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Más comentarios de discos aquí.
DISCO BRAILLE - FEBRERO 2008
EL
MAMUT
Massacre - PopArt 2007
Cansados
de ocupar durante más de una década un casillero (el de banda de culto) que
da mucho prestigio pero no llega a más gente que los centenares de siempre ni
sirve para pagar el supermercado, los Massacre se decidieron a intentar el salto a la masividad. Para ello tuvieron la inteligencia
de, en primer lugar, recurrir a un productor que reúne tanto sentido de lo popular
como buen gusto (Juanchi Baleirón de Los Pericos) y, en segundo lugar, de no
traicionarse: no sacrificaron ni la densidad, ni la ironía, ni el acercamiento
oblicuo a la canción. El resultado es, más allá de algunas
letras al borde de la endeblez, un muy buen disco pop, a años luz de cualquier
facilismo melódico, con temas tan oscuros como "Clavos y globos",
o delirantes como "La
reina de Marte", o directamente redondos como "La
octava maravilla". ¡Hasta hay lugar para un cover de
Rod Stewart ("Maggie
May")! Bien por los antiguos
Massacre Palestina, recibidos con los brazos abiertos por un 2007 ansioso
por encontrar algo que trascienda los tres o cuatro acordes y la imaginería
barrial que impregna, desde hace ya demasiado, a buena parte del rock argentino.
DISCO BRAILLE - ENERO 2008
ZOOROPA
U2 - Island 1993
En 1987 se editó "The
Joshua Tree", su mejor disco hasta ese entonces, y el que los lanzó
definitivamente al estrellato. El disco fue Número Uno en ventas en las Islas
Británicas, Estados Unidos y veinte países más, y la gira de presentación mereció
una tapa de la revista Time. Su carácter de santos laicos y rockeros fue reafirmado
por temas como One tree hill (dedicado
a los mineros víctimas del desempleo), "Mothers
of the disappeared" (a los familiares de los desaparecidos de las dictaduras
del Cono Sur de América) y "Bullet the blue sky"
(a los "beneficiarios" de las acciones criminales de
"Achtung baby" (1991) empezaba con "Zoo Station".
Las radiantes y cristalinas guitarras de
antaño habían dejado paso a sonidos procesados, ruidos blancos, bombos de batería
que sonaban como si se aporreara una llanta oxidada. Un tema se llamaba "Incluso
mejor que la realidad", parodiando el eslogan de
Y entre gira y gira, los U2 recurrieron otra vez al productor y casi quinto U2, Brian Eno, y a los estudios de grabación de Berlín, ciudad que para
el mundo del rock es algo así como el ayuno de Jesús en el desierto: el lugar
en el cual se juntan fuerzas para empezar de nuevo (como lo demuestran los ejemplos
de Lou Reed, Iggy Pop
y David Bowie). "Zooropa"
(editado en julio de 1993) era un paso más en la dirección marcada en el
disco anterior: tenía un aire más funky en los riffs, así como capas de sonido
evocadoras del hip-hop, el ambient y el rock industrial, aportación alemana
al mundo de la música desde los tiempos de Kraftwerk o Einstürzende Neubauten.
Originalmente iba a ser un EP, pero las cosas marcharon muy bien y terminó siendo
un LP de 10 temas, grabado en Dublín en tiempo récord para la banda: 6 semanas
entre marzo y mayo de 1993.
No se llegó a completar a tiempo para la edición del disco
un superhit que, dos años después, engalanaría un nuevo episodio ("Batman Forever") de
la saga cinematográfica de Batman: el glorioso y desenfrenado huracán rockero
de "Hold me, thrill me, kiss
me, kill me". También se habían trabajado dos canciones que sólo serian
editadas para la época de "Pop",
en 1997: "Wake
up, dead man" y la sensual "If you wear that velvet
dress".
La
letra del primer tema, "Zooropa", armada
a partir de eslóganes publicitarios de Audi o Toshiba, o incluso un aviso de
reclutamiento del Ejército de Estados Unidos, era un directo ataque al consumismo
que caracterizaría a la época. Seguían la bellísima "Babyface" (una de las canciones más injustamente relegadas de toda la carrera de U2),
el tecno-rap algo obvio (y hoy falto de toda gracia) de "Numb",
la festiva "Lemon" (que luego
ocuparía un lugar importante en el "PopMart Tour"), "Daddy's gonna pay for
your crashed car", "Some days are better than
others" (tema bastante avant-garde), el cierre de "The wanderer",
con el legendario Johnny Cash en la voz. Y estaba
"Stay".
La quinta y mejor pista del disco, "Stay (faraway, so close!)" nació como el tema principal de la película "Tan lejos,
tan cerca" (precisamente "Faraway, so close" en inglés),
del director alemán Wim Wenders,
continuación menor de "Las alas del deseo".
(En la banda de sonido también están "Berlin" de Lou Reed y "The wanderer").
El primer filme contaba la historia de dos ángeles que, protegidos por su invisibilidad,
observan a los humanos en una Berlín aún dividida por el Muro, unos pocos años
antes de su caída. Uno de ellos se enamora de una mujer, una suicida a la que
le salva la vida, y renuncia a su inmortalidad por ella. La segunda parte sucede
unos pocos años después, en una ciudad reunificada pero donde las heridas de
la división distan de haber cicatrizado, y cuenta con un cameo de nada menos
que Mijail Gorbachov,
algo así como el Luis XVI del extinto
régimen soviético. Visto este sumario detalle de los argumentos de las películas,
la letra de "Stay..".
se hace bastante cristalina.
La versión de la canción que figura en "Zooropa" es diferente a la
de "Tan lejos, tan cerca":
más breve, con algunas líneas menos, y la mezcla es distinta. Sin embargo, la
mejor versión de este tema que yo haya escuchado no es ninguna de esas dos,
sino la que hacen Bono y The Edge, a dos voces y dos
guitarras acústicas, que quedara reflejada en los DVDs correspondiente
al "Elevation Tour"
de 2001.
"Stay." fue corte de difusión,
y el lado B del simple contenía "I've got you under my
skin", un dueto de Bono
con Frank Sinatra que revela lo
difícil que era cantar a dúo con
THE RISE AND FALL OF
ZIGGY STARDUST & THE SPIDERS FROM MARS
David Bowie - RCA / Virgin / Rykodisc 1972
(1) Una digresión: no sorprende que al glam le haya costado ser entendido en el Río de la Plata, más allá de que se hayan conocido los discos. Si aún para la mentalidad de esta época no sería así de fácil tolerar a un grupo así, imagínense lo que hubiera sucedido con un clon sudaca de Ziggy Stardust en el Montevideo o el Buenos Aires de entonces, poco menos que ocupados militarmente por sus propios ejércitos. Lo más cercano al glam que hubo en esa época fue un recital de Pescado Rabioso, esa maravillosa perversión spinettiana del rock a la Led Zeppelin, en el que quien entonces era el bajista del grupo, David Lebón, apareció en escena con los labios pintados, con zuecos y vestido de mujer. Esa noche se gastó la palabra puto, de tanto gritarla.
DISCO BRAILLE - DICIEMBRE 2007
PORCO
REX
Indio Solari - DBN 2007
Si yo afirmara que no sé hasta qué
punto es legítimo evaluar a una obra artística por factores ajenos a la misma,
es probable que el lector asienta negligentemente y espere que la oración siguiente
aclare de qué demonios estoy hablando. Si yo afirmara que valoramos algunas
obras por un carácter innovador que tuvieron hace veinte años o treinta años
y hoy es imperceptible,
o por haber impugnado un estado de cosas que a otros puede parecer digno de
alabanza, o por ser lo mejor que han producido los habitantes de un determinado
espacio geográfico, volverá a asentir y se preguntará si no es mejor pasar a
la crítica siguiente. Y si yo afirmara que la segunda oración ejemplifica aquello
que la primera objeta. Calma, calma. Todo lo que quiero decir es que el gran
problema de "Porco Rex" es que es difícil escaparle al acto reflejo de medirlo
con la vara de "Oktubre" o "Luzbelito".
Porque al Indio se lo puede calificar de intérprete sin que con ello se demuestre un total desconocimiento de qué significa interpretar
una canción, que es mucho más que cantar la letra siguiendo la melodía.
Porque los músicos de su banda son impecables. Porque la destreza epigramática
del Indio le permite acuñar versos como "Dios no está en los detalles de hoy",
o "Un ángel inútil flechó y nos erró". Porque hay canciones como "Ramas
desnudas", o baladas como "Te estás quedando sin balas de plata",
o rockitos como el que da nombre a la placa, o reflexiones sobre el amor y la
mortalidad como "Y mientras tanto el sol se muere", o estribillos
gancheros como el de "Flight 956", pero. Algo pasa con "Porco Rex"
para que a unos cuantos nos haya pasado que tengamos que escucharlo tres o cuatro
veces para que nos empiece a gustar. ¿Será un brillo melódico menor que el acostumbrado?
¿Será una producción de una pulcritud excesiva? ¿Será la expectativa que generaron
los tres años pasados sin un disco del Indio? ¿Será que de alguien a quien miles
siguen casi como a un mesías nunca se aguarda menos que una profecía o una revelación?
¿Se puede terminar un comentario de un disco con un "no sé"?
CHROME
DREAMS II
Neil Young - Reprise 2007
Éste nuevo álbum del viejo Neil ni es tan
nuevo ni es el segundo con el mismo nombre. No es tan nuevo porque hay tres
grabaciones que tienen al menos veinte años (!) ni es el segundo "Chrome
Dreams" porque el primero se grabó en 1977 pero, extrañamente, nunca se editó,
pese a que contenía excelentes canciones como "Powderfinger",
"Like a Hurricane" o "Pocahontas", luego incluidas en ese gran disco
que sigue siendo "Rust Never Sleeps" (1979).
El disco fluye sin mayores problemas de los pasajes soul
de la extensa, rapsódica y un poco demagógica "Ordinary People" a una balada
tan tradicional como "Shining Light", y del folk de "Beautiful Bluebird" al
rock podrido de "No Hidden Path" o "Dirty Old Man", y hasta un vals con coro
de niños como "The Way", temas que, en todos los casos, llevan el inconfundible
sello de la voz, la guitarra y el estilo de composición de Young.
Al que espera una nueva "Southern Man", o una nueva "Helpless",
o una nueva "Broken Arrow", le anticipo que no va a encontrar eso, sino un por
demás digno trabajo de un rocker de verdad. Visto lo mal que envejecen unas
cuantas estrellas, visto lo viejos que resultan unos cuantos veinteañeros de
éxito, para nada me parece poca cosa. ¿Cómo no mantenerle el crédito abierto
por toda la eternidad a semejante leyenda?
DISCO BRAILLE - NOVIEMBRE 2007
DISCO BRAILLE - SETIEMBRE 2007
El noveno mes del año vino con más discos que comentar. Hace pocos días arrancamos con "Civilización", el nuevo álbum de Los Piojos. Luego fue el turno del disco del dúo Aznar / Lebón y de "The Good, The Bad & The Queen", de la banda homónima de estos chicos Albarn y Simonon. Y ahora le toca a "La lengua popular", de Andrés Calamaro. Si gusta, es su casa.
LA
LENGUA POPULAR
Andrés Calamaro Warner 2007
Diez años después de "Alta Suciedad", Andrés
Calamaro vuelve a hacer un disco de época: con la producción de otro Abuelo,
Cachorro López, "La lengua popular" presenta doce temas nacidos
para dejar huella. Hay cumbias - reggae como "Comedor piquetero" o"La espuma
de las orillas"; hay rumbas como la bella "Cinco minutos más / Minibar"; hay
rockitos rodriguescos con destino de hit como "Los chicos" (una melodía bien
tribunera dedicada "a mis amigos que se fueron primero") o "Sexy & barrigón"
(donde Andrés, muy lejos de sus días de Salmón, se ve hoy como una "combinación
de Homero Simpson con Rolling Stone"); hay canciones rockeras ("Mi gin tonic",
la acelerada "La mitad del amor", "Mi Cobain / Superjoint") y hasta un aire
de ranchera mexicana ("De orgullo y de miedo"). Hasta acá, sería un muy buen
disco. Pero aún hay más.
Hay dos inspiradísimas canciones de amor, en la senda de páginas
como "Pasemos a otro tema", o "Paloma", o las que
vos quieras agregar: la rumba midtempo "Cada una de tus cosas" y "Soy
tuyo", una abolerada oda al sexo con amor que será la banda de sonido de
muchas historias que comiencen estos días. Y está una de las mejores canciones
que Calamaro haya escrito nunca, "Carnaval
de Brasil", un midtempo autorreflexivo que se pregunta qué son (o no son)
las musas ("no son / martes de carnaval de Brasil / tristeza nâo tem fim").
¿Cuántos mejor que él para hablar de las musas con conocimiento de causa?
El arte de tapa, obra del querible
Liniers, además de ser una razón adicional para comprarse el disco en vez
de piratearlo, termina de definir lo que es un clásico instantáneo. Será cuestión
de disfrutarlo, nomás.
AZNAR
/ LEBÓN
Pedro Aznar y David Lebón - EMI Odeón 2007
Un disco con dos ex Serú
Girán tocando juntos en vivo podría haber sido otro más de esos ejercicios
comerciales de la nostalgia que (últimamente con demasiada frecuencia) se perpetran en
nombre del rock, pero por suerte no es el caso. Primero, porque en "Aznar /
Lebón" hay pocos temas de la legendaria banda que ambos compartieran con Charly
García y el fallecido Oscar Moro, y de ellos, la mayoría son del no muy logrado
"Serú '92", elección tal vez discutible pero claramente exenta de demagogia.
Segundo, porque Pedro Aznar canta maravillosamente, toca a la perfección el
piano y brilla tanto con la guitarra (acústica, eléctrica, slide) como con el
bajo (acústico, eléctrico, fretless), y en las actuaciones que se registran
en este disco doble pudo lucirse a sus anchas, merced a que ambos cantantes
y multiinstrumentistas se hicieron acompañar solamente por Andrés Beewsaert
en piano, teclados y coros, y en un par de temas, por bases grabadas. Y tercero,
porque la voz de Lebón habrá perdido agudos pero no la capacidad de emocionar,
en especial cuando interpreta esos inoxidables clásicos solistas que terminan
siendo de lo mejor del disco: hablo de las bellísimas versiones de "Casas
de arañas", "Dos edificios dorados", "María Navidad" o "El tiempo es veloz".
De la cosecha de Aznar se destacan especialmente "Ya no hay forma
de pedir perdón" (versión en español de "Sorry seems to be the hardest word"
de Elton John), "Amor de juventud" y "Fotos de Tokio". Y del repertorio de Serú
Girán... sí, está "Seminare", pero también esa joya conmovedora que sigue siendo
"Noche de perros" y "A cada hombre, a cada mujer", tal vez la mejor canción
que Pedro Aznar haya escrito nunca, y el único tema de "Serú '92" que está a
la altura de la historia de la banda.
THE
GOOD THE BAD AND THE QUEEN
The Good The Bad and The Queen - Parlophone
2007
Ese gran disco que sigue siendo "Parklife",
de Blur, retrataba un lugar y una época: el Londres de 1993-94, el del britpop
y las esperanzas despertadas por la "tercera
vía" de Tony Blair. Más de una década después, el líder de la (¿desaparecida?)
banda inglesa, Damon Albarn, emprende un desafío similar, pero la pintura resultante
no podría ser más diferente. Para empezar, la banda que lo acompaña ahora es
un supergrupo integrado por leyendas como el bajista Paul Simonon (The Clash)
o el baterista nigeriano Tony Allen (Fela Kuti), además del guitarrista Simon
Tong (The Verve) y Danger Mouse, productor de otro proyecto de Albarn, Gorillaz.
De los brillos del britpop hoy sólo queda el recuerdo: Oasis es una sombra,
Pulp se disolvió y Blur hace honor a su nombre ("borrón"). Y todo lo que era
poptimista en "Parklife" es ahora sombrío y hasta ominoso; los fantasmas del
infierno iraquí, la paranoia originada en los atentados de Londres de 2005,
la amenaza de una catástrofe debida al recalentamiento del clima global, el
bajón tras el high de los '90s, impregnan de oscuridad las letras y la música.
Esto no tiene nada de malo; después de todo, es el signo de estos tiempos. Lo
que sí plantea un problema es el carácter monocorde de "The Good The Bad and
The Queen", que termina jugándole en contra a la riqueza individual de sus canciones:
un crítico lo definió como un álbum "sepia", y ésa es la sensación que efectivamente
deja al escucharlo de corrido.
Para destacar: la hipnótica apertura con "History song", el paradójico
aire de los años '50 de "'80s life", la melancólica "Herculean", el sugerente
clima de "Behind the Sun", pero en especial dos canciones. La primera es "Nature
Springs", la pista más lograda del disco, tanto en lo letrístico (el cambio
climático visto como una guerra que estamos perdiendo, la analogía con la tripulación
de un submarino) como en lo musical, con sus ecos, sus efectos de sonido, sus
fantasmales guitarras, su bajo que pega en el pecho, sus síncopas de batería
y su indeciso aire entre folk, dub y trip-hop. La otra es "Green fields", una
inspirada historia con ecos de Lennon y Syd Barrett: esta canción, con otra
letra y otro nombre ("Last song"), apareció en un disco de Marianne Faithfull
en 2004, y el comienzo de esta versión cuenta ese hecho ("escribí esta canción
/ años atrás / tarde en la noche / en algún lugar en Goldhawk Road / nunca estuve
seguro / cómo o por qué / antes de la guerra") antes de pasar a un final onírico
y kafkiano ("Vimos los campos verdes / volverse piedra / tantas casas solitarias
/ todo era el sueño de un hombre malo / Él no está despierto / es un sueño /
Oh, nunca nos encontraremos / es sólo un sueño / oh sueño").
DISCO BRAILLE - AGOSTO 2007
Agosto vino con más discos que comentar, y por ahora arrancamos con "Civilización", el nuevo álbum de Los Piojos. Prometemos más en breve...
DISCO BRAILLE - JULIO 2007
Revisión de algunos de los discos que estuvimos escuchando últimamente: por el lado de los nuevos, "Favourite worst nightmare" de los inglesitos Arctic Monkeys y "Funeral" y "Neon Bible" de los canadienses Arcade Fire (atención con esta gente, muchachos...). Por el lado de los próceres, "La marca de Caín" de Skay Beilinson y "Modern times" de Bob Dylan.
FAVOURITE
WORST NIGHTMARE
Arctic Monkeys- Domino Records 2007
Los niños mimados de la prensa rockera británica se despachan con
otro buen disco de ese pop rock guitarrero que la gente de las Islas sabe hacer
mejor que nadie. Los temas adrenalinícos siguen
sucediéndose (escuchar el frenético compás ternario del comienzo de "If you
were there, beware") ; las dos guitarras siguen sacándose chispas (muy lucidamente
en "Teddy Picker"); la ironía de las letras ya no sólo hace blanco en temáticas
posadolescentes (el flirteo con la novia de otro en "The bad thing", las rupturas
de noviazgos en "Do me a favour") sino también en los descerebrados carne de
Gran Hermano (la citada "Teddy Picker") o los que siempre buscan estar un paso
adelante de todo el mundo ("Brianstorm"). Hay también algunos buenos respiros,
una balada onda años '50 como "Only ones who know", la compasiva "Fluorescent
adolescent", sobre una cuarentona que añora sus mejores épocas, el comienzo
de la bella "505", antes de un estallido energético que es de lo mejor del disco.
Para desgracia de los Monos Árticos, les toca en suerte ser contemporáneos
de los irresistibles Franz Ferdinand. Si bien líricamente
están unos pasos adelante, en la comparación suenan algo monótonos, unidimensionales,
carentes del tremendo repertorio de ganchos del que hacen gala los escoceses.
Son lo suficientemente jóvenes y talentosos como para mantenerles abierto el
crédito.
FUNERAL
Arcade Fire - Merge Records 2004
NEON BIBLE
Arcade Fire - Merge
Records 2007
Los grandes candidatos a la revelación del año no vienen de Gran
Bretaña sino, sorprendentemente, de Canadá, y más precisamente de Montreal,
una ciudad que nunca se destacó por sus credenciales
rockeras (¿la herencia cultural francesa?). Sus dos líderes son una pareja;
él, Win Butler, texano; ella, Régine Chassagne, hija de haitianos. Para sumar
notas poco habituales, Arcade Fire es un septeto sin roles instrumentales fijos,
algunos de sus temas son bilingües (hay versos en francés, además de en el predominante
inglés) y su menú sonoro va bastante más lejos del estándar rockero de guitarra,
bajo y batería: acordeones, mandolinas, cornos franceses, violines, cellos,
viejos Moogs, xilofones, ukeleles, arpas, hasta órganos de iglesia... Sus dos
discos hasta el presente son obras conceptuales (sobre la muerte en "Funeral",
sobre los apocalipsis globales y personales en "Neon Bible"). La voz de enajenado
de Butler ha sido comparada con las de Nick Cave, Ian McCulloch y David Byrne,
y la banda tiene fans del calibre de Bono, David Bowie y Chris Martin. ¡Decididamente,
este grupo merece una escuchada!
"Funeral" debe su título e hilo temático a la racha de nueve muertes
de parientes que los miembros del grupo sufrieron antes y durante la grabación
(!). Esto no debe hacer pensar que las canciones rebosen de tristeza mortuoria:
de hecho, "Wake up" es gran candidata a mejor himno de estadios de la década
(¡ese liberador estribillo a la Woodstock!), la dinámica "Rebellion (lies)"
fue un hit menor, la angustiosa súplica de perdón de "Crown of love"
se resuelve de modo más bien frenético, y no hay nada de bajoneante en muy buenas
y melancólicas canciones pop como "Neighborhood # 1 (Tunnels)", "Neighborhood
# 2 (Laika)", "Une année sans lumière", "Neighborhood # 3 (Power out)", "Neighborhood
# 4 (7 Kettles)" o la dolida "Haiti" (sólo "In the backseat" es más bien tristona).
Como disco debut, es difícil concebir algo mejor, más ambicioso y más original
por estos días.
"Neon Bible", por su parte, tiene un sonido acorde a su temática:
fue grabado en el interior de una iglesia, a la que hubo que refaccionar porque
estaba en ruinas... El tema homónimo marca el tono: "si la Biblia de neón está
en lo cierto / no hay muchas posibilidades de sobrevivir". La intensa "Black
mirror" abre el álbum advirtiendo que "un [nuevo] tiempo se acerca", antes de
rogarle al espejo negro del título que le muestre "dónde caerán sus bombas".
"(Antichrist television blues)" tiene un aire a parábola dylaniana, con un pobre
diablo que ruega a Dios que su hija sea estrella de TV para poder salir de perdedor.
La letra de "Keep the car running" es una pesadillesca mezcla de "El Proceso"
de Kafka con "1984" de Orwell. "Ocean of noise", cuyo tema es la crisis de una
pareja, es casi una página de The Bad Seeds. "No cars go" recuerda a "Even better
than the real thing" de U2, y cierra el disco por todo lo alto la sobresaliente
y torturada / esperanzada canción de amor "My body is a cage". El resto de las
canciones acompaña muy dignamente, sin brillar.
Aún sin alcanzar la cumbre que sigue siendo "Funeral", el resultado
es muy bueno, y deja con ganas de esperar el tercer trabajo de una banda que
está para las ligas mayores.
LA MARCA
DE CAÍN
Skay Beilinson & Los Seguidores de la Diosa Kali
- Urbe Orbe - 2007
Buenas canciones, arreglos que rezuman buen gusto
y el plus de una guitarra inconfundible (muy bien apoyada por la de Oscar Reyna):
en el tercer disco solista de Skay Beilinson no hay
sorpresas ni puntos flacos.
Como hacen prever el aire apocalíptico de la tapa de Rocambole y
las citas a Caín, el primer homicida, y Kali, la diosa hindú de la destrucción,
"La Marca de Caín" es una obra oscura. Sus personajes son malditos como en "Ángeles
caídos" ("el pibe que fuiste dejó de jugar", "sos una sombra que acecha
en la ciudad") o parias como en "La doble marca" ("tenés la llaga
/ no cicatriza / tenés la marca de Caín"). Hay un blues - canción de cuna, pero
dedicado a un niño... robot ("Canción de cuna") e historias fantasmagóricas
como las de "El fantasma del quinto piso" y "Meroe y los sortilegios".
La sangrienta Kali, para el tantra, representa la imposibilidad de
escindir la vida y la muerte y la necesidad de enfrentar que una no puede existir
sin la otra. El vivir es el tema de "Los caminos del viento" ("somos
esas nubes que viajando con el viento / vamos descubriendo su destino"); la
mortalidad, el de "El viaje de las partículas" ("quedará para siempre
/ tu mirada en mis ojos / aunque un día la tierra deje de girar"). En este mundo
- catástrofe hay una vía y un remanso, parece decir Skay, y es el amor, tema
de esa bella canción influida por la música y la poesía orientales que es "Arcano
XIV".
MODERN
TIMES
Bob Dylan - Sony / BMG - 2006
A sus sesenta y cinco años, Bob Dylan edita uno de los grandes
discos de su impresionante carrera. No voy a caer en la exageración de parangonarlo
a "Highway 61 revisited" o "Bringing
it all back home" o "Blood on the tracks" (muy pocos discos en la historia del
rock resisten semejante comparación) pero lo cierto es que hay momentos de "Modern
times" en los que uno siente en cuerpo y alma que está en presencia de una gran
obra de un gran artista. Por caso, la épica balada final, "Ain't talking", en
la línea de clásicos dylanianos como "Sad eyed lady of the lowlands" o "Desolation
row", una larga y atrapante parábola sin moraleja, cargada de enigmático misticismo
y recitada por Dylan con voz de fantasma. Por caso, ese terrible verso de "Spirit
on the water", una bella balada amorosa, que reza "you burned your way into
my heart" (al que no puedo traducir mejor que como "te abriste un camino de
llamas hasta mi corazón").
También hay brillantes y juguetones rockitos ablusados como "Thunder
on the mountain", "Rollin' and tumblin'" y "Someday baby", una balada de cuerdas
con solo de bajo como "When the deal goes down" que el viejo Bob pareciera haber
pedido prestada a Bing Crosby, un rockito country como "The levee's gonna break",
más baladas como "Workingman's blues # 2", "Beyond the horizon", "Nettie Moore".
Y pensar que los Who cantaban eso de que "espero morir antes de llegar a viejo".
DISCO BRAILLE - MAYO 2007
Revisión de algunos de los discos que estuvimos escuchando últimamente: "Stadium Arcadium" de los Red Hot Chili Peppers, "Basta" de Las Pelotas y "Kill Gil" de Charly Garcia. Si gusta, es su casa...
STADIUM
ARCADIUM
Red Hot Chili Peppers - Warner
- 2006.
Si
en su juventud hicieron una épica del descontrol ("Bloodsugarsexmagik"),
en su madurez, los Peppers se dedicaron a componer
canciones pop ("Californication", "By the way", ahora "Stadium."). ¡Pero qué
canciones! "Stadium Arcadium"
es un milagro: un disco doble en el que casi no hay temas de relleno; podría
tranquilamente ser un "Grandes Éxitos". Los dos discos, "Jupiter"
y "Mars", están a la altura de lo mejor de la banda,
y ostentan melodías límpidas y ejecuciones perfectas, empezando por ese enorme
guitarrista que es John Frusciante
y siguiendo por el cantante Anthony Kiedis, el dotado
bajista Flea y el baterista Chad Smith.
OK, las letras no son gran cosa, pero eso es un problema para los angloparlantes...
Para destacar, el
hit "Dani California" y "She's only
18" (mis preferidas) además de temazos como "Snow (hey oh)",
"Charlie", la balada onda "Scar tissue" que da nombre a la obra, la tierna "Hard to concentrate",
"She looks to me", Readymade", la potente y rapeada "Storm in a teacup", "Turn it again". Clásico instantáneo.
DISCO BRAILLE - FEBRERO 2007
Cine Braille ya le ha dedicado unas cuantas líneas a La Pesada del Rock and Roll y a las placas solistas de sus integrantes, pero nos estaban faltando nada menos que las dos de Claudio Gabis, el guitarrista de Manal. Pagamos la deuda en este momento. Hasta la vista, baby...
CLAUDIO
GABIS Y LA PESADA
Claudio Gabis y La Pesada - Microfón
1972 (reeditado en CD por Sony)
CLAUDIO GABIS
Claudio Gabis - Talent 1974 reeditado en CD por Sony)
En 1972 Claudio Gabis ingresó al universo
de ese caos minuciosamente organizado que era La
Pesada del Rock and Roll. Además de participar
en la grabación de los discos de la banda y de los artistas apadrinados
por ella (por caso Sui Generis o Raúl Porchetto) el ex Manal se dio el
gusto de grabar
un par de muy buenos y personales discos solistas, donde demostró sus
dotes de compositor y guitarrista.
En el primero y mejor de ellos ("Claudio Gabis y La Pesada", de
1972) lo acompañan los Pesados habituales de la época: Alejandro
Medina (otro ex Manal, en bajo y voz), Kubero
Díaz (guitarra y voz), Jorge Pinchevsky (violín), Isa Portugheis (batería)
y Billy Bond (voz y productor), además de Jimmy Márquez en batería.
Si en lo musical es asimilable a los otros trabajos de la gente de La Pesada
por su exploración de la psicodelia y el blues, en lo letrístico
se destaca por una imaginería próxima a la literatura fantástica
(Lord Dunsany, Lovecraft, Algernon Blackwood).
Como queda claro para el que escuche el
tranquilo y poco memorable blues hablado "Si hubiera sabido", Gabis no es un
buen cantante; es por eso que la mayoría de sus temas tienen a otros
por intérpretes vocales, un hecho curioso para un disco solista. Así,
en el poderoso huracán rockero con que abre el disco, "La fiebre de la
ruta", canta el Bondo. El excelente blues "Más allá del Valle
del Tiempo" es cantado por Kubero y Medina, y su letra muy Lovecraft es engalanada
por bellas imágenes como "cuando las tardes se duermen sangrando / bajo
la tierra marrón" o "cuando la noche se hace trizas en mil ojos de luz".
"Blues del terror azul" es un psicoblues terrorífico, con unos brillantes
Medina en voz y Gabis en guitarra con wah-wah, y una letra que pinta el crudo
panorama represivo de la época. Siguen otro gran tema, "Boogie de Claudio",
cantado aceptablemente por Gabis ("Yo quiero un abrelatas / y un destornillador
/ yo quiero un hombre muerto / y un taladro del mejor / Yo quiero abrirme los
sesos / no aguanto más esta estúpida prisión / Te llenan
la cabeza de verdades que no
son / teorías y mentiras que hasta hoy nadie probó / Yo quiero
abrirme los sesos / no aguanto más esta estúpida prisión")
y un colgado instrumental psicodélico, "El viaje de Lord Dunsany", con
un loco trío de guitarra, bajo y violín.
La formación de la banda para el segundo disco es ligeramente
diferente: también están Bond, Medina y Pinchevsky, pero aparecen
el futuro bajofondista Emilio Kauderer en piano eléctrico, Charly García
en órgano, David
Lebón en voz y Juan Rodríguez y Black
Amaya en batería.
El disco arranca con dos temas que expresan
el hartazgo de vivir bajo un asfixiante clima represivo. El primero es un rockito
con piano y la voz de Lebón, "Esto se acaba aquí" ("Estoy harto
de mesías, generales y doctores / de políticos sin alma / negociados
y traidores / De hipodérmicas, pastillas y otras intoxicaciones / de
Pentágonos, hexágonos y de francotiradores"), al que le sigue
uno de esos blues psicodélicos reventados que La Pesada hizo mejor que
nadie en este país, "Blues de la tierra supernova", con grandes guitarras
y la enésima increíble interpretación vocal de Alejandro
Medina. El lado A (recuerden que originalmente salió en vinilo, muchachos...)
cierra con dos temas acústicos instrumentales, "Danza del mago" y "Tema
de Sonia". El lado B abre con otro blues cantado por Medina, con Kauderer en
órgano y con una linda armónica, "Bajando a Buenos Aires". Sigue
otro blues terrible, "Blues de un domingo lluvioso", donde canta Lebón,
donde toca Charly y, para variar, hay un gran trabajo de guitarras por parte
de Gabis. El disco termina con un instrumental de armónica, el poco memorable
"El amor tiene cara de oso", y otro buen rockito, "Me voy lejos de la ciudad",
cantado por Medina.
[Nota del 14-05-09: el propio Claudio Gabis, vía correo electrónico,
nos pasa un par de datos más. Diece que la letra de "Blues de la
Tierra Supernova" surgió de contemplar las matanzas de la Guerra
de Iom Kippur de octubre de 1973, que quien toca el órgano en "Bajando
a Buenos Aires" no era Charly García sino Emilio Kauderer - ya lo
corregimos - y que en "Me voy lejos de la ciudad" participan Charly
y Nito Mestre haciendo coros. Gracias por la data, maestro].
DISCO BRAILLE - DICIEMBRE 2006
Estas últimas semanas pude bajarme por Internet algunos discos no reeditados en CD, merced a la invalorable iniciativa de la gente del recientemente (desgraciadamente) desaparecido sitio Incunables Posludios. Hoy le toca al primer disco solista de Alejandro Medina.
ALEJANDRO MEDINA
Alejandro Medina - Music Hall - 1974
(no reeditado en CD)
Otro de los trabajos de los solistas de La Pesada, no reeditado
en CD pero que pudimos conocer gracias al (recientemente) desaparecido sitio
Incunables
Posludios. El ex Manal y Aeroblus Medina, dotado bajista y poderoso
cantante, se luce con un muy buen disco del blues más reventado, al que sólo
puede criticársele que se haga algo monocorde por la falta de algún tema
más con un tempo más urgente, al estilo de la primera parte del inaugural "Yo
sé que a veces pierdo la cabeza" . Siguen una muy buena canción como
"Ven a mí, linda nena" (un polentoso R&B tracción a sangre) y el descomunal
blues podrido "Un estado natural" ("tratan de reprimir la libertad con leyes
viejas / y hacen de cuenta que no ven los signos del desastre universal / la
tierra se va a abrir y va a tragar a todos ésos / quedarán solamente los que
vivan en un estado natural"). Hay además un par de baladas acústicas ablusadas
como "Tiempo de reflexión" y "Algo muy profundo" y un tema de guitarras distorsionadas
y feedback que deja con la boca abierta, como es "Blues en mi menor para
cantar al amanecer". Con la acostumbrada producción de Billy Bond, acompañan
a Medina excelentes músicos como Claudio Gabis y Kubero Díaz (guitarras), Jorge
Pinchevsky (violín) e Isa Portugheis, Juan Rodríguez, Pomo y el Zurdo Roiztner
(batería).
DISCO BRAILLE - NOVIEMBRE 2006
KUBERO DÍAZ & LA PESADA
Kubero Díaz & La Pesada -
Music Hall 1973 (no reeditado en CD en Argentina, sí en Brasil)
He aquí una de las joyas ocultas del rock argentino de
comienzos de los años '70. Para los que crean que exagero, recomiendo una recorrida
por Internet:
la mayoría de los sitios
que hablan de Kubero Díaz y su disco solista... están en inglés (a propósito,
si sos uno de los escasos locos que compró el LP, deberías saber que en Europa
se lo paga a precio de oro).
Kubero (también Abuelo de la Nada hacia 1986-87 y
actual guitarrista de la banda de León Gieco) contó para grabar este
disco con la gente de La Pesada. También participa
Miguel Cantilo, cantando dos temas compuestos junto con Kubero ("Una manera
de llegar" y "Algo está por suceder") cuando ambos compartieron una larga
temporada entre los hippies de El Bolsón, y que Cantilo grabara para su
disco con el Grupo Sur que, por efecto de la
censura vernácula, saldría dos años después...
El disco valdría la pena aún
si sólo se prestara atención al excelente arte de cubierta (imagen) o al
brillante trabajo de las guitarras del propio Kubero y de Claudio Gabis,
características que se remontan a los tiempos de Díaz en la legendaria agrupación
platense La Cofradía de la Flor Solar. Abundan esos cambios de ritmo tan
zeppelinianos que alternan la furia rockera con cuelgues psicodélicos, donde
suele sobresalir el desempeño del delirante violinista Jorge Pinchevsky.
Pero también están los temas. Para destacar:
la intensidad de "Todo es rock" y "Polvo he de sacudir"; la bella canción
de amor acústica "Una manera de llegar"; la maravillosa "Algo está por suceder",
el mejor tema del disco ("y los hombres han abierto sobre el cuerpo de la
Tierra / cicatrices de países y ciudades de metal / procesiones de rodillas,
caravanas de ambición / batallones de conquistas, autopistas hacia el sol")
y la suave balada acústica casi spinettiana "Creciendo en espiral" ("viene
muy pesada la mano civilización / es esa máquina feroz / que te destroza
la razón / la bestia que avanza para destruir"). La edición original en
LP cerraba con el instrumental "Colgado de las nubes", pero el CD editado
en Brasil por Kubero (vivió allí muchos años) incluye además tres temas
de la época de La Cofradía de la Flor Solar, con superlativos trabajos de
guitarras: "Se ama o no se ama", "Nos encontraremos en alguna parte" y "La
pálida ciudad" (primer tema del segundo disco de La Pesada).
LA BIBLIA
Ensamble Musical Buenos Aires - Music Hall
1974 (no reeditado en CD)
Tras una larga serie de trabajos exitosos alrededor de La
Pesada del Rock & Roll (tanto en lo comercial como en lo artístico) Jorge
Álvarez y Billy Bond
decidieron probar suerte a nivel internacional con una nueva versión de la obra
que ellos consideraban que mejor se adaptaba al proyecto: el disco conceptual
"La Biblia" de Vox Dei (1971). El hecho de que los creadores no sólo no intervinieran
sino que ni siquiera hubieran sido consultados al respecto es una primera nota
de preocupación.
El Ensamble Musical Buenos Aires se constituyó con los músicos
de La Pesada y sus invitados habituales (el propio Bond, Alejandro Medina,
Claudio Gabis, Kubero Díaz, David Lebón, los Sui Generis - incluyendo su
base rítmica) además de buena parte del rock argentino de esos tiempos (los
Espíritu, Oscar Moro, Carlos Cutaia, Miguel Cantilo, Raúl Porchetto) y de
una orquesta, dirigida por Pedro Ignacio Calderón a partir de arreglos de
Gustavo Beytelman.
El resultado, más allá de unos cuantos buenos momentos debidos
a los impecables músicos elegidos, raramente supera el original. Los arreglos
orquestales y las intervenciones de la banda rockera no están bien integrados,
y recaen en la pomposidad que siempre acecha a estos intentos (una razón
más para apreciar la versión original). Interesante como documento, pero
poco más.
SIEMPRE ESTARÉ
David Lebón - SG Discos 1983 (no reeditado
en CD).
Cuarto disco solista de Lebón y segundo desde
la separación de Serú Girán, "Siempre estaré" es uno de sus álbumes más
parejos. Si no es el mejor es
tanto por la escasez de grandes picos como por un sonido algo pasteurizado,
muy FM, con gran peso de los teclados de Diego Rapoport y guitarras contenidas...
al menos hasta el momento de los solos.
Decía que "Siempre estaré" no abundaba en cumbres: tal vez, en una hipotética
recopilación de las mejores canciones de 1983 (o de las del propio Lebón)
sólo estaría "Rock de los chicos malos" (inspirada tomadura de pelo a los
más violentos fans del heavy metal). Pero todos los temas, desde los muy
buenos (como el contenido "Bonzo") hasta las baladas facilongas (como "Quiero
regalarte mi amor") tienen algo de esa magia que lo hiciera el compinche
perfecto para nada menos que Pappo, Spinetta o Charly
García: ya sea la perfección de las voces, la delicadeza melódica
o las pruebas de que, como guitarrista, Lebón no es menos que nadie.
DISCO BRAILLE - NOVIEMBRE 2006
HIGHWAY
TO HELL
AC/DC - Sony Music 1979
¿Qué tienen en común Emerson Lake & Palmer y The Stooges, Coldplay y Mötörhead,
Chuck Berry y Keane, Garbage y Rod Stewart, Miranda! y León Gieco? Bueno, que
se supone que todos ellos hacen (o hacían) rock. La definición de qué se debe
entender por "rock" es tan plástica que, a esta altura del siglo XXI...
La conclusión obvia sería que "rock" no quiere decir nada. Bueno, no es así.
Poné "Highway to Hell" y esperá a que comience a sonar la guitarra por
el parlante izquierdo, a que se vayan agregando la batería, la voz de Bon Scott
y luego el bajo y la segunda guitarra, y que te encuentres escuchando eso de
que estás "en una autopista hacia el infierno". Eso es rock, y no hay más vueltas,
ruidoso y tonto y primitivo y todo lo que quieras. Pero mientras esté sonando
no querés que termine nunca y no te importa ninguna otra cosa ¡voto a Angus
Young!
Lo digo de otra manera: estás haciendo un asado o unas pizzas en tu casa, se
abrieron las primeras cervezas, hay chicos y chicas, y querés que suene algo
de fondo para mantener el clima up. En un teórico ranking de músicas ideales
para ese momento, "Highway to Hell" es huésped inamovible del Top Ten, tal vez
con "Some girls" de los Rolling Stones, "Made in Japan" de Deep Purple, tres
o cuatro de los discos de Los Redonditos de Ricota y cualquiera de los Ramones.
El disco no decae nunca, aunque es difícil no destacar especialmente a la canción
que da nombre a la placa, a "Girls got rhythm", al satánico blues final "Night
prowler" y a la gloriosa "Shot down in flames", con esa memorable introducción
de guitarra, apoyada de forma no menos inspirada por el bajo y la batería, para
armar un riff que, claro, no se debiera terminar nunca.
SUPERVIELLE
Luciano Supervielle - Surco / Universal 2004
Por tanto electrotango ladri que se subió al carro de la victoria
de Bajofondo Tango Club (2002) vaya por fin una obra genuina,
producida por los artífices de BFTC: el dúo rioplatense del uruguayo Juan Campodónico
y el argentino Gustavo Santaolalla (Oscar 2006 a la Mejor Música Original de
Filme por "Brokeback Mountain").
"Supervielle" comienza con una breve evocación de "No quiero otro", de Piazzolla
y Ferrer, quizás para colocar el disco bajo la advocación del más osado y vanguardista
de los músicos del tango. Y allá va. Porque si por momentos Supervielle pisa
terreno seguro reversionando temas que ya formaban parte de "Bajofondo..." ("Perfume",
"Ese cielo azul", "Forma") en muchos otros se interna felizmente en caminos
inexplorados. En "Mateo
y Cabrera", además de homenajear desde el título a dos figuras capitales de
la música popular uruguaya, se le atreve al candombe; en "Miles de pasajeros",
a un hip-hop que le debe tanto al Bronx como a Barracas o Maroñas; y en un tema
de Daniel Melingo, "Leonel el feo", a la milonga.
Las demás pistas no suenan tan innovadoras para quien conoce "Bajofondo..."
pero no por ello son menos disfrutables. El violinista Javier Casalla y el contrabajista
(y ocasional bajista) Gabriel Casacuberta dejan su impronta en cada intervención,
lo mismo que invitados como el propio Melingo o los raperos de Contra las Cuerdas.
Si "Dècollage" se destaca por su potencia canyengue y "Fandango" por su sensibilidad
pop, "332" lo hace por su toque funky, "3000 Ans" por su abrazo al trip-hop
onda Massive Attack, y hasta hay lugar para los climas ambient de las breves
"Air Concret" y "Tangodrome".
Hay unos cuantos buenos momentos de coqueteo con el costado más melancólico
del tango, como en "Centrojá", una evocación de glorias futboleras uruguayas
que no se priva de incluir el inimitable relato de Víctor Hugo Morales del gol
de Waldemar Victorino a Brasil en la final del Mundialito
de 1981, que termina con un "quedate tranquilo Obdulio"
muy poco profético, vistos los últimos 20-25 años de fútbol oriental. Lo mismo
sucede con "Pulso (100 mares)", que incluye la bella voz de Ana Lee y el scratching
de DJ Caso, además de los tan mentados Casacuberta y Casalla.
El CD contiene también un breve video sobre la grabación de "Forma", para ver
en tu PC amiga.
DISCO BRAILLE - JULIO 2006
Una revisión de los discos comprados en estas últimas semanas: el nuevo de Gustavo Cerati y el de Bajofondo Tango Club. Aventurarse a su lectura corre por su cuenta y riesgo...
AHÍ
VAMOS
Gustavo Cerati - Sony / BMG 2006
Gustavo Cerati venía de un disco, "Siempre es hoy"
(2002) algo largo y errático, que en su momento me pareció bueno (hoy también)
pero del que apenas se recuerda alguna canción: para alguien que es el autor
de decenas de temas que integran la memoria colectiva de un par de generaciones
de iberoamericanos, resulta por demás extraño. "Ahí vamos" levanta
la puntería con unas cuantas composiciones que reclaman su lugar entre lo mejor
que Cerati haya escrito nunca.
El ex Soda Stereo recurrió a viejos compañeros de ruta para volver
a recorrer caminos más rockeros que los precedentes: el coproductor es el ex tecladista invitado de la banda, Tweety González, y en algunas canciones
aportan lo suyo dos ex Fricción, Fernando Samalea (batería, percusión, bandoneón) y Richard Coleman
(guitarras y coautoría de algunas letras). Las fotos del librito interno (Cerati
enchufando cables, Cerati en pose de héroe de la guitarra) señalan en la misma
dirección.
De hecho, los mejores temas del disco son aquellos de tempos
rockeros más urgentes: hay un gran arranque con "Al fin sucede", "La
excepción" ("que durar sea mejor que arder, mejor que arder")
y la brillante "Uno entre mil", donde el insinuante bajo de Fernando
Nalé, la batería del ex Pappo "Bolsa" González y las guitarras de
Cerati y Coleman se lucen en un tema cuya furia contenida le da un cariz levemente
siniestro a una letra inquietante.
La fiebre decae un poco luego, con unos cuantos midtempos. La
bella "Adiós" (la autoría de cuya letra es compartida entre Cerati
y su hijo Benito) y "Dios nos libre" son ejemplos de esa elegancia
a veces distante que es la marca de fábrica de sus letras: imágenes elusivas
y sugerentes que abordan oblicuamente el dolor de la pérdida del amor (en una)
o el erotismo (en la otra). En el final, "Otra piel" y "Médium"
(con Samalea y Coleman) evocan a esas emotivas canciones de U2 tan aptas para
cerrar un recital, "Bomba de tiempo" tiene un agradable aire a ska
(remarcable el gordo y cadencioso bajo de Nalé), "Crimen" es una balada
perfecta de piano y cuerdas, y "Jugo de luna" es un rock tranquilo
que logra un buen cierre.
En suma, un buen regreso. Digo más: visto el estado actual del
rock argentino, un regreso necesario. Gustavo, te estábamos esperando
no sabés con cuántas ganas...
BAJOFONDO TANGO CLUB
Surco / Vibra / Universal 2002
¡Ah, qué hubiera sido de los musicalizadores modernosos
sin este disco durante todos estos años! Bajofondo Tango Club fue un ensamble
de músicos argentinos y uruguayos que, en 2002, avanzó en la integración
de motivos y sonoridades tangueras en la música electrónica. En la senda del intento precursor de Gotán Project, el experimento de
Gustavo Santaolalla, el ex Peyote Asesino Juan Campodónico, Juan Blas Caballero,
el ex Plátano Macho Luciano Supervielle y otros músicos tuvo sus más y sus menos
y hasta algún traspié, pero valió la pena.
Cuando la exploración se abordó por el camino del pulso bailable
discotequero ("Los tangueros", "Naranjo en flor") el
resultado fue una mera curiosidad musical que, en los peores momentos, degeneró
en fuegos de artificio cercanos al tango for export. Los samplings
de voces de Adriana Varela o Roberto Goyeneche en "Mi corazón"
no aportan mucho y vacilan entre la autoparodia y la pincelada de brocha
gorda. Por contraposición, en "Vacío" (de Didi Gutman) y "Avenida
de Mayo" (de Diego Vainer) el muy sobrio empleo de elementos tangueros
enriquece las texturas electrónicas sin el estorbo de la percepción de esfuerzo
alguno por producir una fusión de géneros. Parecen demostrar que BFTC
logra más con menos, y tal vez ahí esté la clave: en olvidarse de
sí mismo y de sus propósitos y perderse haciendo música.
Los temas con aires melancólicos son los que suenan más relajados,
más naturales, como "En mí" / "Soledad" (donde Aníbal
Kerpel aporta un hermoso piano), "Maroma" (de Emilio Kauderer),
las bellas "Bruma" y "Forma", y especialmente, "Éxodo
II", de Caballero, la cumbre del disco, donde se lucen el bandoneón
de Fabio Hager y el violín de Javier Casalla. "Perfume", de Supervielle
y Jorge Drexler, indaga en la pulsión erótica común al tango y la música
electrónica. En "Esperándote", un matiz tanguero sobre una base
de drums n' bass, Aníbal Kerpel toca un Mini Moog, lo que le da al tema
un aire de rock progresivo de los '70 y lo acerca a anteriores aventuras
de otros músicos que venían del rock, como el Spinetta Jade de "Bajo
Belgrano", "Hipercandombe" de La Máquina de Hacer Pájaros
o "Los sobrevivientes" de Serú Girán.
"El sonido de la milonga", "Duro y parejo",
"Ese cielo azul" y "Montserrat" son agradables exploraciones
en el aspecto canyengue y compadrito del tango, en especial esta última,
que es el tema que abre el CD: el violín de Casalla le da el sabor tanguero
justo a una base de drums n' bass que alterna secciones de tempos diferentes.
Los géneros musicales tienen un carácter provisional y en
buena medida ficticio, en tanto que son un esfuerzo de abstracción a partir
de fenómenos culturales vivos y abiertos al cambio. Búsquedas como las de
BFTC, las de Gotán Project, las de Supervielle, tal vez no sean tango...
aún. De los artistas de talento, como siempre, depende la cristalización
de la posibilidad que abre ese adverbio.
Últimamente, uno no compra discos tan seguido. Los amigos tampoco. ¡Ésta es la famosa madurez que se supone que uno debe adquirir, señoras y señores! Es por eso que esta sección de comentario de discos (crítica le queda un poco grande) esperó bastante para debutar. En unas pocas semanas me compré tres, y acá siguen algunas observaciones. No, ni las discográficas ni las disquerías nos mandan discos gratis para comentar. Mejor: así no tenemos compromisos con nadie. Éstos son nuestros principios. Y si no les gustan, como decía Groucho Marx, tenemos otros.
YOU COULD
HAVE IT SO MUCH BETTER
Franz Ferdinand - Domino / BMG 2005
Dijo alguna vez Elvis Costello, quien fuera periodista
de rock, que "escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura".
Y de bailar se tratan estas líneas, pero no sobre arquitectura sino gracias
a Franz Ferdinand, una banda escocesa que le encontró una interesante vuelta
de tuerca al viejo y querido rock: una excelente base casi disco, dos
guitarras muy piolas y temas tramposos, escritos e interpretados con sensibilidad
pop y energía punk, a los que OK, se les ven las costuras por todos lados...
pero son irresistibles. "Franz Ferdinand" (de 2004) tenía tres
hits perfectos: "Darts of pleasure", "The dark of the matinee"
y "Take me out", así como ocho temas más que no desentonaban y
redondeaban un muy buen debut.
"You could have it so much better" arranca por todo
lo alto con "The fallen" y "Do you want to" (la joya del
disco, ese estallido bailable tras la introducción...). Luego viene la potente
y concisa "This boy", y el cuarto tema baja un poco el ritmo pero
no el nivel: "Walk away" es una delicia, derrochando buen gusto con
una instrumentación que incluye una guitarra acústica y un órgano. "Evil
and a heathen" es una incitación al pogo, y "Eleanor put your boots
on" es una linda balada con un aire a la época pop de los Rolling Stones
en los '60 (la de "Dandelion" o "Ruby Tuesday"). Sólo "I'm
your villain" tiene tantas ideas como cuatro o cinco temas juntos de cualquier
grupo menos dotado, y el resto del CD acompaña bien, en la mejor tradición de
ese pop-rock guitarrero que los británicos hacen mejor que nadie. En suma, excelente
carta de presentación para sus shows argentinos de marzo, teloneando a U2.
CLÁSICOS
Miguel Cantilo - Che Discos / EMI 2005
Miguel Cantilo es una figura importante
y admirada en el pequeño mundo del rock argentino, básicamente como miembro
del dúo Pedro y Pablo con Jorge Durietz (1968-75 y esporádicas reapariciones
en los años '80). También integró Punch (1979-83), una banda new wave nacida hacia el final de su exilio español,
y que en Argentina fue abominada con tanta pasión como con la que se abrazó
su estilo hacia 1983, cuando ya se había disuelto (la historia del rock está
llena de malos chistes de este tipo). Su carrera solista, a la fecha, ha sido
un continuo peregrinar por los márgenes del showbiz local.
Autor de un montón de canciones de perfecto acabado letrístico
y musical, Cantilo decidió probar suerte regrabando catorce de sus clásicos
con un seleccionado de amigos invitados. Algunos vienen de la remota era hippie
de Pedro y Pablo con La Cofradía de la Flor Solar (Rocambole, autor del diseño
de tapa; Kubero Díaz, guitarrista líder de la banda) y otros se han ido sumando
con el tiempo (de León Gieco y Rubén Rada a Gustavo Cordera y los Súper Ratones,
entre otros). Para destacar de esta producción que hará las delicias de los
programadores de La Mega: la politizada (tan 1972) "Padre Francisco"
con Ricardo Mollo en voz y guitarra; el rescate de la hermosa y olvidada cuasi
milonga "Che ciruja", a cargo de un Andrés Calamaro producido por
Javier Limón; "Apremios ilegales", reformateada de modo inigualable
por Charly García, con cierre humorístico contrastando con lo duro del tema
("¡no me peguen, soy Giordano!"); "Tiempo de guitarra",
una feliz elegía a las cigarras del rock con participación de Moris.
Las más flojas: "¿Dónde va la gente cuando llueve?"
y "Que sea al sol", con una producción que bordea peligrosamente el muzak. Como cierre del disco, la infaltable "Marcha
de la bronca" con todos los invitados, y un video que se puede ver en tu
PC amiga.
Para el final, una curiosidad: un sello denominado Che Discos
edita un disco que es distribuido por una multinacional inglesa, EMI (la misma
a la que los Beatles supervivientes han vuelto a demandar hace
poco). ¿Signo de los tiempos o inevitables contradicciones
de toda música de vocación testimonial?
NEVER
MIND THE BOLLOCKS
Sex Pistols - Virgin 1977
OK, no es ninguna novedad, pero hace años que no lo escuchaba,
y me lo compré para Navidad. En términos académicos: una masa. Eso de que no
sabían tocar... Sí, Sid Vicious (que no participa del disco) no sabía tocar
ni el timbre y estaba en la banda exclusivamente en su papel de ícono maldito, para
escandalizar a los burgueses satisfechos, pero el resto sabía hacer rock simple
y poderoso. Obviamente no podían tocar rock sinfónico, pero ¿para qué queríamos
otro Yes? El rock sinfónico estaba muy bien (sobre todo aquel que hacían las
bandas menos ortodoxamente "sinfónicas" del movimiento, digamos Pink
Floyd, o acá, el último Sui Generis y La Máquina de Hacer Pájaros) pero en la
Inglaterra del tristísimo invierno de 1976 hacía falta que alguien le recordara
a todos que el rock nunca fue solamente música, y que había una actitud
visceral que se había perdido en shows megalomaníacos y barrocas exhibiciones
técnicas con mucho de circense. Y entonces aparecieron las Pistolas Sexuales.
¡Y cómo pegan esas canciones! ¡Y cuánto más auténtico suena el
nihilismo de Johnny Rotten que el de la mayoría de sus seguidores! (Por cierto,
Rotten había leído y escuchado bastante más de lo que nos hizo creer, empezando
por textos de anarquismo y situacionismo). ¡Y qué buenos temas que son "Holidays
in the Sun", o "God save the Queen"! ¡Y ni hablar "Anarchy
in the UK"!
Los Sex Pistols no podían durar mucho más (se disolvieron en
1978): hubieran estropeado el chiste, hubieran edulcorado el vómito que le propinaron
en la cara al showbiz del rock. Cuando se juntaron, allá por los '90s,
diciendo que era sólo por el dinero, le dieron una vuelta de tuerca más a su
ironía. Esa gira bochornosa era otro llamado a la insurrección, como el del
'76. Pero esta vez también era contra ellos y, por extensión, contra
toda esa rebeldía punk que había terminado buscando la domesticación más temprano
que tarde.
Pero me parece que pocos entendieron la broma. No hubo ninguna
insurrección, Kurt Cobain ya no estaba entre nosotros, y el negocio del rock
siguió contando la plata, muerto de risa.
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