarse que la piratería era la única chance de libertad para un esclavofugitivo en los siglos XVII y XVIII (bien que a un riesgo elevado). La misma situación se planteaba con los nativos americanos.

* EL SEXO. Hubo capitanas piratas, que se desempeñaron en un pie de absoluta igualdad con sus compañeros masculinos. Los dos casos más célebres son los de Mary Read y la irlandesa Anne Bonny o Bonney. Contra lo que algún prejuicioso pueda pensar, parece que eran muy bonitas, a juzgar por los testimonios de la época. La Read terminó sus días en una cárcel; de la Bonney, no se sabe nada con certeza. (Derecha: grabado contemporáneo de Mary Read).

Un signo muy significativo es que ninguna regla fijada por los piratas prohibía o castigaba la homosexualidad, al contrario de los reglamentos de las marinas nacionales o mercantes. Los piratas no parecían compartir la salvaje homofobia de la Europa de la época (y de otras tierras más cercanas en tiempos más recientes...). Algunos de los primeros bucaneros vivían en una suerte de unión conocida como "matelotage" (de la palabra francesa para 'marinero', y posible origen del vocablo inglés 'mate', compañero). Quienes se ligaban por medio de esta institución tenían sus posesiones en común, y las heredaban en caso de fallecimiento del otro compañero. El "matelotage" incluso permitía compartir la esposa.

* LA DROGA. En algunas tripulaciones el alcohol era libre: uno de los principales atractivos de enrolarse en una tripulación pirata. A veces con las malas consecuencias previsibles: en una ocasión, un grupo de piratas tardó tres días en capturar un barco porque nunca había suficientes hombres sobrios a disposición.

* ¡ROCK AND ROLL! Los piratas eran renombrados por su amor a la música (ninguna celebración estaba completa sin ella) y a menudo contrataban músicos por la duración de un viaje. Las canciones marineras de la época demuestran una fuerte influencia africana: otro signo de la falta de prejuicios raciales en los barcos filibusteros.

LA HISTORIA DE LIBERTATIA: MISSON Y CARACCIOLI

Estamos, a falta de mayor precisión del relato de Johnson / Defoe, a fines del siglo XVII. François Misson era un marino francés, natural de Provenza. Tras visitar Roma y contemplar el boato y la miseria moral de la corte de los sucesores de San Pedro, perdió la fe. Estando en Nápoles, como miembro de la tripulación del buque de guerra francés Victoire, conoció en una taberna a un dominico italiano, Caraccioli. En el curso de varias conversaciones, el monje (lector de la "Utopía" de Moro) imbuyó a Misson y a algunos de sus compañeros de sus ideas. Leemos en "General History..." que:

"...trató sobre el Gobierno, y mostró, que cada Hombre nace libre, y tiene tanto Derecho como quien le sustenta, al Aire que respira...que la gran diferencia entre Hombre y Hombre, que en uno nada en la Lujuria, y en el otro en la más punzante Necesidad, se debía sólo a la Avaricia y la Ambición en uno, y al Vasallaje pusilánime en el otro."

Caraccioli (a veces su nombre es escrito "Caracciolo") fue invitado a subir al Victoire. El barco zarpó, al mando de un capitán llamado Fourbin, que murió en las Antillas en un combate naval con los ingleses. Caraccioli, entonces, propuso a los 200 integrantes de la tripulación nombrar capitán a Misson y dedicarse al filibusterismo.

Hay que decir que no fue la única moción del fraile italiano que fue aceptada. Los tripulantes del Victoire colectivizaron la riqueza del barco, decidiendo que "todo debería ponerse en común". Las decisiones se dejaron "al Voto de toda la Compañía". El código de conducta redactado por los líderes Misson y Caraccioli establecía el trato humanitario a los prisioneros, la prohibición de emborracharse o de blasfemar y el respeto a las mujeres. Los piratas también consintieron en obligarse mutuamente al trabajo y a la defensa común.

El barco partió en busca de tierras libres, izando una bandera blanca con la leyenda "por Dios y la libertad". Liberar esclavos era su mayor preocupación: en su ruta por la costa occidental de África se cruzaron con un barco negrero holandés y lo capturaron. Los esclavos fueron llevados al Victoire, donde les dijo Misson que "el Comercio de aquellos de nuestra propia Especie, nunca será agradable a los Ojos de la Justicia Divina: Ningún Hombre tiene Poder sobre la Libertad de otro" y que "él no les había eximido su cuello del galante Yugo de la Esclavitud, y afirmado su propia Libertad, para esclavizar a otros". Los africanos se unieron a la tripulación, lo mismo que algunos de los marinos del buque holandés.

LIBERTATIA

El Victoire dobló el Cabo de Buena Esperanza y el Océano Índico se abrió ante la vista de la tripulación. Cuando navegaban por la costa de Madagascar, Misson encontró una bahía perfecta, con tierras fértiles, agua fresca y nativos amistosos (la precisa localización es hoy objeto de debate). La isla tenía un clima cálido y saludable, con abundante pesca, minas de hierro y algo de plata y oro. El suelo producía buenas maderas, azúcar, algodón e índigo. Los nativos accedían a venderles ganado vacuno; algunas de sus familias incluso se radicaron entre los piratas. Y si necesitaban algo más, tenían los innumerables barcos que surcaban el Océano Índico: sólo era cuestión de servirse...

La isla de Madagascar aún no había sido reclamada por las potencias imperialistas de la época, por lo que en estas tierras los piratas decidieron constituir su tierra, Libertatia. Renunciaron a ser ingleses, franceses, holandeses o africanos y se dieron el nombre de Liberi, libres en latín. Las páginas de Johnson dicen que hablaban un lenguaje propio, una mezcla de lenguas africanas con francés, inglés, holandés, portugués y malgache nativo. Los piratas se asentaron para convertirse en granjeros, teniendo la tierra en común: "ninguna cerca separaba cualquier propiedad particular de un Hombre". Los botines y riquezas ganados en el mar eran "puestos en el Tesoro común, el Dinero no tiene Uso allí donde todas las Cosas están en común". Al poco de comenzar los trabajos de la construcción de Libertatia, el Victoire se encontró con el pirata Thomas Tew. Las ideas de formar una colonia libre no eran nuevas para Tew, quien había perdido a parte de su tripulación en un intento de establecer una colonia en la costa oeste de Madagascar.

TEW

Thomas Tew nació en Nueva Inglaterra, en la Costa Este de los actuales Estados Unidos, hacia 1650. Allá por 1682 navegaba en el Caribe, estando establecido en Jamaica. En 1691 compró parte del buque Amity, y sumó a su pequeña a flota a otro barco, mandado por George Drew. Ambas embarcaciones pasaron el Cabo de Buena Esperanza y viajaron hacia el norte, hacia el Golfo de Adén. Allí atacaron un velero árabe y tomaron buen tesoro: cada hombre se quedó con la fortuna de 3 mil libras esterlinas.

Regresando hacia el sur, parte de la tripulación, unos 24 marinos, decidió establecer una colonia. El resto decidió volver a América, y en el regreso se topó con Libertatia. Misson, deseando fortalecer su república, decidió enviar un buque a Guinea a capturar barcos esclavistas y le ofreció la tarea a Tew, que la aceptó. Frente al Cabo, el Amity abordó un barco holandés de 18 cañones, el East Indianman. Nueve de los tripulantes holandeses se le unieron y el resto fue desembarcado. Luego, frente a la costa de la actual Angola, capturó un barco inglés con 240 hombres, mujeres y niños engrillados en las bodegas. Los miembros africanos de la tripulación descubrieron a bastantes familiares y amigos entre los esclavizados, a los que liberaron y llevaron con ellos. También se sumó la mitad de la tripulación del barco pirata del célebre capitán William Kidd, que en una oportunidad se detuvo unos días a hacer reparaciones en su navío. (Derecha: Thomas Tew).

MUJERES, MUJERES...

Tew finalmente se volvió a América, pero al poco tiempo decidió regresar a Libertatia en un nuevo buque, el Frederick. Ya en la república pirata, se decidió hacer una campaña de capturas en la región del Golfo de Adén. Tew y Misson, cada uno con un barco y 250 tripulantes, pusieron proa al norte. Frente a la costa sur de Arabia se encontraron con un gran barco indio con mil peregrinos en viaje a La Meca. Lo capturaron fácilmente sin perder un hombre (el navío apresado estaba abarrotado) y desembarcaron a todos... salvo a cien muchachas de entre 12 y 18 años, que los piratas reclamaron para, ejem, "crecer y multiplicarse". Misson, viendo los llantos de las adolescentes y sus familiares, estuvo a punto de desistir de la idea, pero sus hombres se lo impidieron.

Sus siguientes campañas también terminaron en éxito. Cuando una flota de cinco navíos portugueses atacó la república, los piratas hundieron dos de los barcos y capturaron uno; dos pudieron escapar. En una ocasión se envió a un navío a levantar un mapa de la costa, lo que se aprovechó para instruir a los esclavos liberados en la navegación y el manejo del idioma francés. La elección de la tripulación fue fiel a los principios de la república: se formó con 50 blancos y 50 negros.

EL FINAL

Aprovechando la ausencia de una parte de la flota pirata, una de las tribus de nativos malgaches atacó la república y arrasó las debilitadas defensas. Fue una masacre; Caraccioli murió en la defensa. Misson apenas pudo escapar con 45 hombres, dos barcos y aún un considerable tesoro. Dice el novelista español Arturo Pérez-Reverte, hallando en el fracaso de Libertatia una prefiguración del derrumbe de posteriores sueños de signo similar: "Ya no eran piratas poderosos y buenos, sino proscritos fugitivos y cabreados, cuya única patria era la cubierta del barco que pisaban. Destrozada la utopía, se hicieron sanguinarios". Tew y Misson se repartieron los barcos y el dinero y se separaron. Antes de alcanzar el Cabo, se desató una terrible tormenta y fue el fin de François Misson.

Thomas Tew volvió a América y se retiró en Rhode Island. Sus hombres se dispersaron, pero como siempre sucede con los piratas en tierra, pronto malgastaron el dinero. El llamado de los mares era muy fuerte, y sus hombres convencieron a Tew de volver a las correrías. En la boca del Mar Rojo perseguían barcos indios cuando el capitán murió de un disparo en el vientre. Sus cuarenta hombres, horrorizados, se rindieron sin resistencia.

RÉQUIEM

La mayoría de las utopías piratas nacieron como algo temporal: las verdaderas "repúblicas" eran sus barcos. Por el contrario, la aventura de Libertatia duró unos veinte o veinticinco años, y no debería sorprendernos: Libertatia fue creada para durar. Allí todos los hombres eran iguales: no había esclavos, ni venganza, ni violencia (como no fuera la estrictamente necesaria para garantizar la supervivencia de la república), ni avaricia, ni opresión por el dinero, el poder o la religión. Como tal, es un pésimo ejemplo, y tampoco debería extrañar que no sea una historia muy conocida fuera de algunos ámbitos.

La tradición libertaria de Libertatia y otras aventuras similares fue recogida por algunos grupos con ideas trotskistas o anarquistas, como el de Hakim Bey, seudónimo del filósofo y escritor norteamericano Peter Lamborn Wilson. Su concepto de las "Temporary Autonomous Zones" o TAZ ("Zonas Autónomas Temporarias") surge en parte de rever la historia de las utopías piratas. También hay una película de 1952 que se toma amplias libertadoes con la historia del Capitán Johnson / Defoe, Against all flags / La isla de los corsarios, con Errol Flynn, Maureen O'Hara y Anthony Quinn, y algunos capítulos de la novela Cities of the Red Night ("ciudades de la noche roja") de William Burroughs.

 

 

ARTÍCULOS

"Sin rey ni amo", Arturo Pérez-Reverte, El Semanal, 17 de diciembre de 2000.

"Pirate Utopias: Under the Banner of King Death" (en inglés).

"Pirate utopies" por Hakim Bey (en inglés).

Artículo de Wikipedia (en inglés).

LIBROS

Todas las páginas reseñadas más abajo coinciden en recomendar los tres mismos libros que se detallan a continuación. Pirates: Terror on the High Seas from the Caribbean to the South China Sea (editor David Cordingly, Turner Publishing 1996), tiene un capítulo llamado Libertalia: The Pirate's Utopia. Sugiere que era un mito y discute las razones del surgimiento de la leyenda. The Wordsworth Dictionary of Pirates, 1997, asegura que Libertatia es una ficción. Raiders and Rebels: The Golden Age of Piracy, de Frank Sherry, sugiere que existió, aunque tal vez el capitán Misson sea un mito.

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