MAR DEL PLATA ME MATA 4: TEMPORADA ESTIVAL 2006 - MES DE FEBRERO

Terminaron las vacaciones de la redacción de Cine Braille, pero el verano sigue: ahora lo miramos de afuera, con la ñata contra el vidrio. Igualmente, Cine Braille sigue metiéndose donde no lo llaman y acá están los resultados...

DIVIDIDOS
Parador Rock & Pop Beach, Tamarindo, Ruta 11, La Serena / FM 98.9 Rock & Pop Beach, lunes 30 de enero, 15 horas
No pude ir al show por coincidir parcialmente con mi horario laboral, y debí contentarme con escucharlo por la radio. No sé por qué aclaro esto; no saben la cantidad de veces que habremos leído crónicas de recitales hechas por gente que no estuvo presente, tanto en sentido literal como figurado...
El hecho de que la Rock & Pop local transmitiera el recital tenía una ventaja adicional: no se emitía el programa de Favio Posca, un tipo muy piola, pero que en la radio hace poco más que pasar música y hacerle propaganda a sus shows del Teatro Roxy. La música es buena y Posca en teatro siempre paga la entrada, pero esto es radio, Favio, y encima tres horas... (Después me acordé que los lunes y martes Posca se toma descanso, así que de todos modos no hubiera estado, pero me quería descargar. Ya está, lo dije).
Vamos a los bifes. Lindo sol, mucho viento: uno de esos días en los que estar en la playa es un sacrificio y quedarse en casa es una manera sedentaria de desperdiciar el día. La radio pasa la prueba de sonido (si uno va a ver partidos de fútbol cuando los equipos están de pretemporada, durísimos, sin timing ¿por qué no transmitir una prueba de sonido?). Los Divididos, siempre con muy buena onda con el público, aceptaban pedidos de la gente, preferentemente de canciones que no estaban en la lista de temas ("Tomando mate en La Paz", "Camarón Bombay" y dos temas de Sumo, "Nextweek" y "Crua-Chan"). Mollo hasta se hizo tiempo para decirle a la gente ("a ver si empezamos hoy") que la cortara con el folklóricamente pelotudo cantito "que se muera Cerati". No hay caso: Soda Stereo se separó hace ocho años para todos, menos para los que los odiaban...
Bien, poco antes de las 16, la amable conducción de Corina González Tejedor y Alejandro Nagy dio paso al recital. Mollo amagó arrancar con "Rock del gato" de los Ratones Paranoicos (por un "problema de identidad", dijo) y entonces vino la Aplanadora del Rock. Comenzaron con "Salir a asustar" enganchado con "Cabeza de maceta", en potentes versiones, seguidas por "Paraguay" (donde se comprobó lo que se sospechara en la prueba de sonido: que la voz de Mollo no estaba en su mejor día). Por si el comienzo no hubiera sido lo suficientemente rockero, Divididos continuó con "Rasputín", "Casi estatua" (gran tema, uno de los picos del concierto), "Ay, qué Dios boludo" (perfecta pintura de la tristeza de 2001-2002), "Nene de antes", el hendrixiano "Voodoo Chile", "Vida de topos", "Sábado" (con parte de "Moby Dick" de Led Zeppelin como introducción), el habitual show dentro del show de Diego Arnedo y su delirante recitado de "Basta fuerte" y, para el final, la aplastante, casi intolerable por lo potente, sucesión de "Aladelta" (¡oportunamente acompañada por el paso de un parapentista! - imagen), "El 38" y un popurrí con "Qué tal", "La rubia tarada", "Azulejo" y una demoledora zapada final en la que hubo insinuaciones de "Salgan al sol". En síntesis, rock del bueno, bien compuesto y bien tocado.
Si la música electrónica le compite cobrando 45 pesos la entrada a una fiesta, como pasó hace unas semanas en el Polideportivo de Mar del Plata, el viejo y querido rock se podría quedar tranquilo. Si tuviera ganas de quedarse tranquilo...

BEBÉS DE VACACIONES
Playa Grande, lunes a lunes, 7 a 20 horas los días de buen tiempo
Hay muy pocas cosas que los chicos de menos de seis años odien más que ir a la playa. Y si no fuera así ¿por qué entonces se la pasan llorando? (Un informe de la ONU dice que, en un balneario típico, llora un niño cada treinta segundos).
La playa tiene un montón de situaciones profundamente irritantes para los pequeños, señora, señor. Y si no me creen, recuerden sus últimas visitas a la vera del mar. Por empezar, los chicos están rodeados de extraños, lo que ya es un habitual motivo de llanto. Esos extraños no son sólo la gente que no conocen: también sus padres les parecen extraños. Los ven brillosos y pegajosos por el bronceador, a veces cubiertos de arena, con panzas y piernas peludas al aire, esa mirada de Herodes si amagan con comenzar a berrear...
Después tenemos el tema del pis y la caca: si los pibitos aún no controlan sus esfínteres, terminan haciendo sus necesidades sobre la arena, como los perros. Si controlan sus esfínteres pero sus padres no pudieron pagarse un balneario, tienen que hacer sus necesidades en un pocito en la arena o bien (horror) en el agua del mar. Y el agua está helada. A veces, cinco o diez días en todo el verano de la costa argentina, hace calor y la arena quema. Pero más a menudo sopla un viento fuerte, y hace frío.
A los chicos les da hambre, o sed, y a los padres no siempre les alcanza el presupuesto para un helado y una gaseosa cada media hora. Y los pibitos tienen también la extraña costumbre de solidarizarse lagrimeando en conjunto: a veces, que otro niño llore es motivo suficiente para empezar a berrear. A lo mejor creen que si lloran todos juntos, la playa se hará un lugar tan insoportable que sus padres se los llevarán de allí. "La unión hace la fuerza: llore y se van" parece ser el lema.
Tampoco vamos a ponernos irrazonables y recomendar a los padres que no lleven a sus chicos a la playa. Al fin y al cabo, trabajan todo el año para ganarse unas semanas de descanso junto al mar, y es justo que puedan disfrutar de ese descanso por el que tanto lucharon.
Señores padres, el único problema es ése. ¿De verdad lo disfrutan? Sus hijitos, seguro que no.
Y sus vecinos de sombrilla, menos.

AVISO COMERCIAL DE LA CERVEZA QUILMES
Todas las radios, todos los canales de TV, a toda hora
Sí, el omnipresente aviso donde la voz de Mario Sapag se levanta del mundo de los muertos mediáticos y vuelve a la vida, mientras suena el antiquísimo hit "Gloria" (¿no lo grabaron Los Parchís?) y se ven imágenes de lugares comunes del verano. Todo bien, lindo aviso, pero una sola palabra: ¡Bastaaaaaaaaa!

FEBRERO EN MAR DEL PLATA
Hasta más o menos mitad de mes, febrero en la costa bonaerense se presentaba como un excelente abril, lo que indica que el problema no es tanto climático como cronológico: signo de la gravedad de las alteraciones que está trayendo la construcción de demasiados invernaderos, como dijera un vecino. Ya enero había sido un febrero de los de hace 10 o 20 años, con calor pero más bien fresco, lo que nos hace plantear la cuestión de si no nos estarán haciendo pasar meses usados por meses a estrenar. Porque ustedes coincidirán conmigo en que no se puede comparar un mes nuevo a uno usado. Con el uso, los meses desgastan el sueldo, por ejemplo, y si no me creen vayan a buscar el sueldo de agosto de 2001 y vean cuánto les queda.
Los meses usados están trayendo unas cuantas complicaciones, vean sino el caso de River, cuyo entrenador es otra vez Passarella, como entre 1990 y 1994. O el interés de los Estados Unidos por invadirse un país de Medio Oriente con la excusa de que tiene la intención de desarrollar un proceso mediante el cual podría obtener las mismas armas que la nación de los Rambo posee desde 1945, fíjense el tupé. (Al ser un mes de segunda mano, la k de Irak se borronea y parece la ene de Irán; pero el resto es toda la misma historia). O los gobiernos progresistas del Cono Sur de América, cuyas banderas rojas han desteñido tanto con esto de los meses usados que cuesta creer que sean las mismas insignias de Allende, Cámpora o Sendic.
Quienquiera que sepa dónde hay meses flamantes, a estrenar, que avise. Aquí tenemos muchas ganas de vivir meses con ese precioso olor a nuevo que ningún perfume tramposo puede impostar.

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