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Lucio Lagioia Existen muy pocos directores de cine que sean tan amados y odiados como Lucio Fulci. De su persona se han hecho y se hacen las afirmaciones mas extremas y opuestas: desde que es un imitador descarado, sin talento y sobrevalorado, hasta que es un genio absoluto, creador de películas inigualables. En general, las críticas, tanto a favor como en contra, suelen ser extremadamente parciales, muy poco objetivas, superficiales e inacabadas: solo se suelen destacar ciertos aspectos paradigmáticos del cine de Fulci (como la ultraviolencia) en detrimento de muchos otros igualmente significativos. Pareciera que muchos criticos y aficionados, cuando reseñan sus peliculas, en verdad no las hubiesen visto o no conocieran el contexto en el cual se filmaron. Quizas, cometen el error de dejarese influir por criticas ajenas. Sin mas rodeos, trataremos de reseñar objetivamente la carrera de este polémico director, centrándonos en sus películas de terror, fantásticas y giallos, con algunas excepciones de interés. los comienzos Aunque Lucio Fulci es mundialmente conocido por sus sangrientas peliculas de horror de finales de los 70 y principios de los 80, el inicio de su carrera fue muy distinto. Tras estudiar medicina y pelear con su superior en el hospital en el cual trabajaba, abandonó aquella profesión y decidió entrar al mundo del cine. Luego de egresar del Centro Sperimentale del Cinema, comenzó a trabajar en la prolífica industria cinematográfica italiana como guionista en las primeras películas del comediante Totó, hasta debutar como director en 1959 con I LADRI (Los Ladrones), con Toto con protagonista. Fulci dirigió documentales, comedias picarescas, musicales y parodias de James Bond con los comediantes Ciccio e Ingrassia. En 1966, debutó en el spaghetti western con la fundamental LE COLT CANTARONO LA MORTE E FU: TEMPO DI MASSACRO (Tiempo de Masacre). Decimos fundamental, porque en esta película comenzó a mostrar algunos de los rasgos característicos de su filmografía, como es el gusto por la violencia explícita, la crueldad y el sadismo. A pesar de que el spaghetti western puede considerarse muchas veces acreedor de esas características; Fulci, como en tantas ocasiones futuras, traspuso los límites habituales del género, sorprendiendo a los espectadores con una feroz y sádica sesión de tortura a latigazos sufrida por Franco Nero (protagonista de la película) o con los sangrientos balazos que recibían los pistoleros del film, cuando en los spaghetti difilmente se mostraban los efectos del impacto de las balas en el cuerpo de los muertos. Los villanos de la película son especialmente crueles y la escena inicial, en la cual un pobre hombre desarrapado es angustiosamente perseguido y asesinado por perros de caza, nos anticipa el gusto de Fulci por mostrar intensas y detalladas escenas violentas, junto a un ambiente triste y deprimente. la etapa giallo En 1968, un Fulci cansado de las comedias probó suerte en el género de misterio, con UNA SULL'ALTRA (Una Historia Perversa) película que le daría su primer éxito nacional e internacional. Filmada en EEUU, y mucho mas cerca de una película de suspenso a lo Hitchcock que del giallo estilo Mario Bava o Dario Argento, Una Historia Perversa, nos relata una serie de complots e intrigas que hace incapie en el misterio y en los métodos de investigación policial, en detrimento de los crímenes. Un hombre (Jean Sorel) es hallado culpable de asesinar a su mujer, siendo condenado a la silla eléctrica por un crimen que puede o no haber cometido. Si bien el ritmo puede resultar por momentos un poco lento, la película cuenta con un sorprendente final, sólidas actuaciones (Jean Sorel, Elsa Martinelli, la sexy Marisa Mell, John Ireland) un gran presupuesto y una correcta labor de dirección, además de un cameo del propio Fulci, interpretando a un grafólogo. El éxito de Una Historia Perversa parecía impulsar su carrera, pero la realización en 1969 de BEATRICE CENCI, una de sus peliculas favoritas, le generó grandes problemas. Protagonizada por Florinda Bolkan y ambientada en la Italia medieval, la película cuenta la historia real de una joven muchacha que asesina a su padre, un poderoso hombre de la Iglesia y del Estado que la sometía a tormentos y abusos sexuales. La chica, luego de ser torturada junto a su familia, acabará confesando. Tras ser ejecutada, será revindicada como una martir por los campesinos. Esta visión negativa y crítica de la Iglesia Católica le hizo acreedor de críticas despiadadas y Beatrice Cenci fracasó en taquilla. Baste decir que, durante una proyección de la película a la cual Fulci asistió de incognito, el público entró en colera y comenzó a gritar ¡Muerte al Director!. En este mismo y desgraciado año, su esposa se suicidó con gas, debido a que le habían hallado pólipos cancerígenos. En 1971, Fulci dirigió su primer giallo en plena regla: UNA LUCERTOLA CON LA PELLE DI DONNA (Una Lagartija con Piel de Mujer), película que ostentaba el por entonces casi inevitable "título zoológico" habitual en el género, derivado de los primeros éxitos de Dario Argento, (El Pajaro de las Plumas de Cristal y El Gato de las Nueve Colas). En Una Lagartija con Piel de Mujer, Florinda Bolkan encarna a Carol, la hija de un importante político inglés, la cual sufre fascinantes, surrealistas y perversas pesadillas eróticas y terroríficas. En una de ellas, hace el amor con su jóven vecina la cual será hallada asesinada por la policía. ¿Será Carol la culpable de ese crimen?. Mucho mas ágil y atrapante que Una Historia Perversa, Una Lagartija con Piel de Mujer contó con una importante producción, actores de gran valía (de nuevo Jean Sorel, Florinda Bolkan, Stanley Baker, Alberto de Mendoza), una lograda banda sonora de Ennio Morricone y una dirección por momentos estilizada y muy lograda. De nuevo, Fulci buscó sorprender y exceder los limites, incluyendo escenas paradigmáticas de su obra, como un ataque de animales (en este caso, murciélagos), planos detalle sobre rostros y ojos humanos, un clima ambiguo, siniestro y surrealista y escenas ultraviolentas, como la vision pesadillesca de 3 perros eviscerados en un laboratorio, cortesía del creador de FX Carlo Rambaldi. Tan lograda era esa escena, que Fulci fue llamado a comparecer ante un tribunal judicial, bajo el cargo de "violencia contra animales". En 1972, llegaría su primer gran pelicula y una de las mejores de su carrera: NON SI SEVIZIA A UN PAPERINO (Angustia de Silencio / Don’t Torture the Duckling). En un pequeño pueblo siciliano, un criminal asesina solamente a niños. Los pueblerinos estan furiosos y ansían hacer justicia como sea, mientras la desorientada policía busca infructuosamente al asesino. Un periodista (Tomas Milian) investiga los crimenes y los sospechosos se van acumulando. Absolutamente lograda, con infinidad de detalles y escenas magistrales, Angustia de Silencio es sin duda uno de los mejores giallos de la historia. Las interpretaciones, descripción y composición de los personajes es excelente, destacando otra vez Florinda Bolkan en el papel de una "bruja" gitana, objeto de todas las sospechas; sin olvidar a Tomas Milian, Irene Papas, y una irresistiblemente perversa Barbara Bouchet. El sórdido entorno rural, con sus habitantes rudimentarios e ignorantes, está perfectamente conseguido. En esta ocasión, Fulci combinó una historia plausible, concreta y bien constuida (algo poco habitual en posteriores películas) con una acertada sucesión de inolvidables escenas, tales como el intento de seducción de un niño por parte de Barbara Bouchet, el siniestro comienzo en el cual Florinda Bolkan desentierra con sus manos el esqueleto de un feto, o los crueles asesinatos de niños. Estas imágenes, permanecen indelebles en la memoria de quienes ven la película. La tortura y muerte de Florinda Bolkan en un cementerio por parte de los pueblerinos, que la machacan cruelmente con cadenas y palos, resulta inconcebibemnete gráfica, hiriente y nunca vista, para la época y hoy en dia. Debido a su manifiesta carga anticatólica (el criminal será el sacerdote del pueblo, quien, en una increible escena, caerá de un despeñadero y su rostro acabará destrozado al chocar contra las rocas, en un efecto especial sangriento pero no muy bien ejecutado) la película debió soportar una limitada distribución, y nunca se proyectó en EEUU. Muy descatable, además, la banda sonora de Riz Ortolani. Aunque no sea una película de horror o de suspenso, sino un spaghetti western, I QUATTRO DELL'APOCALISSE (Cuatro Para el Apocalipsis-1975) continuó ejemplificando el único, controvertido y obsesivo estilo de Lucio Fulci. Como en muchas ocasiones, Fulci tomó un género popular, con caracteristicas bien definidas, y lo reconvirtió en algo muy personal, ambiguo, e intragable para muchos de los sorprendidos espectadores, que esperaban ver un spaghetti western "normal". Comenzando con un sangriento tiroteo inicial, la película nos narra las desventuras de un estafador (Fabio Testi), una prostituta embarazada (Lynne Frederick), un borracho crónico (Michael J. Pollard) y un hombre negro al borde del delirio. Este grupo se enfrentará a un cruel delincuente (Tomas Milian) quien humillará al grupo. La obsesiva violencia de Fulci se despliega cuando Milian despelleja a un sherriff con su propia placa o cuando viola a la prostituta embarazada. A mitad de la película, el ritmo narrativo desorienta al expectador: pareciera que Fulci "se aburriera" de hacer un spaghetti western, o que "se olvidara" de que lo esta haciendo y se regodea con sus propias obsesiones nihilísticas en torno a la muerte y la religión, sin importarle si resultan excesivas para el género que esta tratando: una larga toma de una caravana de peregrinos creyentes asesinados por Milian, el plano de una Biblia ensangrentada, la conversación del ya desquiciado negro con las tumbas de un cementerio o el interminable y tortuoso parto de la prostituta con su muerte posterior, confirman el interés de Fulci por lograr un ambiente de crueldad palpable que lastime al espectador, o que lo haga regocijar sadicamente, sin importar si la película pierde su ritmo o si algunas de las escenas sean estiradas hasta lo intolerable. He aquí el eje de la fascinación o repulsión del cine de Fulci, según el gusto del espectador. SETTE NOTE IN NERO (Siete Notas en Negro / The Psychic-1977) resultó un punto interesante pero inferior en su carrera. Este film de misterio (un fracaso en taquilla) cuenta la historia de una mujer con poderes de clarividencia (Jennifer O’Neill) quien, en sus visiones, puede ver la muerte de otras personas. A pesar del suspenso y una buena producción, actuación, música, guión y correcta dirección (con algunas escenas bastante logradas), Siete Notas en Negro es una película muy formal (comparada con los parámetros de Fulci) que decepciona a quienes esperaban ver el habitual show de crueldad sobrecargado de brutales y fascinantes imágenes. Con el muy violento pero flojo spaghetti western Montura de Plata (Sella D’Argento, 1978) continuó su racha irregular, la cual culminó con su super hit internacional, llamado Zombi 2. Este artículo continúa...
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